Archivo | noviembre, 2012

Una madre mega protectora

27 Nov

En una entrada anterior os he comentado que Tsunami quería volar y había puesto un video de su aventura en tirolina. En las respuestas Maribel de B aprende en casa ha comentado que teme que ella sea una madre protectora. Me ha llamado la atención porque no es la primera vez que le leo ese comentario de ella misma. Es un comentario que también he leído en algunas otras webs. Así que he pensado que no estaría mal hablar un poco de lo que es una madre protectora normal y de lo que es una madre mega protectora.

Cuando nació Terremoto yo era muy pardilla, y lo digo así de claro porque lo era. Era hija única, la persona más pequeña que había habido en mi familia y con la que había tenido contacto era mi prima y nos llevamos cinco años y medio, así que poco me acuerdo. Dos de mis amigas habían tenido niños pero desde que habían sido mamás no solíamos vernos mucho y menos con los peques. Nunca había tenido eso que se llama instinto maternal marcado, vamos que no era de las personas que vieran un bebé y se les iban los ojos detrás o forraran su carpeta con anuncios del Prenatal o el Benetton. Para colmo, no se si era mi peinado con el pelo suelto y con gafas, que cada vez que le hacía caso a un bebé se ponía a berrear como un descosido. Así que eso no ayudó a fomentar mi experiencia en un contacto infantil. Por eso digo que era muy, pero que muy pardilla, mi experiencia era algo así como menos cero.

Tengo que juntar a ello el trato que recibí de niña en casa. Mis padres habían tenido un niño diez años antes de que yo naciera. Tuvieron una cantidad de problemas, fallos y malas coordinaciones médicas durante el parto que fue de escándalo. Así que lo que tendría que haber sido un parto normal con un niño normal, se convirtió en un padecimiento fetal que no se quedaron de milagro allí mi madre y mi hermano. Ya cuando nació les advirtieron que debido a todo lo que había pasado posiblemente ese niño no llegase a mayor, que no expresase sentimientos y que tenía pocas esperanzas. Lo siento mucho, pero casi mejor que el pobre se hubiera quedado en el parto. El pequeño vivió un año y tres días y por lo que sé fueron tremendos. Era un niño que no lloraba, que no hacía nada, sólo estaba allí. Era un niño al que se le daban unas medicinas que no eran baratas y no las cubría la seguridad social y parecía que no le hicieran nada. Al morir no hablaba, ni caminaba, ni reía y no os diré que fuera un vegetal, pero desde luego no era un niño de un año. Una mañana cerró sus ojos y dejó de sufrir, pero los que empezaron a sufrir entonces y mucho más fueron mis padres. Así que cuando yo nací diez años después, hizo que su actitud conmigo fuera de un superprotección  muy poco normal, llegando a ser en más de una ocasión molesta y agobiante. Yo no supe de la existencia de ese hermano hasta que no tuve seis años porque encontré unas fotos escondidas y pedí quien era ese niño. Tuve que soportar muchos comportamientos injustos que se tuvieron conmigo, sobre todo por parte de mi madre.

Además de eso, tengo que confesaros que cada día estoy más convencida que yo no fui una hija deseada, al menos por parte de mi madre. Ella siempre había querido un hijo, pero ese hijo se les fue. Después de eso según he sabido ella no quería tener más hijos y por lo que sé yo fui un accidente que se les coló. Cuando nací no tenían ni pensado un nombre para una posible niña y de hecho cuando el ginecólogo le dijo que era una niña ella le dijo que se dejara de bromas y le enseñara el niño. En alguna ocasión me dijo que si ella hubiera podido elegir hubiera preferido que hubiera sobrevivido el niño pero bien y no tenerme a mí. Cuando perdió a mi hermano se volcó en mis primos y de hecho durante prácticamente toda su vida, mis primos eran sus preferidos: los que siempre alababa; los que se llevaba de paseo por todo; los que les invitaba a comer en casa y les hacía su plato favorito; los que les hizo ropita;  los que siempre fueron lo mejor de lo mejor de lo mejor. En cambio yo sólo recibía reproches, todo lo que hacía aunque fuera una chulada ella no le daba importancia o lo criticaba, no jugaba conmigo, le molestaba que hiciera ruido mientras ella se hacia la siesta o hacia las cosas de la casa y se pasaba casi todas las tardes en casa de mi tía, mientras yo estaba sola en casa porque mi padre trabajaba de tarde y alguna vez tuve que llamarla para que bajara a hacerme la cena. Por todo ello tuve una infancia que podríamos clasificar como muy solitaria. Ella presumía mucho de que su madre había sido muy liberal con ella y que siempre la había dejado ir sola por la calle, cortejar por la acera de enfrente sin carabina e ir a fiestas y bailes si quería. En cambio ella se pasó la vida negándome poder ir de excursión con el cole porque «ya he perdido un hijo no quiero perder ahora una hija» tampoco podía ir a jugar a la calle y eso que mi calle estuvo cerrada al tráfico y no se asfaltó hasta que no cumplí los ocho años, porque «ya he perdido un hijo no quiero perder ahora una hija» Tampoco tuve mucha suerte a la hora de salir con las amigas, lo conseguía sí, pero siempre que el padre de mi amiga nos viniera a buscar y llevar el mismo en coche, porque «ya he perdido un hijo no quiero perder ahora una hija». Siempre que quería hacer algo me encontraba con esa barrera. Cuando finalmente podía salir o iba a ver a mis amigas su despedida era siempre «se buena, ten cuidado y vuelve pronto» Siempre le preguntaba si alguna vez pensaba decirme que me lo pasara bien, pero nunca lo hizo. Dicho así parece que nos odiáramos, pero os aseguro que no, aunque yo me sentí muy coartada, veía al resto de la clase que se iba de excursión y yo era la única niña de la clase que ese día se tenía que ir a otra aula. Creo que a las primeras que fui fue porque en el cole le dijeron que si no tenía que ir que me quedara en casa y me parece que ella prefirió entonces que fuera a no tenerme todo el día en casa, como si mi intención fuera controlarla.

Bueno, como veis tengo algo de experiencia en lo que es tener una madre mega protectora, aunque en este caso su protección me temo que era más por sentimientos de egoísmo propio que no por amor maternal.

Cuando nació Terremoto, pese a ser muy pardilla, decidí que toda una serie de cosas por las que yo había tenido que pasar durante mi infancia, mi hijo no las iba a pasar. Me propuse ser una madre no tan controladora. Siempre he dejado a mi peque ir a cualquier excursión, incluso en ocasiones me he peleado con alguna maestra del anterior cole porque me comunicaban que habría una excursión pero que preferían que no apuntara al nene. Siempre he creído que pese a los problemas que tiene se merece llevar una vida como los demás nenes. Pero en ciertas cosas y pese a mi intención inicial, sí que he tenido que ser muy protectora, puede que en ocasiones algo megaprotectora. Por ejemplo, cuando íbamos por la calle jamás le soltaba de la mano. Empecé a soltarle de la mano cuando estaba embarazada de Tsunami. Terremoto, hoy en día que le falta poquito para cumplir los 14 nunca ha ido solo por la calle, siempre ha tenido a alguien «de carabina» controlándole, no va a hacer ni compras ni recados a las tiendas de al lado. Esta actitud me diréis puede estar justificada por el tipo de comportamiento que él ha tenido y por las características de ser un T.G.D.  y sobre todo porque no solía pararse y cruzaba sin mirar.

Muchas veces me he preguntado si no ha sido en estos aspectos muy megaprotectora. Muchas veces le he censurado programas de tele, o imágenes o situaciones que hay por la vida porque creía que le costaría entenderlos. Ahora estoy empezando a contarle que el mundo no es tan de color de rosa como él cree y que hay muchas personas y niños que se mueren de hambre y no tienen ni donde caerse muertos. Ahora le estoy hablando de que existen personas que se llaman pederastas y que existe la violencia doméstica. Que esa persona que está rebuscando en un contenedor es para usar lo que los demás tiramos y ellos viven de nuestra basura. Muchas veces me pregunto si le he edulcorado demasiado el mundo y me gustaría poder estar en su cabecita para ver como lo siente él.

Terremoto ha querido desde hace muchos años el poder tener más independencia, ir solo por la calle a dar un paseo o ir a comprar algo solo. Ahora, alguna vez, le dejo que baje a tirar la basura y yo miro desde el balcón, que la tenemos justo al lado.  Una vez le plantee el tema a la neuropediatra, me dijo que si viviéramos en un lugar más pequeño tipo pueblecito, donde los vecinos más o menos se conocen, me diría de darle más libertad, pero en una ciudad como Palma, de momento estaba muy verde para ello. El barrio donde vivía antes se ha desmejorado en los últimos años, donde estoy ahora esta mejor, pero casi ni conocemos lo que hay en él ya que tampoco tenemos muchas ocasiones de hacer una inspección tan a fondo, apenas llevamos un año escaso y los comercios los tengo algo más lejos. Así que la residencia influye en estos casos y mucho. Donde estábamos antes, el primer cole al que fue,  estaba justo en la calle de atrás y puede que si  viviéramos aún allí y siguiera yendo a ese cole fuera solo. Ahora el cole está en la otra punta de la ciudad y tenemos que ir en coche. Durante una época le estuve trabajando lo de ir detrás de él dejando un espacio, pero no se dejaba, no quería y la teníamos montada.

Para que se le de cierta libertad a un niño se debe tener muy en cuenta su grado de madurez, se la tiene que ganar y no se la gana sólo porque un día mire a ambos lados de la calle, sino porque lo hace siempre y ves que ya toma unas precauciones. Hay niños que con seis años son unos hombrecitos, y otros que tendrán treinta y seguirán siendo unos críos, aunque a esa edad ya hayan salido del nido maternal.

Podría decir que hay varias causas que pueden interferir a la hora de ser una madre, o un padre protector. Las más habituales serían pues, de una forma resumida:

– La herencia de como te criaron a ti

– La zona donde vives

– El peligro potencial real que rodea al niño

– Ser primerizas, pero mucho mucho mucho

– No haber tenido nunca hermanos

– Haber perdido con anterioridad algún hijo

– Experiencias propias negativas por no habernos prestado atención

– Nuestro sistema nervioso no da para más

A la hora de actuar como una madre protectora nos mueven realmente los siguientes motivos

– Vigilar que no haya un verdadero peligro real para el niño

– Tomar medidas para evitar que se haga daño

– Dejarle actuar, alguna caída siempre habrá en el aprendizaje

– Depende del grado de madurez del niño

Puede que os riais, pero os voy a recomendar una peli de dibujos para que os planteéis si realmente sois unos padres megaprotectores o no. Esta peli me dio a mí bastante que pensar. Se titula Buscando a Nemo y supongo que todos los que tengáis peques ya conocéis la historia. Todo el lio empieza cuando un pez grita “¡Qué desastre! ¡Nemo ha salido a mar abierto! “. El prota, Nemo,  desobedece a su padre, acaba atrapado por unos buzos y su padre se lanza en su búsqueda hacia el profundo océano azul y allí conoce a una pececita, Dory, que pese a su falta de memoria y de formalidad hay mucha sensatez en el fondo de sus palabras. Pues bien, en esa peli cuando el padre riñe a Doris diciéndole “¡tú no puedes Nemo!” porque para él ya era como una frase hecha, de hecho se pasa los primeros minutos de la peli repitiendo Nemo, no puedes, ¡no puedes!

Hacía un año y poco que me había separado de mi ex, aún no tenía pareja y había ido con Terremoto a verla. Hay pelis que son para niños, y también hay pelis que tienen mensajes para niños, y esta además tenía también un mensaje para padres y yo era una de esas personas que necesitaba sobre todo en ese momento un tipo de mensaje de ese tipo. Desde el comienzo la peli me dio que pensar. En un momento Marlín, el padre de Nemo le dice a Dory  que había  prometido que nunca le pasaría nada a Nemo. Dory le responde  que eso era una estupidez “No puedes impedir que le ocurran cosas. Si no, nunca le pasaría nada. Harpo se aburriría como una ostra”.  ¿Nunca os ha pasado que un diálogo de una peli os ha abierto los ojos? A mi me ha pasado dos veces, esa fue una de ellas. Estas dos frases y algunas más fueron las que me animaron a dar un poco más de libertad a Terremoto, aunque la preocupación y la sombra de mi infancia estarán siempre en mi mente.

Lo normal es que nuestros niños poco a poco vayan teniendo responsabilidades y vayan evolucionando. Lo normal es que poco a poco nosotros les facilitemos ese camino y les vayamos dando las herramientas para conseguirlo y supervisando su uso. Si alguien tiene dudas, ya sabéis mi recomendación, dejad que ese pequeño pez payaso os abra los ojos y os guie un poco en este difícil camino de la vida, si Marlín lo consiguió supongo que nosotros también podríamos.

Cuando vi por primera vez internet

26 Nov

Soy consciente de que hoy en día la palabra internet es muy normal. Nuestros hijos, aún los de corta edad, saben manejarse mucho mejor que alguno de nosotros por todo este mundo. Es cierto que nos ha proporcionado unas herramientas y unas posibilidades que jamás hubiera podido imaginar cuando yo era niña, ni tan siquiera cuando fui adolescente.

Yo nunca he sido, ni soy, una forofa de la informática. Me viene grande en muchos aspectos. Esto es curioso porque precisamente yo fui una de esas personas privilegiadas que hubiera podido jugar con cierta ventaja.

Recuerdo cuando era muy niña, que mi padre tuvo que irse durante unas semanas por cuestiones de trabajo a Madrid. Ha sido la única vez que se ha separado de la familia. Esa separación fue debido a que en la empresa habían instalado computadores nuevos. Porque señores, en esa época no se les llamaba ordenadores, se les llamaba computadoras o computadores. Pues bien, el aparatejo en cuestión ocupaba todo el espacio de una habitación grande y el sistema de ventilación era la ostia. Mi padre fue uno de esos elegidos que fue a ese cursillo. Fue gente de toda España y los tuvieron recluidos y en plan intensivo. Recuerdo también que cuando volvió se trajo unas hojas impresas, de esas de impresora matricial, en las cuales había un montón de caracteres juntos y si las observabas a cierta distancia, se veía claramente en una la pantera rosa, en otra la Mona Lisa y en la tercera el Cristo de Dalí. No se muy bien si aún queda alguna de esas hojas ni donde acabaron, pero durante muchos años las tuve colgadas en mi habitación. Eso era una cosa que nadie tenía en esa época. Recuerdo que otras veces fueron los técnicos de Madrid los que se vinieron a la isla a impartir las clases. Entonces no veíamos mucho a mi padre, pero al menos le veíamos y dormía en casa. Así que durante mi infancia esas palabras que la mayoría de personas sólo relacionaban con las novelas de ciencia ficción, eran para mí algo habitual y algo que me privaba de la presencia de mi padre.

Seguí creciendo y esta vez los informáticos fueron mis primos. Recuerdo cuando me enseñaron un ordenador que funcionaba con cintas de casete y que se enchufaba en la tele. Porque entonces no había monitores, se usaba la tele. Recuerdo una vez que se trajeron un juego de futbol y eso sólo lo sabía, o dejaban, manejar ellos. Los demás mirábamos. Los gráficos ahora que lo pienso, eran malísimos por no decir pésimos, pero en esa época y para todos eso era el non plus ultra, el no va más. Todos, jóvenes y mayores mirábamos como esos monigotes bicolores se movían en plan robótico por la pantalla detrás de una pelota supuestamente circular con un marcado pixelado poco circular. Uno de estos dos primos acabó siendo informático y aún lo es. El otro se dedica a otra cosa… usando mucho ordenador, eso sí.

En la universidad siempre os he dicho que allí sólo teníamos máquina de escribir, y así es, aunque cuando yo estaba creo recordar que en tercero de carrera, se inauguró la carrera de informática. Algunos de mis amigos la estudiaron, era el novio de una de las chicas de la facu con la que salía y los amigos de este. De nuevo lo de oír conversaciones de ordenadores, programas, programación y bla, bla, bla, se volvió nuevamente en algo habitual en esa vida estudiantil caracterizada por los libros, las bibliotecas, los archivos y la máquina de escribir.

Acabé la carrera y me puse a salir con un chico, que mira por donde, era informático. Tenía una empresa que se dedicaban a reparar ordenadores y hacer no sé que cosas más relacionadas con todo esto. Así que mi contacto con estos aparatejos pasó a ser más directo. De hecho normalmente cuando le iba a buscar me lo encontraba rodeado de ordenatas destripados para su reparación. Había placas por aquí, placas por allí,  destornilladores, comprobadores de corriente, soldadores y algún que otro aparatito que no llegué a saber nunca muy bien para que servía. Una vez recuerdo que me dijo que si quería me podía enseñar como se arreglaba un ordenador. Pero lo único que me faltaba era que encima me enseñaran a repararlos, bastante tiempo ocupaban ya en mi vida. Así que allí acabó una posible carrera como técnica en informática.

En esa época y poco antes de que dejáramos de salir, debía ser allá por 1989 o 1990, un día me llevó al taller y me dijo que quería enseñarme una cosa. Me llevó delante de un ordenador y lo puso en marcha, tecleó algo y salió una pantalla que en ese momento no tenía nada. Pensé que los bips y los chips le habían secado la mollera como le sucedió al Quijote con los libros de caballería y le pregunté que tenía que mirar.

Mira, esto es internet, ahora sólo ves una pantalla sin datos porque aun no se ha dado el inicio aquí en España, pero dentro de un año o así se irá llenando y se podrá empezar a introducir cosas y se abrirán páginas, la gente colocará anuncios de sus empresas, se buscará información y se ofrecerán productos. Esta página en blanco que ves aquí ahora es el mañana y tú la has podido ver mucho antes que mucha gente.

En esos momentos no podía imaginar lo acertadas que fueron sus palabras y que esa pantallita vacía que vi se convertiría realmente en algo tan necesario y cotidiano en nuestros días. En esos momentos no le veía tanta cosa, así que no estuvimos mucho tiempo mirando la pantallita y luego nos fuimos a tomar algo.

Cuando ya había dejado de salir con él recuerdo el día en que por el telediario dieron la noticia de que España entraba en eso que él me había presentado como internet. Recuerdo también la televisión local que anunció la primera página de una empresa mallorquina. Recuerdo también que contaron al cabo de unos meses, como un chico mallorquín había puesto un negociete en la red donde vendía los bordados que la abuela hacía para distraerse, y como los japoneses se daban de ostias por comprarlos y en su casa se estaba forrando. Recuerdo como más adelante en mi trabajo nos dijeron que teníamos que saber manejar eso y como incluso mi jefe nos dijo un día que si teníamos un rato libre fuéramos metiéndonos en páginas para aprender a hacer búsquedas y saber usarlo con soltura.

También recuerdo más adelante, una vez en que un amigo mio se vino a casa para instalarme algo llamado chat. Fue cuando yo ya me había separado de mi ex. Ya verás, me dijo, de esta forma vas a conocer un montón de gente sin salir de casa y te sentirás mejor. Yo entonces estaba en una asociación literaria, y aún lo estoy, y me metí en unos chats donde estaban algunos de los integrantes de esta asociación a nivel nacional. Allí, hablando un rato con uno, un rato con otros, fue donde conocí a mi pareja. Pero eso es una historia que dejo para otro día. Porque hoy había venido aquí para contaros como fue la primera vez que vía y oí hablar de internet. Esa pantalla sosa y aburrida que ha cambiado nuestra vida y la del mundo entero.

El equipo usado por Tim Berners-Lee que fue el primer servidor web del mundo. Fuente: http://www.pizcos.net/2011/11/el-ordenador-donde-se-inicio-internet.html

Cuando un hijo te viene con nombre y todo

24 Nov

El tener una amiga de toda la vida que es médico, ayuda a que en ocasiones te cuentan cierto tipo de batallitas que la gente de la calle no llega a conocer, salvo que sean los involucrados.

Cierta vez. Hace ya muchos, muchos años. Un compañero suyo estaba de guardia de noche en un hospital barcelonés, de refinado estilo modernista con infinidad de pabellones y cercano a la Sagrada Familia. Le llegó apresuradamente una pareja joven, ambos dos sonrojados, ambos dos acalorados y ambos dos terriblemente nerviosos. Ella con un barrigón de embarazada más que cumplido. El padre no hacía más que decir

-Un momento, un momento, deje que le explique.

El residente ante la situación no necesitaba muchas explicaciones: La señora se había puesto de parto y los padres eran primerizos y venían hechos unos manojos de nervios. Así que le pidió al padre que esperara unos minutos, que no se preocupara que su mujer estaba en buenas manos. Cogieron entre él y una enfermera a la parturienta y la entraron para dentro hacia la sala de exploración.

Allí el doctor empezó a explorar la madre que estaba aterradoramente silenciosa. Efectivamente, la señora estaba embarazada. El bebé empezaba a coronar. El neonato era rubio. Tenía el pelo cortito y tupido. Venía peinado con una raya en medio de la cabeza, sospechosamente ondulante y llevaba el nombre puesto. En letras claramente visibles ponía “Dunlop”.

El médico levantó la vista y se quedó mirando a la mujer que estaba más roja que un tomate ponderosa.

Por lo visto la pareja estaba tranquilamente en casa tumbados en la cama y preguntándose como era posible que el niño saliera por allí. Así que como buenos padres primerizos que eran, preocupados por lo que sería el parto y con un potente sentimiento empírico, no se les ocurrió otra cosa más que ver si una nueva y reluciente pelota de tenis entraba. Si entraba, era evidente que la cabeza del niño saldría. Esta visto que la reproducción y los nacimientos de toda la humanidad los últimos tropecientos mil años no era motivo suficiente para confiar en lo que son las contracciones y la posterior dilatación previa a un parto. Vamos, que era más fiable una pelota de tenis que todos los partos del mundo mundial. Por lo visto entrar la pelota fue relativamente fácil, pero no se les había ocurrido pensar en como sacarla y eso, sin contracciones ni dilatación, no era tan fácil.

Tengo que deciros queridos lectores que la pelota fue recuperada, el neonato ni se había enterado de ese intento subliminal de fomentarle un prometedor futuro como tenista profesional. Los padres volvieron a casa y supongo que no debieron contar lo ocurrido a las futuras abuelas, por si acaso.

Así que futuros padres primerizos que podáis pasar por aquí ya sabéis:

–          Los bebés llevan años pasando por el canal de parto.

–          Las pelotas de tenis entran fácilmente pero salen con dificultad.

–          Si uno quiere llamar la atención de un medico hay otras formas de hacerlo.

–          El dar información subliminal no funciona, al menos en estos casos.

–          La curiosidad está muy bien, pero confiad en los profesionales…y…

–          … dejad las pelotas para los momentos de ocio.

Este fin de semana hemos estado en la feria de la miel de Llubi y os enseñamos otra receta de cocina mallorquina: sobrasada con miel

21 Nov

Ya os he hablado alguna vez de como nos gusta el cole de Tsunami. Los más pequeños, de tres, cuatro y cinco años, están en un edificio anexo al grande. Este edificio es como una especie de chaletito y lo llaman “la casita”. Además de la educación de los peques, se fomenta mucho el ambiente de compañerismo entre los nenes de la casita y entre estos y los del edificio grande. Hacen muchas actividades en común y mucho trabajo en grupo. Ahora están empezando a presentar a los peques de tres añitos, a los más mayores del edificio grande. Esta presentación tiene la finalidad de que los peques elegirán uno de los mayores que será su padrino y el peque su ahijado, y los próximos tres años realizaran trabajos juntos y se responsabilizaran un poco de sus ahijados. Este ambiente ha llegado también al nivel de los papás. Al poco de empezar se nos pidió permiso para darnos los correos electrónicos entre todos los papas de la clase. Unas mamis, crearon una lista de correo para poder comunicarnos mejor, poner actividades interesantes, informar de cosas importantes, poder debatir y poner en común temas que nos interesen, ponerse en contacto con otros papis que sus nenes hagan el cumple el mismo mes para hacer la fiestecita juntos… vamos, para lo que se nos ocurriera o necesitásemos.

Este viernes pasado, nos encontramos en el correo una invitación de unos papas de un compañero de Tsunami. R. y sus papás, viven en un pueblo llamado Llubí. Este domingo se celebraba una feria anual dedicada a la miel. Los papis invitaban a todos los nenes que quisieran acercarse a pasar el día con ellos. R. es muy amiguito de Tsunami, llegan por la mañana a la misma hora y junto a otro nene siempre juegan juntos antes de entrar en la casita. Así que el domingo por la mañana nos fuimos para Llubí. Teníamos el teléfono de los papis, pero nos fue necesario ni llamarlos, ya que nos encontramos todos en la zona de parque de juegos que había en uno de los laterales de la feria. Cuando los nenes se vieron se pusieron contentísimos y empezaron a jugar sin parar, estaban para comérselos.

Yo no conocía ni al R. ni a sus papás, ya que es papa de Tsunami quien le lleva y recoge normalmente del cole. Lo cierto es que el encuentro fue muy agradable. Cualquiera hubiera dicho que nos conocíamos de toda la vida. Además de nosotros, habían venido otros dos compañeros más con sus hermanitos mayores y una hermanita menor. Todos esperaban conocer a Terremoto, porque Tsunami es el único niño que tiene un hermano tan mayor en la casita, pero ese fin de semana estaba con su papá, así que otro día le presentaremos a los amiguitos del peque.  Hicimos un grupo y entre todos  visitamos la feria. Vimos las paradas dedicadas a los productos derivados de la miel, desde conservas de higos secos con miel o frutos secos con miel, evidentemente, botes de miel, cera, velas de cera natural, botellas de hidromiel… la de cosas que se pueden hacer con la miel. La miel debía ser buenísima, porque a su olor habían acudido una cantidad de abejas que revoloteaban y se posaban sobre los botes intentando llegar a su interior, pobrecitas.  En la plaza hay una fuente, que cada año para la ocasión la tiñen de ambarino para que parezca que emana miel, y reconozco que estaba muy chula, uno no se encuentra cada día una fuente que emane miel.

Había un stand donde vendían la maquinaria que se usa modernamente para la apicultura y en otro y como contraste, había los útiles y ropa que se utilizaba antiguamente. Este último les llamó mucho la atención a los peques. Por cierto, el traje actual con el casco ese de rejilla y todo, vale unos 38 euros, jeje, nunca me había planteado que valían, aunque había otros más baratos. Entre las exposiciones también había maquinaria antigua empleada para la recolección y comercio de las alcaparras, de gran tradición entre las mujeres de dicho pueblo. Sé que en otros lugares no es muy habitual, pero en la cocina mallorquina hay diversas recetas de cocina con alcaparras, además de como complemento en los pà amb oli (pan con aceite y tomate) que están de rechupete. Por desgracia no se vendían alcaparras, con lo que me gustan.

Nos compramos varios frascos de diferentes clases de miel, de romero y de flores de otoño, unos cuantos embutidos  y una botella de hidromiel casera, que no es que en casa seamos mucho de beber, más bien poco, pero bueno, nos hizo ilusión y pillamos una.

La mamá de R. nos comentó que el ayuntamiento tiene un puesto en el que te invitan a unos buenos aperitivos de sobrasada con miel, y allí fuimos, para catar el aperitivo. Tengo que decir que la cola no era muy grande y que repetimos varias veces. Al final, Tsunami que era algo reticente, acabó pillándole el gustito y dando buena cuenta de unos cuantos trocitos de pan.

Durante el paseo conocimos a unos amigos de estos papás y a todas sus abuelas. En comparación con nosotros que somos poquísimos de familia, encontrarnos con toda la familia de R. fue toda una experiencia.  Es la típica familia en la que son muchos hermanos y entre unos y otros y tíos solteros y abuelas de verdad, cuando se juntan hay para llenar un campo de futbol. Nos invitaron a todos a ir a su casa a comer una pà amb oliada y allí fuimos. Tengo que decir que me encantan las casas de pueblo, son tan espaciosas y todas con su huertito detrás, en este caso, todo un terreno lleno de naranjos. Esta casa era preciosa, había sido arreglada pero con todo el encanto original. Pero lo mejor no fue la casa, fueron las personas que había dentro de la casa. Nos lo pasamos fenómeno oyendo las historias de las abuelitas, viendo jugar a los peques, ayudando a montar la mesa y todos los platos que se llevaron. Fue como tener una nueva familia por un día. Además parecía que hubiéramos estando ensayando, porque sin decirse nada cada uno se asignó una misión y en un momento lo tuvimos todo montado.  Los nenes comieron en una mesita, y se portaron como hombrecillos. Los mayores estábamos en una mesa cerca y les dábamos vistazos y ayudábamos si lo necesitaban, aunque realmente se desenvolvían muy bien. Después de un agasajo de pan con toda una tabla de quesos, de jamones, de embutidos y pates de todo tipo, así como aceitunas, pepinillos y todo lo que se precie a la hora de montar un buen pà amb oli, pasamos de postre a una hermosas uvas. Para los más golosos nos habían reservado una sorpresa, unos buñuelos, como los que os comenté para Ses Verges, y unas ensaimadas de cabello de ángel que estaban para chuparse los dedos. No os tengo que contar como se pusieron las botas los nenes, que además de todo esto tuvieron su particular rinconcito con lacasitos y conguitos de chocolate.

Pero como buenos niños que son, hay que decir que no pararon de jugar ni de moverse y que quemaron todo lo comido con creces.

Me reí mucho cuando el papá les dijo que iban a enseñarles la habitación de su pequeño anfitrión, y automáticamente todo el remolino de pequeñajos que le rodeaban se le colocaron enfrente perfectamente formaditos en fila para ir a subir al piso de arriba. Te sorprenden tantas veces. Papi de Tsunami me dijo que se habían hecho una foto todos los peques sentados en la escalera y que probablemente nos la envíen por correo.

Así que como veis, con este encuentro no sólo conocimos un poco más a unos cuantos compañeros y a sus papás, sino que empezamos a montar lo que serán los futuros lazos de unas amistades. La mamá de R. nos contó que el peque estaba tan emocionado con que iban a venir sus compañeros que por la noche le había costado mucho dormirse.

El encuentro fue tan majo que ayer se comentó que no estaría mal que si alguien sabía actividades para hacer algún fin de semana concreto con los peques se dijera por la lista y así nos enteráramos más familias. Realmente el buen rollo del cole de Tsunami me gusta. Papi Tsunami me dijo que cuando llegaron el lunes al cole los peques estaban muy contentos. La profe nos dijo que el grupito que había estado en Llubí contaron al resto todo lo que habían visto y hecho. Una de las nenas que fue se trajo un cómic de las abejas que habían comprado allí y lo estuvieron leyendo y mirando entre todos. Por su parte, R. se trajo unos botes de miel para que todos los compañeros la probaran y pudieran experimentar con ella. Así que el lunes tuvieron una clase improvisada sobre las abejas, las colmenas y la miel.  Tsunami vino contentísimo y con ganas de ir pronto a otra actividad de este tipo con sus amiguitos.

Para acabar, os voy a contar como se hace este plato, aunque realmente no tiene mucho secreto.

Sobrasada con miel

Ingredientes:

Un buen pan payes

Una buena sobrasada

Una buena miel

En la feria nos dieron rebanadas de pan payes cortado. En un cuenco habían puesto la pasta de la sobrasada, que se saca sin dificultad simplemente quitando la piel. Habían mezclado esta pasta con unos cuantos cucharones de miel (porque lo hacían a lo grande, en realidad basta con unas cucharitas o regarla e ir mezclando). Luego tienes que poner con una cuchara esta mezcla sobre el pan y ya está.

Yo cuando lo he hecho alguna vez en casa, he tostado antes el pan y luego sobre la tostada he puesto la sobrasada, sin la piel, la miel encima, y le he dado un golpe de gril con el horno, así queda medio fundido y tostadito y a mí me gusta más.

Y como parece que esto va ha ser más popular de lo que creía, aquí os dejo el enlace a la web de webos fritos, donde hace también una versión que no he probado pero parece muy interesante y prometo un día ponerle remedio

Así que os dejo con este olorcito tan delicioso y chupándoos los dedos. Bon profit.

Cuando a Tsunami y a Terremoto se les diagnosticó una alergia a la lactosa debido a una gastroenteritis aguda

15 Nov

Hace dos años durante el verano, mis peques desarrollaron por causas diferentes, pero los dos a la vez, una intolerancia secundaria a la lactosa o como también se llama un síndrome post-gastroenteritis.

Era agosto, Tsunami tenía un año y dos meses y Terremoto tenía once años. Los hechos fueron algo extraños.  Yo por las mañana iba a trabajar, y dejaba a Tsunami con una señora que me lo cuidaba en su casa y luego lo recogía. Creo que uno de sus hijos había tenido algo de dolor de estomago hacía una semana pero había sido muy leve sin vómitos ni nada. Tsunami estaba sanote como un roble. Un sábado fui al mercado con los nenes y al peque le dieron a probar un higo, se lo comió y le encantó y el chico le dio otro, me había asegurado que eran de la higuera de su casa y que no estaban tratados con pesticidas ni nada y sinceramente nos conocemos hace años y le creo. No se si eso tuvo algo que ver, pero por la noche llevábamos al peque a urgencias por vómitos y diarreas. La doctora de guardia me dijo que no creía que fueran los higos y que ella lo atribuía a un virus intestinal que había esos días y como uno de los hijos de la chica que lo cuidaba había estado algo tocado pues supongo que pudo ser por virus. La doctora me dijo que en una semana se le pasaría y que pidiera cita con el pediatra. El pediatra estaba de vacaciones, así que tuve que esperar bastante para que este le viera. La doctora le dio dieta astringente y leche sin lactosa. Ya os conté mi imposibilidad de haber podido hacer una lactancia materna, así que el peque tomaba leche de farmacia y de la misma marca que tomaba estaba la opción sin lactosa. Así que puse al peque a dieta, pero no se le acababa de ir del todo.

A la semana siguiente, habíamos traído para cenar en casa un par de cosas de un restaurante al que en ocasiones vamos. Allí hacen un alioli que a Terremoto le gusta mucho y los del restaurante le pusieron un cacito, de esos de helado, con el alioli y rebanadas de pan tostado a la leña. Terremoto es muy impulsivo con la comida y siempre ha estado muy delicado del estomago, las gastroenteritis son su especialidad desde bebe por lo que siempre tenemos que estarle encima. Le advertimos que comiera más despacio que le caería mal y no se lo comiera todo que se suponía que era para los tres. No nos hizo caso y cuando nos dimos cuenta se lo había engullido prácticamente todo en un abrir y cerrar de ojos mientras nosotros calentábamos la comida. Le reñimos y le advertimos que cuando hacía eso se ponía malito de la barriga y por la noche tuvimos que ir otra vez ha urgencias, esta vez por el mayor. De nuevo mismo diagnóstico, aunque esta vez sí que me dijo que podría ser por lo que se había zampado y como. Así que tenía a los dos nenes a dieta astringente.

Mis menús eran a base de arroz, zanahorias hervidas, pollo y pescado hervido o tostado. Pan blanco tostado en tostadora o del super y jamón york y mucha agua o agua de arroz, que no les gustaba nada. Para colársela a Tsunami le hacía con ella los biberones. Pero pese a ello los nenes seguían igual, no tan a lo bestia, pero les seguía doliendo el estómago, teniendo retortijones, flatulencias y mucha caca mala líquida con trocitos flotantes y bastante apestosilla, sobre todo el pequeño. Vuelvo a llevarlos a urgencias y me dicen que siga con la dieta. Os ahorro una parrafada, porque a urgencias me los llevé unas cuantas veces.

A principios de septiembre, se incorpora de vacaciones su pediatra y voy a consulta. Le cuento todo eso y me dice que los niños ya están curados de la gastroenteritis, pero que han desarrollado una intolerancia transitoria a la lactosa. Yo me quedé un poco a cuadros porque no entendía eso de que se pudiera desarrollar así por las buenas una alergia. Me explicó que la lactosa es un azúcar (un disacárido) que se encuentra en la leche. Para su correcta digestión y asimilación este azúcar debe ser desdoblado en dos moléculas (glucosa + galactosa) y este desdoblamiento se consigue por medio de una enzima, la lactasa, que está en las células del intestino. En las intolerancias reversibles (o temporales) se produce un daño en la mucosa intestinal que genera un descenso de la producción de lactasa y por ello, de la capacidad para metabolizar el azúcar de la leche. Este daño puede ser debido a una gastroenteritis, a ciertos medicamentos (antibióticos o antinflamatorios especialmente) o enfermedades como la fibrosis quística.

También me comentó una cosa que yo no sabía, el jamón york puede tener lactosa, de hecho normalmente la tiene, y el pan tostado que venden en los supers pues también tiene lactosa. El médico achacó que los peques llevaban prácticamente un mes con gastroenteritis y que sin saberlo sí que les había dado lactosa, porque para merendar les daba pan tostado y york,  por eso habían desarrollado esa intolerancia.

Salí de allí con permiso para que los nenes comieran de todo, menos aquello que pudiera tener o haber estado en contacto con lactosa. Si había duda descartado. Por suerte Terremoto salió algo más mentalizado de no tomar ciertas cosas que le había permitido, ya que no era cuestión tampoco de ponernos a comer salsitas y frituras. Las primeras semanas teníamos que ir introduciendo poco a poco la nueva «dieta normal sin lactosa». El pediatra también me comentó que cuando uno ha tenido una gastroenteritis tan aguda y prolongada la intolerancia puede durar al menos unos dos meses, si después de esos dos meses seguían, podía darse el caso de que se convirtiera crónica sobre todo en el caso del peque.

Según vi por internet y os copio de la wikipedia, si buscáis mejor seguro que encontrareis muchísima más información. Puedes encontrarte lactosa en productos no lácteos en los siguientes casos:

«La lactosa (también presente cuando en la etiqueta aparece lacto suero, suero, sólidos de leche, ingredientes modificados de la leche, etc.) es un aditivo comercial para los alimentos usado por su textura, sabor y cualidades adhesivas, y encontrada en alimentos tales como carnes procesadas (salchichas, carne rebanada, patés), sazonador en polvo, margarinas, pan rebanado, cereales para desayuno, frutos secos, alimentos procesados, medicamentos, comidas preparadas, sustitutos de la comida (polvos y barras), suplementos de proteínas (polvos y barras). Los productos kosher marcados «pareve» están libres de leche. Sin embargo si una letra «L» (por lácteos) está presente, el alimento probablemente contenga sólidos de leche (aunque también puede simplemente indicar que el producto fue producido en un equipo compartido con otros productos que contienen derivados de la leche).»

No tienen nada de lactosa las leches obtenidas de plantas y sus derivados (leche de soja, leche de almendras, leche de avena, leche de arroz, leche de cacahuete) son las únicas 100 % libres. En nuestro caso optamos por la de soja porque no es tan grasa ya que la de almendras es muy dulce y engorda mucho y había que controlar a Terremoto y las otras no son tan fáciles de localizar por donde vivo.

Ya me tenéis, inspeccionando todos los ingredientes de todos los envases de todo lo que tenía por casa para ver que podían y que no podían comer. El carnicero flipó cuando le dije que el york tenía lactosa y lo miro y en efecto. Luego localizamos uno que no lo tenía y de ese sí pudieron tomar aunque por si acaso les daba poquito. El mayor tuvo que acostumbrarse a la leche de soja que según él era repugnante, pero era eso o agua, así que se quedó con el eso. En la panadería también sometía a interrogatorio a los horneros, porque algunos panes sí que les ponen leche o suero de leche o pueden estar en contacto con otras masas y tener aquello que llaman «trazas». Al final y como entonces aún no tenía la panificadora, pille un tipo de pan que no tenía y cuando podía hice algunos panes por casa. La repostería ya os podéis imaginar que hay muy pocas cosas aunque sean caseras que se puedan hacer sin lactosa. En este aspecto una chica de Santíveri me recomendó unas galletitas y magdalenas sin lactosa y sin gluten que les gustaron a los nenes y al menos tenían algo en plan caprichito que ofrecerles alguna vez.

Las galletitas y las magdalenas no eran precisamente baratas. Ella me explicó que los productos para gente con intolerancia a lo que sea, suelen ser muy caros porque se tienen que hacer con una maquinaria que sólo haga ese producto. Luego no se puede emplear para nada más, porque si no podría tener las famosas «trazas» y producir las alergias. Por eso son productos más caros, porque al tener un mercado más reducido cuesta más poder amortizarlas y hay que tener mucho cuidado en que no se contaminen. Me sugirió lo de hacer yo el pan con una panificadora. Me contó el caso de una amiga suya que tenían panificadora. Por lo visto cuando la compró adquirió una cubeta más, porque así con una hacía el pan para todos y la otra sólo la usaba cuando hacia el pan para el peque que era celiaco. Por lo visto lo de las trazas puede llegar a estos niveles.

Otro problema que tuve es que normalmente las papillas del peque las hacía yo caseras, pero si alguna vez teníamos que ir a algún sitio y me tenía que llevar alguna en plan urgencia, tenía que tener algo que aguantara el poder pasearlo. Yo solía tener algunas papillas de farmacia por si pasaba algo así en casa. Me las recomendó el pediatra, que me dijo que eran las más parecidas a las naturales que él supiera. Ya me tenéis también en la farmacia y al final tras revisar todo el etiquetado de todas descubrí que dos de ellas eran elaboradas sólo con agua y no tenían nada de sueros ni lácteos. Por suerte, con esas dos nos apañamos muy bien y no nos dieron problemas.

La chica que cuidaba a Tsunami también se esforzó al máximo en buscarme cosas. Me contó que una de sus mejores amigas tenía un peque ya con siete años y que había tenido intolerancia a la lactosa desde su nacimiento. Por lo visto hay casos, por suerte excepcionales, de bebes  que carecen del enzima, por lo que no pueden digerir la leche y tienen alergia desde el primer día de vida. Lo cierto es que el ponerme en contacto con esta chica fue toda una ayuda ya que ella tenía más localizados que nadie todas las cosas y donde se podían comprar. Me comentó que además del potito que yo había localizado en la farmacia, en algunos supers había otro, ahora no recuerdo la marca, pero si a alguien le interesa que me lo comenté y lo buscaré, que sí que estaba indicado para intolerancias a la lactosa. Me pasó también unas fotocopias de lo que podían y no podían tomar. Porque aunque los ingredientes no aparezca la palabra lactosa o leche o suero, hay componentes que tienen. Son las hojas que os aparecen hoy como ilustraciones.

Al cabo de dos meses de tener a los peques más controlados que un silo de mísiles, me voy de nuevo al pediatra, convencida de que les haría alguna prueba para saber si seguían con la intolerancia. El hombre que aunque lo tengo muy calado, en ocasiones me sigue sorprendiendo, me dijo que nada de pruebas. Tras explorarlos y mirarlos bien me dijo que fuera a casa y que les diera algo con leche, si lo toleraban podía olvidarme de todo, y si volvían a vomitar que los trajera de nuevo. Por suerte lo toleraron y aquí acabó nuestra rocambolesca experiencia con el mundo de las intolerancias.

Incluso antes de que nos ocurriera esto, siempre he tenido la costumbre cuando Terremoto, y ahora Tsunami, hacían los años y lo celebraban en el cole, de preguntar a las profes si algún niño de la clase tenía alguna alergia o intolerancia o diabetes o algo, para llevarle un pastelito adecuado a ese nene y no que se quedara mirando como los demás comían cositas y él no pudiera disfrutar también.

Espero que esta información os sea provechosa, y por favor, tened en cuenta a los peques que por motivos de salud sufren alguna restricción en sus dietas. El preguntar antes no nos cuesta mucho, los peques no se sentirán discriminados durante la fiesta y seguro que la familia agradecerá que también se piense en ellos.

He decidido que mañana haré huelga porque estudié historia y porque soy funcionaria.

13 Nov

Porque estudié historia y recuerdo que:

– Un martes 16 de diciembre de 1773, un grupo entre 60 y 150 personas se disfrazan como indios mohawk  arrojaron al puerto de Boston un gran cargamento de té que quedó flotando durante varios día. Fue un acto de protesta de los colonos americanos contra la escalada de impuestos por parte de Gran Bretaña…. Unos años después, Estados Unidos estaría inmerso en la guerra de la independencia contra el imperio británico, de la que saldría victorioso.

– Se atribuye la frase a una princesa austriaca, entonces reina de Francia. Cuando su pueblo llegó hasta Versalles pidiendo harina para hacer pan para sus hijos. Ella contesto, si no tienen pan entonces que coman brioches. “Qu’ils mangent de la brioche”. …. Poco después el pueblo se sublevó y ella y su familia acabaron bajo el filo de la guillotina.

– El 25 de marzo de 1911 murieron atrapadas y sin posibilidad de salir,  146 trabajadoras textiles por quemaduras provocadas por el fuego, la inhalación de humo y los derrumbes. La mayoría de las víctimas eran jóvenes mujeres inmigrantes de origen judío e italiano de entre dieciséis y veintitrés años de edad. La víctima de más edad tenía 48 años y la más joven 14 años. Nueva York,  fábrica de camisas Triangle Shirtwaist. Era común para evitar los robos, la práctica de cerrar todas las puertas y escaleras. Las trabajadoras que no perecieron por las llamas o la inhalación del humo lo hicieron al arrojarse desde las ventanas como única solución desesperada…. Este hecho provocó un cambio en las normas de seguridad y salud laboral e industrial y la lucha por una mejora de las condiciones laborales de las mujeres.

– El zar de todas las Rusias no tuvo en cuenta las advertencias de su pueblo y perdió el liderazgo y el contacto con la realidad del país. Nuevamente las mujeres salen a la calle pidiendo pan para sus hijos. Se producen revueltas y manifestaciones. Los soldados resisten las primeras tentativas de confraternización. Finalmente, los regimientos de la guarnición de Petrogrado se unieron a la revuelta. Fue el triunfo de la revolución. …. El zar y su familia serían ajusticiados.

– Finales de 1955, Rosa Parks, no cede su asiento en el autobús a un hombre blanco, ella era negra. Martín Luther King organiza unos boicots contra los autobuses. Su misma casa es atacada con bombas incendiarias. Los boicoteadores fueron objeto constante de agresiones físicas, pero el conjunto de los 40 000 negros de la ciudad siguieron con su protesta, llegando en ocasiones a caminar hasta 30 km para llegar a sus lugares de trabajo. El boicot terminó gracias a una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que al año siguiente declaró ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos…. En las gradas del Lincoln Memorial, durante la histórica Marcha sobre Washington lee un discurso Ayer tuve un sueño «I Have a Dream”….Finalmente, Martín Luther King sería asesinado, pero había conseguido la igualdad  de derechos de los ciudadanos en los Estados Unidos.

– Un hombre, delgado, vestido de blanco, casi desnudo y apoyado en un palo parte del noroeste de la India, acompañado de algunas decenas de discípulos y de un séquito de periodistas. Después de un recorrido a pie de 300 kilómetros, llega el 6 de abril de 1930 a la costa del Océano Índico. Se acerca a la orilla, y recoge con sus manos un poco de sal. Con este pequeño gesto Gandhi alienta a sus compatriotas a violar el monopolio del gobierno británico sobre la distribución de sal…. También seria asesinado, pero su país consiguió la independencia y su legado de respeto y no violencia debería ser preservado

Porque soy funcionaria e hice oposiciones y estudié la Constitución de 1978 en la cual en su título primero «De los derechos y deberes fundamentales» . Capítulo II Derechos y libertades. Cito:

Artículo 27 .1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza

Artículo 35. 1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo

Artículo 39.1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.

Artículo 41.  Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente, en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.

Artículo 43.1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud.

Artículo 43.2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto.

Artículo 47.1.   Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.

… salvo que yo esté ejerciendo en otro país y no me haya enterado, me suena raro leer ahora esto sabiendo como está el país.

Por eso he hecho un balance y he pensado que:

Quiero hacer huelga

– Porque soy madre y quiero que mis hijos tengan un futuro

– Porque soy una privilegiada que tiene trabajo, pero eso no tendría que ser nunca un privilegio

– Porque tengo una casa, aunque esté pagando una hipoteca a veinte años y hay personas que no tienen ya su casa y siguen teniendo que pagar su hipoteca.

– Porque es indignante que tengan que morir personas para que los dirigentes se tomen la situación «un poco en serio” y piensen en “que tendrían que hacer algo»

– Porque no soy economista, ni he estudiado empresariales y hace tiempo que considero que esto no tiene salida y cuando podía haber tenido alguna se le tiró tierra encima y la ahogaron.

– Porque estoy harta de que se diga que los ciudadanos somos los culpables de todo, cuando realmente somos las víctimas

– Porque no me parece justo que la población haga malabares y se apriete el cinturón y otros se dediquen a ir a hoteles, spas, viajar a todo tren y subirse el sueldo porque su trabajo es agotador y se lo merecen.

– Porque normalmente no creo en las huelgas, pero creo que esta vez tengo que hacerla.

No haría huelga mañana:

– Por temor a algún tipo de represalias en el futuro y quedarme sin trabajo y luego sin casa

– Porque me van a descontar 100 euros

– Porque no sé si esto es solucionable

Conclusión: Si tengo que zurcirme unos pantalones, comer unos días patatas hervidas con atún o privarme de otros gastos personales para compensarlo y ahorrar los 100 euros, estaré encantada de hacerlo, al menos yo dispongo de unos pantalones que remendar y de comida para poner en el plato a mi familia y una casa donde vivir dignamente. Lo que siento es que estos 100 euros que me descontarán no se los den a una entidad para que los que han llegado a no tener ni ropa, ni comida, ni techo, puedan tomar algo.

Así que he decido que como tengo memoria histórica, preparé unas oposiciones, quiero a mis hijos, soy una persona y tengo dignidad, mañana secundaré esta huelga y ojalá sirva de algo como sirvieron en su momento todos esos hechos que os he comentado al principio.

Tsunami, el niño que quería volar

9 Nov

Es de todos conocido el ansia de mi pequeñajo por conseguir siempre llegar a lo más alto, ya sea escalando las sillas o subiéndose cual casteller a sus papis. También tiene al tío J.A. (mi ex) amargado con eso de que lo tiene que subir cual salto de bailarina de ballet, para tocar con la mano el techo. Éste es un niño de altos vuelos que cuando va en avión se pide ventanilla y no se pierda nada.

Hace unas semanas hicimos una actividad que aún no os había podido comentar. A través de la web de mami mamita mama me enteré que en el bosque de Bellver hay un parque de niños que no teníamos controlado. Así que nos fuimos un fin de semana a investigar.

El parque es muy chulo porque se baja a él por un tobogán… también hay escaleras, pero quien quiere escaleras cuando se puede bajar por un tobogán gigante. Así que toda la familia en pleno nos deslizamos por el gran tubo sin fondo. He dicho todos, porque aquí una presente también lo hizo. Bueno, rectifico, más que deslizarme yo me arrastré, ya que no se si serán los años o los kilos (yo apostaría por los kilos, pero seremos discretos y dejaremos la incógnita anterior al aire) pues eso, que yo me quedaba encallada, incluso en los tramos de más cuesta, snif, snif, mi autoestima por los suelos.

El parque no es muy grande pero tiene una cosa muy chula. Una tirolina. Adivinad quien se quedó en plan Oooooooooohhhhhhhhhhhhhh!!!!!!! Cuando hubo salido del tobogán. Efectivamente, Tsunami, el niño que soñaba con volar y allí enfrente estaba la posibilidad de culminar su sueño. Mamá ha procurado no llevarlo a los acantilados donde suelen tirarse en ala delta, que ese es capaz de colarse en una y a grito de Jeróoonimo volar de verdad.

En esos momentos la tirolina estaba un poco solicitada y tuvimos a los peques algo distraídos con las otras zonas del parque. El peque haciendo acopio de valor y para ir preparando el cuerpo para lo mejor, nos sorprendió tirándose sin pestañear por la barra de los bomberos, como la llamo yo. Huelga decir que mamá no las tenía mucho consigo. Por suerte, papá de Tsunami no ha pasado por todas las crisis de niño hiperactivo que sufrí yo en su momento con Terremoto y cuando el peque hace algo “normal” para su edad, pero que me sobresalta mi sistema de alerta maternal más de los que mandan los cánones pediátricos, pues sabe tranquilizarme. Yo lo siento, pero cuando una ha pasado por lo que ha pasado con el mayor, lo de mentalizarte que el peque tan sólo es un intrépido aventurero pero con mucho sentido de no voy a despeñarme, me cuesta mucho.  Y quien nos lo iba a decir, Terremoto que en sus años mozos ya hubiera subido al sitio más alto y se hubiera despeñado, con los años se ha vuelto un miedica y comodón y casi hay que animarlo para que se monté en algo sin cara de pánico.

En un momento la tirolina estaba menos solicitada y aproveché para acercarme al sitio. Cuando llegué una chica acababa de tirarse y luego tienen que subir el cachirulo con el que se tiran (supongo que tendrá un nombre y no debe ser cachirulo, pero como no se cual es a partir de ahora me referiré a él como cachirulo con vuestro permiso). Le pedí  a la chica si se podía montar hasta que llegáramos al sitio donde se tiraban y no hubo problema. Yo pensaba que serían unos metros y ya estaba, jeje, inocente de mí. No me pidáis como lo hizo, porque éramos unos cuantos que sujetábamos el cachirulo cuando lo subimos, pero Tsunami hizo una hábil maniobra que aun no comprendo, y consiguió deshacerse de todos y salir volando con la tirolina hasta el final del todo, rebotar con el gran muelle y volver hasta la mitad del recorrido. Su cara de felicidad, bien cogidito, porque suicida no es y mirando como el cachirulo iba rodando por la cuerda, fue para filmarlo. Como podéis imaginar, después de eso y viendo lo que vimos nos pusimos en la cola y el peque se puso las botas de lanzarse. De allí a Marte sólo hay un par de años de entreno. Como debéis imaginar cuando nos fuimos del parque el pobre Tsunami llorando porque se quería tirar más. Cuando le dijimos que otro día iríamos nos decía que no quería ir otro día, que lo que quería era que no nos fuéramos ahora.

Me gustaría dejaros con unas cuantas fotos del parque de Bellver y de Tsunami aviador de tirolinas, pero estas estaban dentro del grupo de fotos que borramos sin querer, snif, snif. En lugar de eso os dejo con unas cuantas fotos del peque ensayando para astronauta y luego sí, una filmación que papi Tsunami hizo con su móvil, así que podréis ver al peque como todo un profesional. Hasta el infinitoooo y más allaaaaaaaá.

Crónicas de un pueblo

8 Nov

El primer trabajo que tuve fue como archivera, iba a un pueblo designado por el organismo por el cual trabajaba y ordenaba  y organizaba el archivo municipal. El primer pueblito que me tocó estaba bastante lejos de casa, era un municipio pequeño, coqueto y acogedor, donde todos los vecinos se conocen, donde aún el señor alcalde, el cura, el médico, el farmacéutico, la maestra y los cuerpos de seguridad son tratados con mucho respeto… bueno… lo cierto es que tenía un policía local pequeño, flacucho más bien bastante esmirriado y que mucho respeto no daba, estaba ya bastante entrado en años y dudo mucho que sirviera de algo a la hora de perseguir a un caco, él decía que el municipio sólo tenía medio policía, y no porque lo compartieran sino porque no había más policía. Tenía una afición secreta que conocían todos, y era que de tanto en tanto le gustaba darle un lingotazo a la botella, su mujer no estaba muy conforme con la costumbre y se lo tenía prohibido, así que tenía la botella escondida en el archivo, con mi venida le fastidié el escondite porque evidentemente la encontré y se lo comenté al secretario. Al día siguiente la botella había desaparecido, no se donde la escondería. Tenía ocho hijos, buscando la niña que llevara el nombre de la madre le salieron ocho. Después del octavo parto el quinto hijo les comentó si no creían que con ocho ya bastaban y había de sobra.

En frente del Ayuntamiento había un típico bar de pueblo, con la mesonera, una señora chupada en carnes, todo un nervio, la mejor administradora que he visto en la vida, peseta que entraba en su caja, peseta que no salía hasta que había criado lo suficiente como para pagar la fianza de salida. Su bar tenía amplios ventanales a la plaza y lo cierto es que la señora del bar era encantadora y entablé una cierta amistad entre bocadillos y cafés con leche a medio día. Vendía tabaco, pero también tenía del de contrabando y de tanto en tanto, los otros cuerpos de seguridad formados por una pareja de guardias civiles con tricornio  y bigote los dos, iban y le hacían una requisa… y eso que ellos eran uno de sus compradores de tabaco del barato.

Los dos guardias civiles formaban una típica pareja casi de viñeta de cómic. Recuerdo una mañana durante el bocadillo como montaron una persecución en toda regla dando vueltas por la plaza con sirena y todo detrás de un vespino en el que iban dos jóvenes montados, cuanto la normativa dice que en los vespinos sólo puede ir uno. Creo que llegamos a contar como unas seis o siete vueltas a la plaza antes de que los delincuentes juveniles enfilaran una calle hacia la parte alta del pueblo. Cuando ya estaba por el café con leche a medias entraron en el bar el susodicho cuerpo de seguridad, pavoneándose de la hazaña realizada. La del bar, como buena ama de bar que se precie, no se pudo resistir a cotillear sobre lo ocurrido. La pareja le informó que los presuntos delincuentes habían intentado burlarlos metiéndose por las calles del casco urbano y cuando vieron que su intento de evadir la mano de la justicia era infructuoso habían abandonado el vehículo infractor y habían huido cada uno en una dirección diferente. Ellos, como era de esperar, multaron y requisaron el vehículo, no antes habiendo amenazado a los presuntos delincuentes con un “no huyáis bellacos, sabemos quienes sois y donde vivís y esta tarde vamos a ir a contárselo a vuestros padres” faltaría más.

Ya os he dicho que el pueblo era muy pequeñito y ocurrían cosas que en la ciudad no son habituales. Un día mientras trabajaba dentro del archivo que estaba en el ático empecé a oír las campanas de la iglesia tocando a muertos, estuvo así durante unos quince minutos, luego cinco de música fúnebre. Seguidamente la voz del cura anunciaba la defunción de uno de sus vecinos y convidaba a la comunidad a asistir al día siguiente a su funeral. Luego otros cinco minutos de música fúnebre y quince minutos más de campanas. Me pareció un modo curioso de anunciarlo, pero después de haber oído antes el anunciar de forma parecida, pero sin música fúnebre y con campanas más alegres, claro, que tenía que ir la cruz roja a recoger donaciones de sangres, pues tampoco me pareció tan extraño.

Tres días después de las campanadas, la música y la proclama, estaba yo a media mañana de nuevo en el bar tomándome mi reconstituyente bocadillo matinero cuando entró en el bar un señor bastante alto, barrigón, mofletudo, rostro rosado con unos mofletes más saludables que la Heidi, un espeso bigote negro y una especie de gorra aboinada. Yo no le dí más importancia hasta que el bar quedó inmerso en un escalofriante silencio sepulcral, la señora del bar emitió un leve gritito y uno de los abueletes que jugaba a cartas se puso de pie y su silla cayo al suelo. Fue entonces cuando le presté más atención al nuevo parroquiano y a las caras lívidas de los demás. Yo debía ser la única que tenía cara de panoli sin entender nada a mitad de un mordisco contemplando la escena. De pronto la dueña del bar da un paso adelante con cierto recelo y le dice

– ¿Pero tú no estás muerto?

Tengo que reconocer que consideré que esa era una pregunta curiosa y poco frecuente, lo cierto es que hasta el momento no le había oído preguntar a ninguno de sus clientes si estaban vivos. De hecho ese hombre parecía muy vivo y bastante bien alimentado por cierto.

El hombre se echó unas buenas risas y le respondió

– ¿Acaso tengo pinta de muerto?

En ese momento medio bar, es decir, media mesa de abueletes que jugaban a las cartas estalló en risas. El otro medio pese a todo no las acababa de tener todas consigo.

Evidentemente el hombre no estaba muerto. Contó a toda la parroquia mientras se tomaba una fresca cervecita (por no decir una hermosa pinta) que había tenido una discusión con el vecino colindante a sus tierras discutiendo sobre una pared medianera y su propiedad. Parece ser que al final él había ganado y las escrituras demostraban que era suya, pero el vecino se lo había tomado muy mal. Cuando el vecino vio que “el muerto” se iba con su coche a la ciudad aprovechó y desde la cabina del pueblo llamó a su mujer, le informó que llamaba de la policía, preguntando si fulanito era su marido. Les contó que en la carretera que llevaba a la ciudad había habido un accidente consecuencia del cual fulanito había perecido durante su traslado al hospital. El cuerpo estaba en el tanatorio de dicho hospital a la espera de que la familia se personase allí para su recepción.

La viuda desconsolada había llamado a la madre, a los hermanos y a los tíos, habían hablado con el cura el cual había hecho la llamada de rigor convocando a todos los feligreses para las exequias y cuando ya se habían vestido de negro (en las casas de los pueblos siempre se tiene algo negro por si las circunstancias lo requieren) y se disponían a acudir al susodicho tanatorio, el “muerto” abre la puerta de su casa dispuesto a dar buena cuenta de la comida que seguro le había preparado su mujercita. El panorama según nos narró, no podía ser más desolador, toda su familia se había reunido en su casa sin ser Navidad ni ninguna fiesta que celebrar. Estaban todos vestidos de riguroso negro, ellas con falda y ellos con corbata y todo. Además todos lloraban como unos descosidos abrazándose unos a otros. Es más, su madre cuando le vio casi le da un infarto y por los pelos no estuvieron a tener que irse corriendo al susodicho hospital aunque por motivos muy diferentes.

La historia desde luego era rocambolesca, y creo que fue la que se llevó el premio de todas las historias rocambolescas con las que me topé ese medio año que estuve en ese ayuntamiento. La historia bien valió la cerveza que milagrosamente invitó la señora del bar después de haberse echado unas buenas risas. El vecino bromista no se como acabó, ni si lo denunciaron o lo lincharon, pero desde luego esta visto que las bromas pesadas no tienen mucha gracia… salvo cuando te las cuenta el mismo muerto.

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Cuando crees que tú hijo podría ser un niño especial o ves algo raro, ¿como prepararse para la primera consulta con el médico?

6 Nov

Hola a todos, creo que más o menos ya sabéis lo que tiene Terremoto y si no podéis informaros en los posts de un niño especial. Pero hoy quería tratar también un tema muy delicado y que en varias ocasiones algunas mamás me han pedido consejo. Normalmente se trataba de padres o bien una madre, quien se había dado cuenta de que el nene no evolucionaba como debía hacerlo. Es cierto que no todos los niños son iguales y cada uno tiene su ritmo, pero entre esto y encontrarte con signos evidentes de que posiblemente eso sea algo más que una evolución más lenta o más rápida en la evolución y adquisición de aprendizajes del peque, hay un abismo.

¿Porque surge esa duda?

Puede ser por varios motivos. Es posible que alguno de los padres o algún miembro cercano a la familia o amigos de la misma, advierta algo que no le cuadre. Esto pasa:

-Porque crea que el comportamiento del nene no es lo que toca según se habían informado.

– Porque hayan tenido contacto con otros niños y por comparación ven que allí hay algo.

– Por conocer otros casos y ver demasiadas similitudes.

En este caso, si quien lo detecta es alguien ajeno al núcleo familiar, sería de agradecer que con el mayor tacto del mundo fuera comentando estas dudas a los padres para que ellos pudieran ir tomando las medidas que crean más oportunas.

En otras ocasiones, este aviso nos puede ser dado por el mismo pediatra, por otro médico que trate habitualmente al peque o por el personal de la guardería a la que vaya. Si la duda proviene del propio pediatra o de un especialista, yo lo tendría muy en cuenta e intentaría empezar a buscar quien pudiera dar más información y diagnosticar.

Si el aviso viene del centro educativo en el que está, sería conveniente mantener una charla con el personal para que pudieran exponer que han observado y porque creen que podría haber algún problema.

En todos estos casos, por muy mal que nos sepa, creo que es mejor que los padres se comporten de forma abierta. El negar las cosas de entrada no hace que los problemas desaparezcan, y todo diagnóstico y trabajo precoz es como oro para nuestros peques. Así que yo aconsejaría no reírse ni tomárselo a mal. Intentaría recabar información y luego buscar un profesional que al menos sepa empezar a encauzarnos y derivarnos.

Muchas veces uno de los progenitores, generalmente la madre ya que suele ser ella la que pasa más horas con los hijos, es más consciente de estas situaciones, mientras que el otro prefiere buscar excusas o negar evidencias. Lo entiendo, siempre queremos tener niños sanos y hermosos, y no un posible hijo con problemas. En estos casos pues no sé muy bien que deciros, ya que vosotros mismos conocéis mejor a vuestra pareja, es cuestión de armarse de paciencia y de ir haciéndole notar estas situaciones e ir hablándolo, al menos conseguir que quiera llevar al peque a un profesional para que lo valore, el resto suele ir viniendo solo con el tiempo.

¿Qué hacer cuando uno ha decidido que hay que buscar que le pasa el niño?

Pues lo primero de todo acudir al médico, yo diría que en primera instancia hablarlo con el pediatra y depende de cómo lo veáis, dejaros aconsejar con él y que busque si hay que hacerle alguna prueba al poder ser otra cosa completamente distinta a vuestros temores o si por el contrario considera que es mejor una derivación a un profesional.

Entre estos profesionales os podéis encontrar con los neuropediatras y los psiquiatras. Yo particularmente prefiero los neuropediatras, ya que los psiquiatras son muy dados a medicar a tutiplén. Los neurólogos también medican pero un poco menos. Por otra parte hay que tener en cuenta que hay  neurólogos que sólo tratan a niños y pediatras que solo trataban temas de neurología, que puedes encontrarte gente muy buena y preparada, pero que no son propiamente dicho neuropediatras.

Sé que en Barcelona está el hospital de San Juan de Dios que trata muchos de estos temas. Sé que la Cruz Roja tiene unidades de salud mental que también hacen diagnósticos de este tipo y me parece que te tienen que derivar a través del pediatra.

De todos modos yo no soy la experta ni tan siquiera soy médico o enfermera, sólo madre, así que dejaros aconsejar siempre por un profesional y comentadle vuestras dudas. Si por lo que fuera no estáis satisfechos, podéis plantearos el pedir una segunda opinión, eso depende de vosotros y de cómo veáis que tratan a vuestro peque.

¿Cómo preparar una primera cita con el pediatra o con el especialista al que se nos haya derivado?

Yo reconozco que fui sin prepararme nada y luego todo fue un mar de dudas, de ir pensando… lo pasamos algo mal. Así que los que tengáis que pasar por este trance, yo os aconsejaría que os lo preparaseis un poco. Estos son mis consejos, que no tiene porque ser los mejores del mundo, ni tienen porque pediros todo lo que os diré o sugeriré, pero siempre he pensado que es mejor tener más información y toda bien montada que no quedarse pasmado y dudando. El cribaje de la información siempre es mejor que lo haga un profesional, ya que a nosotros hay cosas que nos pueden parecer sin importancia y sean una gran pista para tomar una actitud u otra.

Antes de empezar, insistir en que si os ponéis nerviosos estos días los nenes lo perciben y pueden tener reacciones debidos a los nervios. Lo que nos interesa estos días es observarlos estando ellos en calma, no condicionados. Si tenéis que sacar los nervios hacedlo sin que ellos estén delante. Un consejo, llorar ayuda, mucho. No os sintáis avergonzados si lloráis, sois humanos y es vuestro hijo.

Lo primero de todo, poder hablar con todos los que hayan detectado algo y a ser posible que nos lo apunten o al menos nos lo cuenten y nosotros ir tomando nota de todo.

Segundo, tener apuntados los periodos en los que el peque fue asumiendo las habilidades. Normalmente al nacer se te dan una cartilla donde hay un apartado que pone algo así en plan le sale su primer diente, se mantiene sentado, gatea…. supongo que sabéis a lo que me refiero, pues bien, el tener eso rellenado, o algo por el estilo con las fechas o al menos poner a los tres meses o al año y medio, pues también es un buen trabajo por nuestra parte. Yo por ejemplo, tenía constancia de todo, pero como cuando Terremoto nació yo estaba inmersa en unas oposiciones y luego tuvimos que ponernos al día de muchas cosas, lo que había hecho era filmar sus logros y no tenía las cintas pasadas a video, así que no tenía nada apuntado y tuve que contestar como pude y como mejor me acordaba. Me sentí una estúpida por no recordar tantas cosas importantes estábamos como tontos en la consulta pensando si eso se ha dado, como y cuanto le dura o cuando empezó a caminar o a hablar o a jugar y como. Pensad cosas del desarrollo más o menos cuando han empezado y como lo han logrado, si han tenido alguna dificultad especial

Tercera tarea: Hablar con la familia, preguntad si ha habido algún antecedente familiar o algo. Saber si en vuestras familias habéis tenido alguna vez, aunque fuera un pariente lejano, alguien con algún comportamiento poco habitual, vamos, el típico tío lejano que era un poco raro pero que todos ya sabían que era así y hacía estas cosas, o alguien con algún problema neurológico, epilepsia, depresiones, mayores con Alzheimer u otras enfermedades degenerativas. Es muy posible que el médico os pregunte sobre esto y no es cuestión de decirle, pues no sé, esto se lo tendría que pedir a mi madre y vuelves a salir de la consulta pensando que además de no recordar las cosas importantes de tu hijo, tampoco sabes las de tu propia familia.

Os digo lo de los antecedentes familiares, porque normalmente no tiene porque haber un componente hereditario, pero si algo hay o tienes la sospecha que ha podido haber alguien sería conveniente que la pediatra estuviera informada. Sobre todo para irle creando la duda y que evalúen bien al peque.

Cuarto: Vais a convertiros en unos cineastas, porque si podéis yo os aconsejaría que gravaseis al niño en los siguientes momentos:

          Cuando tiene ese comportamiento que tanto os preocupa

          En una crisis considerablemente desproporcionada, de grandes espasmos y de considerable tiempo, incluso puede que horas o casi todo el día.

          Comportamientos extraños, reiterativos y obsesivos. Como el ponerse a dar vueltas hasta caer mareado al suelo. Hacer gestos extraños con las manos repitiendo siempre lo mismo. Colocar siempre las cosas de forma ordenada y tener una rabieta si no le sale o se le descoloca. Tener que ir siempre por el mismo camino o no ser capaz de desayunar si primero no se le ha quitado el pijama. Hay nenes que construyen sin parar una torre de cubos una y otra vez como un autómata, aunque le cayeran no paraba era como una maquinita.

          Ataques de hiperactividad. Un niño hiperactivo no tiene porque hacer muchas cosas siempre, pero cuando las hace lleva puesto el cohete y parece que se ha metido cincuenta cafés con otros tantos red bulls en el biberón del desayuno. Suelen estar muy inquietos y nerviosos. Si cuando duerme sigue nervioso girándose de un sitio a otro, moviéndose y sin estar quieto, gravad también un poco.

          Repetir siempre obsesivamente una palabra. Una cosa es que cuando quiere algo o ve algo lo diga, una, dos o incluso tres o cuatro veces, y otra muy distinta es que lo diga veinte o treinta veces o te lo diga continuamente durante diez minutos.

          Si el niño tiene una crisis especial cada vez que le cambias una rutina. Por cierto, los niños se conocen las rutinas mucho antes de saber caminar, los últimos en enterarnos de eso somos nosotros.

          Un llanto compulsivo y de larga duración. El llanto puede ser un acumulo de frustraciones de quien sabe cuando ha sido que las ha tenido y le han salido hoy todas juntas, sin aparentemente ningún motivo simplemente ha explotado. 

          Si el niño de golpe parece como ido, como si no estuviera allí, podría tratarse de una ausencia. Las ausencias consisten en una especie de desconexión durante la cual la persona está por decirlo de alguna forma en babia, puede incluso llegar a estar haciendo cosas pero luego es incapaz de recordarlo, es como si estuviera ido, tiene los ojos abiertos pero si le pasas la mano delante puede que no se inmute o puede que entonces le saques de su aislamiento, puede incluso que le hables y no te responda y de golpe vuelve a conectar y no ha pasado nada. Tened en cuenta que en ocasiones estos episodios pueden ser fruto de unos episodios de fiebres altas y no pasar absolutamente nada a nuestros niños, pero que siempre es mejor una consulta al médico si eso ocurre.

          Que no sea capaz de fijar la mirada o mirarte a los ojos.

          Problemas con la psicomotricidad fina o gruesa. Ser incapaz de bajar las escaleras sin que le des la mano. No saber saltar. No saber coger un lápiz

Posiblemente si te pones a grabar el peque se pueda cabrear más. Se que es cruel pero en ese pequeño momento tienes que pasar un poco del peque (que no se haga daño es lo único a tener muy en cuenta y evitar) y grabar también un poco la rabieta o el comportamiento, sin intervenir tú para nada, que sea el mismo. No importa 20  minutos pero sí tres o cuatro minutos. También podéis hacer varias tomas durante el día y de los diferentes momentos que tiene. Pero sin pasarse, en unos minutos se pueden ver muchas cosas, no es necesario estar filma que te filma. Con este material, el profesional puede hacer una evaluación global.

Esta actividad puede que se la miren o puede que no, pero siempre les ayudará mucho para poder valorar lo que le pasa al peque en casa. Puesto que es muy raro que el niño tenga precisamente en el momento de la consulta ese comportamiento o ese ataque.

Quinto: Si no lo filmaste, bien porque no dispones de medios o bien porque siempre que lo hace no tienes el aparato o el móvil a mano, entonces está muy bien que hagas lo siguiente. Os comento que aunque lo haya filmado, yo no me saltaría este apartado porque la información que se recogerá aquí es también muy valiosa.

Consiste en apuntaros en el momento que ha ocurrido algo, o como mucho cuando el comportamiento haya acabado y todos estén en la cama, lo que ha ocurrido. Aprovechad el momento en que te acuerdas bien de todo. Toma una hoja, hazte un croquis o destina una libreta, como mejor te vaya, para anotar lo que hizo, como lo hizo y los tiempos que dedicó a cada cosa, algo en plan:

Se despierta a las 9 h, está inquieto y me pide el desayuno de forma exigente, come convulsivamente en tres minutos cuando normalmente le dedica 10. Cuando acaba empieza a llorar de forma descontrolada, o suave, o como llamando la atención. Le ofrezco más comida y la rechaza o acepta. Le ofrezco el chupete. El niño sigue llorando, no quiere que lo cojan, rechaza mi contacto y se irrita con sus hermanos o con sus padres. El niño no ha parado de llorar desde las 9’30 hasta las 14 h. Durante todo este tiempo ha estado sentado, o ha estado deambulando por la casa…. A las 14 el llanto ha cesado cuando han ido a comer….

Creo que más o menos habéis pillado la idea. Podéis hacerlo más esquemático si quieres, pero refleja ha ser posible los tiempos, lo que ha ocurrido, como has reaccionado y respondido y intenta lo mejor posible describir el estado de ánimo el tipo de llanto, la interacción, también en este caso apunta el tiempo que tarde en hace algo que normalmente le dedica más….

No sé si la pediatra le hará mucho caso o no pero tenerlo todo apuntado cuando está fresco que no luego en la consulta dudar de todo y dejarse cosas. Fechadlos y conservad luego estos apuntes. No sabes si más adelante te pueden derivar a alguien y es una información que agradecerán

Sexto: Hacerse una lista con todas las dudas, preguntas y observaciones que se os vayan planteando. El tiempo en la consulta es limitado, así que cuanto mejor llevéis preparada la visita mejor se aprovechará el tiempo. Puede ser normal que después de encontrarte con que no has sabido dar respuesta a las preguntas te sientas nervioso o despistado y se te olvide preguntar lo que para ti es necesario. Cuando te des cuenta al haber salido lo único que conseguirás es incrementar tú ansiedad y nervios.

Si ves que el médico no es muy comunicativo, así, insístele un poco y exponle que es lo que más te inquieta. Puedes dejarle leer el papel y que él te conteste a lo que vean que es importante

Si algo que te dice no lo pilláis, pídele que te lo explique con menos tecnicismo. Es algo que suelen hacer muchas veces sin darse cuenta y salir del despacho con dudas no es lo suyo. Puedes reformular lo que te ha explicado para así estar seguro que es lo que ha dicho.

Recuerda:

Hay muchas cosas que pueden provocar este comportamiento y no todas tienen porque ser malas. Si nos dan un diagnóstico de este tipo no penséis que vuestro hijo tiene porque sufrir un retraso mental, son dos conceptos que no tienen porque tener ninguna vinculación necesaria.

Si los padres necesitan ayuda externa, buscadla, en estos momentos vuestro hijo necesita que estéis centrados, se que es difícil, pero hay muchos medios, el simple hecho de poderlo hablar ayuda mucho.

Y sobre todo pensad que un niño bien diagnosticado, llevado y tratado, con una coordinación de todos, puede llegar a tener un muy buen pronóstico. Sus expectativas de una vida independiente son bastante favorables y puede tener un grado de autonomía muy considerable.

Las nuevas tecnologías, ¿han agilipollado a las nuevas generaciones?

5 Nov

Cuando yo era joven y estudiaba, en ocasiones me quedaba alucinada de los conocimientos que tenía mi padre y de todas las cosas que se acordaba. Mi padre era hijo de mallorquines emigrados a principios del siglo XX a Francia. Yo achacaba ese conocimiento al sistema educativo francés, que aunque estuviera hablando de un sistema de los años treinta y principios de los cuarenta, debía ser mucho mejor que el español en la misma época. Recuerdo que cuando le pedía algo relacionado con la historia de Francia, me lo contaba todo con una precisión de personajes, hechos y fechas que yo en ocasiones pensaba si tenía algún poder para saber lo que le preguntaría antes y se había informado. Luego cuando lo comprobaba en los libros y las enciclopedias veía asombrada como coincidía en todo. Así que me crié pensando en que la educación que había tenido mi padre era muy superior a la que estaba teniendo yo.

Tengo que reconocer que pese a todo, me he ido dando cuenta con el tiempo que la mía tampoco fue tan mal. Al menos salí con una cierta cultura general en muchos aspectos que no sólo me permitían conseguir algún quesito del Trivial, sino que he tenido bastante visión en muchos aspectos para poder mantener prolongadamente una conversación con propiedad y conocimiento de causa de bastantes temas, sin tener que mirar la enciclopedia.

Cuando había alguna cosa que no entendía y se lo pedía a mi padre, lo primero que me decía siempre era “no hay que tener pereza, ¿has mirado la enciclopedia?” O el diccionario, según se terciara. Así que yo fui de la generación que creció sabiendo lo que era una enciclopedia, manejando diccionarios y acudiendo a las bibliotecas.

Cuando entré en la facu, aún no había ordenadores personales. Si alguien los tenía en casa eran unos super-mega-privilegiados y encima contadísimos y refiriéndome siempre a los últimos años de carrera por no decir a unos años después de haberla acabado. Además entonces los primeros ordenadores no eran de los de entrar en internet, porque aún no existía, y se usaban más como máquina de escribir con posibilidades insospechadas, pero teniendo que aprenderse unos códigos que combinaban las teclas de  Alt, Mayusculas o Control con las de F1 a F12 dependiendo de lo que quisiéramos.

Así que los trabajos que se hacían en esa época eran a máquina de escribir. Si te equivocabas o tipex o repetías la página. Si querías quedarte copias tenías que ir a la foto copistería o si preferías que te saliera más rentable, poner papel carbón y dos hojas y sacar así la copia del trabajo.

Como podéis suponer, de esta forma los trabajos te los tenías que currar y de lo lindo. Es decir, tenías menos fuentes, porque sólo contábamos con las bibliotecas de la facu o de la ciudad o los libros que hubiera por casa de cada uno. Por otro lado, también teníamos menos posibilidades de hacer copiar y pegar como hoy en día. Si alguien te podía dejar un trabajo ya hecho, para empezar había al menos que tomarse la molestia en volver a teclearlo y así como mínimo uno se enteraba algo de lo que iba. Segundo, seguramente le hubiera sonado mucho al profe y de seguro que una buena nota en el mejor de los casos no te caía, como mucho un aprobadito raspadito. Eso si no se te presentaban con el anterior trabajo y te avergonzaban en público y tenías el suspenso y la repetición del trabajo asegurado.

A que viene todo esto, pues lo siento pero yo siempre he sido de las que ha pensado que la LOGSE era lo peor que les podía ocurrir a los estudiantes, que es un sistema mal montado y que te exige unos niveles que dan pena y no tienes idea de nada. Que los niños con tal de no sentirse fracasados van pasando de un nivel a otro sin adquirir un mínimo de conocimientos y luego te encuentras lo que te encuentras, que algunos se lo han tomado en serio y las diferencias entre los conocimientos de uno y otro son aún más abismales que en mi época. Los jóvenes no aprenden a tener responsabilidades ni aceptar fracasos. Vamos, que al menos para mí la LOGSE no es ningún chollo en ningún sentido.

Porque digo esto, pues sencillamente porque esta mañana me ha ocurrido algo que no es la primera vez que me ocurre, pero por suerte no es demasiado habitual. Yo trabajo en una biblioteca especializada, es decir, es sólo para investigadores, allí no se estudia ni se preparan exámenes. Es  un sitio en el que se consulta, se toma nota o trabaja con las fuentes en directo. El público que suelo tener es a nivel universitario, pero si se me ha presentado alguien no universitario con ganas de indagar en un tema y han respetado las normas de sala pues no he tenido inconveniente en atenderlos de igual forma que hago con los universitarios. Entre mis funciones está la de asesorar y aconsejar en referencia a los fondos que tenemos. Para ello tengo que conocerlos muy bien y también cuento con la herramienta del catálogo que ayuda lo suyo, ya que no sé me de memoria todo el depósito de libros.

Pues bien, hoy ha venido una chica jovencita, durante bastante rato he pensado si era una estudiante de instituto, que no vienen muchos, pero alguno hay. Me ha pedido si teníamos libros de dos autores. En vez de enviarla al catálogo general se lo he buscado. Le he pedido los dos apellidos de los autores, ya que los nombres y primer apellido eran muy normales y había más de uno con esos datos. Aquí la primera sorpresa, no sabía los segundos apellidos. Segunda sorpresa, no tenía ni idea de que obra hubieran podido escribir, ni de que iban los temas. Al final leyéndole nombres ha acabado por identificar quienes eran. De uno teníamos libros, del otro no. Del autor que teníamos libros le he leído los títulos, todos y había muchos y muy largos, y luego le he preguntado cual necesitaba ya que no me había parado en ningún momento y se había pasado todo el tiempo tecleando en su IPhone.

Después de haberme tomado esas molestias, me dice que ella realmente no quiere ningún libro, sino que su profe le había pedido que le trajera apuntados dos o tres libros de esos señores con el año de edición, el lugar y la editorial y el título por supuesto. ¡Anda que la guapa no podría haber empezado por eso en vez de estar mandando mensajitos con su móvil!, así que la he remitido al ordenador de sala y que lo buscara ella.  La chica ha tenido la potra de que en esos momentos los ordenadores estaban bloqueados por un problema informático, así que he tenido que dictarle sus  tres libritos. Allí ha venido otra sorpresa, no se había traído ni papel ni nada para escribir, y tampoco se le ha ocurrido apuntarlo al móvil como hacen algunos, para qué, eso sólo está para charlas con los compis. Así que muy a su pesar le he sacado papel y boli, lo único que me faltaba era tener que hacerle yo el trabajo. Suspiro de aburrimiento, deja tranquilo el móvil y apunta los tres títulos más sencillos que le voy dictando.

Luego me pide por el otro autor y le digo que no hay nada. Me dice que su nombre de verdad era otro. También podría haber empezado por allí, mi obligación no es conocerme todos los nombres y pseudónimos de todos los escritores del mundo, sólo me faltaría. Por el nombre real tampoco salía. Le he pedido si conocía algún título y no tenía idea de que hubiera escrito nada ni de como se titulara, de echo tampoco tenía mucha idea de quienes eran esos señores. Así que la he remitido a la Gran Enciclopedia de Mallorca. Esta es una de las cinco enciclopedias que tenemos, además de unos cuantos diccionarios, distribuidos en tres tristes estanterías. Vamos que no había mucho sitio donde buscar. Le digo, es la de allí, la marrón que está justo en medio. Levanto la vista y me la encuentro mirando la azul de arriba que era la de Ibiza. Le vuelvo a repetir que era la marrón del estante de debajo (dicho sea de paso era la única que había en el estante de debajo de esa) y se pone a buscar por otra estantería y por debajo, una de color verde oscuro. No tenía muy claro si eso era real o es que me vacilaba porque es que la tenía literalmente delante de su cara. Al final ha entendido cual era la marrón (es que las demás son negra, azul, azul y verde)  Le digo que funciona en plan enciclopedia y que va por orden alfabético. Se la mira un rato. Luego coge el último tomo que era el que tenía más cerca de ella y de su iPhone. Era el tomo que en el lomo ponía apéndice del año 2010, A-Z. Mira en él y me dice que ese señor no aparece en la Enciclopedia. Sigo pensando que tal vez me estén tomando el pelo y le sugiero que coja el tomo dos donde seguramente esté la letra C que era la que buscaba, que mire en el lomo que letras pone que incluye el tomo. Coge el tomo dos y se lo mira durante un buen rato, ahorra hojas para adelante, ahora hojas para atrás, vuelve hacia delante, vuelve hacia atrás, al final se decide. Me dice que ha llegado a encontrar al autor (que no era ni extranjero ni con una apellido complicado por si alguien pensaba en ello como agravante a la difícil prueba de buscar un nombre por orden alfabético en un listado de nombres) pero que no aparece que tuviera ninguna obra.

Puede que si no aparecen obras es que no escribiera nada o que al menos no esté publicado. Le sugiero que hable con la profesora. Se acerca a la tarima y me comenta que en realidad esta no era la primera biblioteca que había visitado y que en ninguna habían encontrado nada que al menos yo le había facilitado los tres títulos del otro. Y no me extraña, si se lo tomaba con esa chorra lo más posible es que la hubieran enviado al catálogo y que al menos se hubiera currado por ella misma tres desgraciadas búsquedas. Pensé en sugerirle que buscar la próxima vez por ISBN, pero dudo que ni supiera que es eso. Antes de irse le he preguntado de qué asignatura era y si era de algún instituto, más que nada para saber el nivel de la enseñanza hoy en día. Mi nueva sorpresa ha sido que era para una asignatura de magisterio, es decir, de universidad.

Veamos, recapitulemos, se supone que alguien que se está preparando para impartir clases y ensañar, es incapaz de buscar en un catalogo, que no lleva ni papel ni lápiz cuando va a una biblioteca, que si el personal del centro no le hace la búsqueda ella no sabe como se hace, que no es capaz de buscar una enciclopedia marrón en medio de una estantería bastante vacía y que ni tan sólo tiene muy claro de como se usa una enciclopedia ni de como va lo del sistema alfabético. Aunque bien pensado, no sé de que me quejo, si obviamente lo único que conoce es la wikipedia, el teclado del ordenador y el del iPhone, se debe suponer que el abecedario es qwertyuiop…… en vez de abcdefghi……

Cuando he llegado a casa, le he comentado a mi chico, que en su blog, que ya os comenté que iba de historia y lugares de Mallorca, que no citara las fuentes, que al menos si alguien le copiaba y pegaba todo un trabajo de curso no se lo dejara preparadito con bibliografía y todo, que se la curren que es lo mínimo que pueden hacer. O eso, o que le pongan la nota a él, que al menos sí sabe como se usa una enciclopedia y un alfabeto y eso que es de ciencias y no de letras.

P.D.: Se ruega al profesorado de Magisterio, que haga una prueba práctica a los estudiantes si son capaces de buscar en una enciclopedia una serie de simples conceptos, porque estoy empezando a sospechar a partir de lo que me he encontrado hoy, que posiblemente se pudieran llevar algunos chascos de los buenos. Si todos los alumnos superan esta prueba puede que me vuelva a plantear mi fe en el sistema educativo actual.

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