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Hojaldre relleno de queso, sobrasada y mermelada de tomate, la recetita del cumpleaños de Tsunami y 5º Ingrediente secreto de Ira

18 Jul

Esta vez no me puedo quejar, Ira me lo ha puesto fácil, bueno… eso creía yo al principio. Como sabéis tengo la cámara de fotos en reparación, pero tenía unas fotos hechas de esta receta. Así que estaba la semana pasada toda contenta con este texto redactado y todo preparado, pero, pero, pero…Antes de llevar la cámara a arreglar no había bajado las fotos y en el ordenata no tenía un puerto de esos donde descargar el cargamento grafico-gastronómico. Ya estaba empezando a pensar que el mismo sábado tendría que volver a cocinarlo en plan contrarreloj y hacer la foto con el móvil. Esta vez los hados de la cocina me han sonreído y esta mañana han recibido la cámara arregladita y reluciente. Así que esta vez os voy a poder poner una foto más decente que la de los cuadraditos de chocolate blanco con pistachos, aunque por lo visto Garfield gustó mucho.

Sigo pensando si esta chica y nuestra casa tienen una conexión mental de algún tipo, aunque por lo que veo de momento se trata de conexiones mentales de esas chulas y sabrosas, vamos, de las que da gusto tener.

Os quiero contar que esta receta no es invención de Terremoto, ni tampoco mía. Esta receta la encontré hace unos años por internet, pero no recuerdo donde. Creía que era de una web de otra mamá mallorquina y como no me gusta poner cosas como si fueran mías y no citar la fuente, lo primero que hice fue entrar y mirar.

En los cumpleaños de Tsunami hace un par de años que hay dos recetas que son obligadas, porque son muy fáciles de hacer y porque gustan tanto que se agotan. Algún año, como este, algún invitado se ha llevado a casa las que quedaban de lo buenas que estaban, jajaja. También las repito porque cuando al año siguiente las vuelven a encontrar se dan una alegría que bien merece la pena acordarse de ellas. Pues bien, una de estas recetas es la que os propongo hoy. Como os he dicho la pillé de una web de una mamá, pero he estado buscando y no la encuentro, así que si alguien la reconoce como suya pido disculpas y que me lo diga, si es la que me inspiró pondré el enlace gustosa.

Esta receta sólo tiene una condición, es preferible hacerla una horita antes de que lleguen los invitados, ya que calentita o tibia está de vicio. En frío también está muy rica, pero hemos de reconocer que lo suyo es tener un pequeño toque de calor para llegar al nivel de delicatesen propio de los dioses del Olimpo, y no me estoy echando flores, es que es exquisita.

Ira nos ha comentado que esta vez el ingrediente da la posibilidad de hacer una receta dulce o salada, porque algunos le habían pedido ingredientes que dieran algo de juego con platos salados. Pues bien, como siempre tengo que llevar un poco la contraría, la receta de hoy no es ni dulce ni salada. Es una mezcla entre ambos sabores, que como dirían en la peli de Ratatouille, aúna los aromas y los funde en un toque crujiente del hojaldre, bañado con la cremosidad del queso, el salado de la sobrasada y la dulzura poco convencional de la mermelada de tomate (allí queda eso, que bien que me ha quedado la descripción, hasta parezco profesional)

También confieso una cosa. Este año he jugado con una ventaja. Los otros años cuando hacía esta receta una de las cosas que ayuda es tener una buena sobrasada. Sé que eso por la península o fuera de ella, no es tan fácil de conseguir como en Mallorca y que algunas veces he visto webs que presentan como sobrasada un mejunje en forma de pasta roja que alguna vez he probado y juro por Zeus y Afrodita que eso no es sobrasada, lo siento pero ni punto de comparación. Aunque como sé que hay cosas difíciles de encontrar fuera de ciertos territorios no seré muy exigente, pero si tenéis la posibilidad de pillar una sobrasada decente el plato sale superior. En mi caso la sobrasada es casera, se la compro a una payesa que hace las matanzas en su casa y eso ya es todo un lujo.

El segundo truco que he tenido este año ha sido la mermelada. Normalmente empleaba la de bote y tengo que decir que da unos buenos resultados. Pero el año pasado me dio por hacer mermeladas y una de ellas fue la de tomate. Cuando la hice le puse al hervir el tomate una barrita de vainilla y le ha dado un toque y un aroma que te acaba de enamorar. Vamos, que si tenéis la suerte de pillar o hacer antes algo así, seguro que los comensales se os declaran, o como mínimo, se llevan los pastelitos que quedan para su casa como me sucede a mí. Bueno, no os quiero entretener más con las batallitas de esta familia y paso a contaros como se hace este aperitivo, picoteo o cena, ¿porque no?

Ingredientes:

Lámina de hojaldre. La cantidad depende de los que queráis hacer, yo suelo emplear entre dos y tres láminas. Si alguien sabe hacer el hojaldre casero seguro que tiene que salir superior, pero si no sabéis o tenéis poco tiempo pues los del super van bastante bien. Los que más me han gustado han sido los del Mercadona y del Lidl (este último sólo lo he probado una vez pero no me desagradó) Dejo la elección del hojaldre a vuestro gusto que cada uno tiene ya ciertas cosas fichadas por su barrio y sabe donde está más mejor cada ingrediente)

Queso de cabra de rulo. Entre dos o tres rulos, depende de la cantidad que hagáis.

Sobrasada de la buena. Si la tenéis guardada en la nevera acordaros de sacarla un poco antes para que esté a temperatura ambiente, irá mejor para cocinarla y manipularla.

Mermelada de tomate, también a temperatura ambiente

Un huevo. Es opcional, pero remata la presentación y vale la pena ponerlo.

Preparación:

Se descongela el hojaldre si es comprado del súper. Tened en cuenta que no es cuestión de descongelarlo tres horas antes, ya que luego se reseca y dificulta su manipulación, como me pasó a mí con unas láminas una vez, jiji. Así que sacarlo una media hora antes si el clima es cálido o una hora antes si hace más fresquito. De la temperatura ambiente del momento dependerá empezar a descongelarlo antes o después.

Mientras el hojaldre descongela preparamos los ingredientes. Vamos cortando en rodajas de aproximadamente entre medio y un centímetro el queso de cabra de rulo (no importa medir con un regla, es orientativo). Yo le quito la parte blanca de la costra, luego con los dedos lo aplasto un poquito y le doy forma para que el resto de ingredientes asienten bien encima.

Cortar también a rodajas la sobrasada. Normalmente corto un trozo grandecito, le quito la piel y luego hago las rodajas. Estas también serán de un tamaño aproximado a las rodajas del queso y también podemos darle un poco de forma con las manos para que encajen bien encima. Si os habéis pasado cortando el trozo podéis poner otra vez el trozo de sobrasada que os ha sobrado en la piel y guardar en la nevera… si preferís hacer un picoteo mientras cocináis no os diré que no.

Cuando el hojaldre esté en su punto y el queso y la sobrasada estén preparados sólo nos queda ir montando. Para ello cortaremos el hojaldre en cuadrados, me suelen salir unas tres tiras, del lado más estrecho del rectángulo, y entre cuatro o cinco del lado más largo del rectángulo. Eso a ojo de cada uno y la cantidad de relleno que quiera poner, sólo que a más grandecito mejor el resultado ya que si está poco relleno sólo tiene gusto de pasta y es una pena porque pierde mucho.

En cada cuadrado ponemos en el centro un trozo de queso, sobre este el trozo de sobrasada y encima una cucharadita de mermelada de tomate.

Cerramos el cuadrado de forma que las puntas de las esquinas se toquen arriba del todo del relleno y luego con las manos las vamos uniendo. De esta forma quedarán en forma de pirámide, mirad la foto. Se que se puede cerrar de diferentes formas y francamente, si no os queréis complicar la vida podéis cerrarla como mejor vaya, pero ya que nos ponemos esta composición es chula, resultona y original.

Ir colocando las bolsitas sobre una bandeja de horno, para que no se pegara le puse un papel de horno, pero supongo que el de aluminio o un poco de aceite iría bien.

Cuando estéis seguros que todos los laterales están cerrados y tenéis todas las bolsitas preparadas sobre la bandeja del horno, las pinceláis con un huevo que habréis batido un poco. El huevo hay que batirlo sin sal ni azúcar y no importa menearlo mucho, con batirlo un poco para que quede una textura que nos permita pincelarlo bien ya basta.

Entonces es el momento de meterlo en el horno. Yo los pongo a media altura, con el ventilador y calor arriba y abajo, pero cada uno conoce mejor su horno y aquí os dejo según vuestra experiencia.

Cuando veis que ya están bien doradita y hechas es el momento para sacarlo.

Tan sólo hay que esperar unos minutos para que no quemen y ya se pueden comer. Como os he indicado antes, mejor tomarlas calentitas o tibias. Frías también se pueden pero ganan con un toque de calor.

El hojaldre está crujiente y el queso y la sobrasada con el calor se han mezclado y fundido en un bocado salado, mientras que la mermelada de tomate le da ese contraste dulce que potencia el sabor del resto de ingredientes.

Como veo que debéis estar todos salivando no voy a ser más mala y dejo que probéis este delicioso y fácil aperitivo, seguro que triunfáis con él y se lo llevan de casa, ya me comentareis. Hasta el próximo reto i bon profit.

NOTA: Si tenéis muchas dificultades en encontrar sobrasada o por alergias, convicciones culinarias u otros motivos no queréis o no podéis usar este embutido, la receta también se puede hacer sin él. Este combinado sólo con el queso y la mermelada de tomate también está muy bueno, pero cuando uno lo ha probado de esta forma, ummmm…… es difícil no añadir este ingrediente y caer en la tentación. Bona cuina a tots.

2013-07-18 005



Cocina mallorquina: setas con sobrasada

16 Dic

Este sábado por la mañana fui al mercado que tanto me gusta y empecé a comprar alguna cosita para el día de Navidad. En casa somos cuatro gatos, bueno, cuatro no, exactamente somos seis, pero eso es otra historia. Tengo que tener en cuenta dos cosas a la hora de pensar el menú, primero hay un niño pequeño y no le puedo poner según qué cosas en plan delicatesen porque te las mira mal. Segundo, mi padre que entre colesterol, el no sé qué y el no sé qué cuantos y que si es muy pesado y quiero algo ligerito. Vamos que me reduce normalmente la lista de cosas un montón. Pero tampoco es cuestión de poner una comida de enfermitos porque el resto no tenemos la culpa de su colesterol y su no sé qué y no sé qué cuantos. Así que  llevo una temporada que generalmente si le pongo algo con pollo y ligerito está contento y no protesta.

Os desvelaré mi menú navideño, de primero sopa de navidad, que original ¿no? Esa de caracolillo rellena de carne y con un buen caldito, que les encanta a Terremoto y a Tsunami y seguro que van a repetir, como si lo viera. Y de segundo unos medallones crujientes de pollo rellenos de queso y sobrasada. La receta de esto último la encontrareis aquí. La he probado en otras ocasiones y está muy buena, así que he pensado que eso para los mayores y pollo rebozado para Tsunami era acertado, ya veremos con que lo acompaño.

Bueno, pues resulta que he ido a comprar un par de sobrasadas caseras y hermosas y le he comentado a la payesa de que iba la receta. Esta señora es la que ya me ha proporcionado las anteriores recetas que os he comentado y nuevamente me sorprendió con otra.  Está visto que es una enciclopedia de recetas de sobrasada, no  me extraña que me diga que le gusta un montón y siempre toma algo con ella cada día, con la de formas de cocinarla que se sabe.

El problema que he tenido es que en estos momentos yo no tenía setas en casa, así que he aprovechado unos champiñones que había comprado para empotar pero me había despistado y se han secado un poco para empotarlos. Si funciona bien con setas, también puede ir con champiñones y sí, están muy buenos, y supongo que con setas tiene que estar para chuparse los dedos. Así que no me enrollo más y os dejo con una receta sencilla a más no poder, que según la payesa “está más buena que un centollo y cuando la pruebes no vas a querer centollos por Navidad”

Ingredientes:

Setas de temporada limpias y troceadas si son muy grandotas.

Sobrasada

Preparación:

Como veis por los ingredientes no nos vamos a matar a trabajar. Se coge una sartén y se calienta. Se trocea la sobrasada en rodajas y se fríe en ella, sin poner aceite, Se deja que la sobrasada suelte juguito.  Cuando se ha tostado bien por los dos lados se saca y reserva.

Seguidamente se tuestan las setas en el juguito que ha soltado la sobrasada, primero por un lado y luego por el otro.

Se emplata de la siguiente forma, una capa con las setas y encima la sobrasada desmenuzada y que las cubra todas.

Sacar el plato calentito, hundir el tenedor en un trozo y disfrutar de un aperitivo sencillo, delicioso, calentito y muy nuestro. Espero que os guste a todos y bon profit.

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Este fin de semana hemos estado en la feria de la miel de Llubi y os enseñamos otra receta de cocina mallorquina: sobrasada con miel

21 Nov

Ya os he hablado alguna vez de como nos gusta el cole de Tsunami. Los más pequeños, de tres, cuatro y cinco años, están en un edificio anexo al grande. Este edificio es como una especie de chaletito y lo llaman “la casita”. Además de la educación de los peques, se fomenta mucho el ambiente de compañerismo entre los nenes de la casita y entre estos y los del edificio grande. Hacen muchas actividades en común y mucho trabajo en grupo. Ahora están empezando a presentar a los peques de tres añitos, a los más mayores del edificio grande. Esta presentación tiene la finalidad de que los peques elegirán uno de los mayores que será su padrino y el peque su ahijado, y los próximos tres años realizaran trabajos juntos y se responsabilizaran un poco de sus ahijados. Este ambiente ha llegado también al nivel de los papás. Al poco de empezar se nos pidió permiso para darnos los correos electrónicos entre todos los papas de la clase. Unas mamis, crearon una lista de correo para poder comunicarnos mejor, poner actividades interesantes, informar de cosas importantes, poder debatir y poner en común temas que nos interesen, ponerse en contacto con otros papis que sus nenes hagan el cumple el mismo mes para hacer la fiestecita juntos… vamos, para lo que se nos ocurriera o necesitásemos.

Este viernes pasado, nos encontramos en el correo una invitación de unos papas de un compañero de Tsunami. R. y sus papás, viven en un pueblo llamado Llubí. Este domingo se celebraba una feria anual dedicada a la miel. Los papis invitaban a todos los nenes que quisieran acercarse a pasar el día con ellos. R. es muy amiguito de Tsunami, llegan por la mañana a la misma hora y junto a otro nene siempre juegan juntos antes de entrar en la casita. Así que el domingo por la mañana nos fuimos para Llubí. Teníamos el teléfono de los papis, pero nos fue necesario ni llamarlos, ya que nos encontramos todos en la zona de parque de juegos que había en uno de los laterales de la feria. Cuando los nenes se vieron se pusieron contentísimos y empezaron a jugar sin parar, estaban para comérselos.

Yo no conocía ni al R. ni a sus papás, ya que es papa de Tsunami quien le lleva y recoge normalmente del cole. Lo cierto es que el encuentro fue muy agradable. Cualquiera hubiera dicho que nos conocíamos de toda la vida. Además de nosotros, habían venido otros dos compañeros más con sus hermanitos mayores y una hermanita menor. Todos esperaban conocer a Terremoto, porque Tsunami es el único niño que tiene un hermano tan mayor en la casita, pero ese fin de semana estaba con su papá, así que otro día le presentaremos a los amiguitos del peque.  Hicimos un grupo y entre todos  visitamos la feria. Vimos las paradas dedicadas a los productos derivados de la miel, desde conservas de higos secos con miel o frutos secos con miel, evidentemente, botes de miel, cera, velas de cera natural, botellas de hidromiel… la de cosas que se pueden hacer con la miel. La miel debía ser buenísima, porque a su olor habían acudido una cantidad de abejas que revoloteaban y se posaban sobre los botes intentando llegar a su interior, pobrecitas.  En la plaza hay una fuente, que cada año para la ocasión la tiñen de ambarino para que parezca que emana miel, y reconozco que estaba muy chula, uno no se encuentra cada día una fuente que emane miel.

Había un stand donde vendían la maquinaria que se usa modernamente para la apicultura y en otro y como contraste, había los útiles y ropa que se utilizaba antiguamente. Este último les llamó mucho la atención a los peques. Por cierto, el traje actual con el casco ese de rejilla y todo, vale unos 38 euros, jeje, nunca me había planteado que valían, aunque había otros más baratos. Entre las exposiciones también había maquinaria antigua empleada para la recolección y comercio de las alcaparras, de gran tradición entre las mujeres de dicho pueblo. Sé que en otros lugares no es muy habitual, pero en la cocina mallorquina hay diversas recetas de cocina con alcaparras, además de como complemento en los pà amb oli (pan con aceite y tomate) que están de rechupete. Por desgracia no se vendían alcaparras, con lo que me gustan.

Nos compramos varios frascos de diferentes clases de miel, de romero y de flores de otoño, unos cuantos embutidos  y una botella de hidromiel casera, que no es que en casa seamos mucho de beber, más bien poco, pero bueno, nos hizo ilusión y pillamos una.

La mamá de R. nos comentó que el ayuntamiento tiene un puesto en el que te invitan a unos buenos aperitivos de sobrasada con miel, y allí fuimos, para catar el aperitivo. Tengo que decir que la cola no era muy grande y que repetimos varias veces. Al final, Tsunami que era algo reticente, acabó pillándole el gustito y dando buena cuenta de unos cuantos trocitos de pan.

Durante el paseo conocimos a unos amigos de estos papás y a todas sus abuelas. En comparación con nosotros que somos poquísimos de familia, encontrarnos con toda la familia de R. fue toda una experiencia.  Es la típica familia en la que son muchos hermanos y entre unos y otros y tíos solteros y abuelas de verdad, cuando se juntan hay para llenar un campo de futbol. Nos invitaron a todos a ir a su casa a comer una pà amb oliada y allí fuimos. Tengo que decir que me encantan las casas de pueblo, son tan espaciosas y todas con su huertito detrás, en este caso, todo un terreno lleno de naranjos. Esta casa era preciosa, había sido arreglada pero con todo el encanto original. Pero lo mejor no fue la casa, fueron las personas que había dentro de la casa. Nos lo pasamos fenómeno oyendo las historias de las abuelitas, viendo jugar a los peques, ayudando a montar la mesa y todos los platos que se llevaron. Fue como tener una nueva familia por un día. Además parecía que hubiéramos estando ensayando, porque sin decirse nada cada uno se asignó una misión y en un momento lo tuvimos todo montado.  Los nenes comieron en una mesita, y se portaron como hombrecillos. Los mayores estábamos en una mesa cerca y les dábamos vistazos y ayudábamos si lo necesitaban, aunque realmente se desenvolvían muy bien. Después de un agasajo de pan con toda una tabla de quesos, de jamones, de embutidos y pates de todo tipo, así como aceitunas, pepinillos y todo lo que se precie a la hora de montar un buen pà amb oli, pasamos de postre a una hermosas uvas. Para los más golosos nos habían reservado una sorpresa, unos buñuelos, como los que os comenté para Ses Verges, y unas ensaimadas de cabello de ángel que estaban para chuparse los dedos. No os tengo que contar como se pusieron las botas los nenes, que además de todo esto tuvieron su particular rinconcito con lacasitos y conguitos de chocolate.

Pero como buenos niños que son, hay que decir que no pararon de jugar ni de moverse y que quemaron todo lo comido con creces.

Me reí mucho cuando el papá les dijo que iban a enseñarles la habitación de su pequeño anfitrión, y automáticamente todo el remolino de pequeñajos que le rodeaban se le colocaron enfrente perfectamente formaditos en fila para ir a subir al piso de arriba. Te sorprenden tantas veces. Papi de Tsunami me dijo que se habían hecho una foto todos los peques sentados en la escalera y que probablemente nos la envíen por correo.

Así que como veis, con este encuentro no sólo conocimos un poco más a unos cuantos compañeros y a sus papás, sino que empezamos a montar lo que serán los futuros lazos de unas amistades. La mamá de R. nos contó que el peque estaba tan emocionado con que iban a venir sus compañeros que por la noche le había costado mucho dormirse.

El encuentro fue tan majo que ayer se comentó que no estaría mal que si alguien sabía actividades para hacer algún fin de semana concreto con los peques se dijera por la lista y así nos enteráramos más familias. Realmente el buen rollo del cole de Tsunami me gusta. Papi Tsunami me dijo que cuando llegaron el lunes al cole los peques estaban muy contentos. La profe nos dijo que el grupito que había estado en Llubí contaron al resto todo lo que habían visto y hecho. Una de las nenas que fue se trajo un cómic de las abejas que habían comprado allí y lo estuvieron leyendo y mirando entre todos. Por su parte, R. se trajo unos botes de miel para que todos los compañeros la probaran y pudieran experimentar con ella. Así que el lunes tuvieron una clase improvisada sobre las abejas, las colmenas y la miel.  Tsunami vino contentísimo y con ganas de ir pronto a otra actividad de este tipo con sus amiguitos.

Para acabar, os voy a contar como se hace este plato, aunque realmente no tiene mucho secreto.

Sobrasada con miel

Ingredientes:

Un buen pan payes

Una buena sobrasada

Una buena miel

En la feria nos dieron rebanadas de pan payes cortado. En un cuenco habían puesto la pasta de la sobrasada, que se saca sin dificultad simplemente quitando la piel. Habían mezclado esta pasta con unos cuantos cucharones de miel (porque lo hacían a lo grande, en realidad basta con unas cucharitas o regarla e ir mezclando). Luego tienes que poner con una cuchara esta mezcla sobre el pan y ya está.

Yo cuando lo he hecho alguna vez en casa, he tostado antes el pan y luego sobre la tostada he puesto la sobrasada, sin la piel, la miel encima, y le he dado un golpe de gril con el horno, así queda medio fundido y tostadito y a mí me gusta más.

Y como parece que esto va ha ser más popular de lo que creía, aquí os dejo el enlace a la web de webos fritos, donde hace también una versión que no he probado pero parece muy interesante y prometo un día ponerle remedio

Así que os dejo con este olorcito tan delicioso y chupándoos los dedos. Bon profit.

Cocina mallorquina: higos con sobrasada

26 Sep

¿No os ha pasado nunca que pese a llevar toda la vida viviendo en un sitio aún hay muchas cosas que no conoces? A mí me pasó este fin de semana. Los sábados por la mañana siempre tengo una cita con el mercado de Pere Garau, es un mercado que lleva un porrón de años funcionando, cuando yo era pequeñaja ya existía. En este lugar los payeses van a vender su propia cosecha, generalmente recogida el día anterior y también algunas cositas adquiridas en Mercapalma. La calidad de los productos y su frescura justifica de sobras mi desplazamiento semanal allí. Por otra parte después de tantos años “els amos i ses madones” (los amos y las dueñas) de cada uno de los puestos ya son unos viejos conocidos y casi de la familia, jeje. A algunos de ellos empecé a comprarles cuando iba su madre y ahora son los hijos los que recogen y van a vender porque ahora la madre se encarga ya sólo de la casa, los nietos y sé de buena tinta que, de tanto en tanto, entran a trabajar en los sembrados porque hay cosas que nunca se pueden dejar del todo.

Siempre he pensado que la cocina española es muy rica y variada, y la cocina mallorquina no es una excepción. Este sábado estaba hablando con una de esas “madones” y su hijo. En concreto estos tienen una granja de gallinas en Lloret de Vista Alegre y además de los huevos más frescos que se puedan encontrar, traían unas buenas canastas de higos de su casa. Hace ya unas cuantas semanas que me llevaba algunas a casa, de hecho este verano una de mis mermeladas ha sido de higos de esa casa. Ella, “na Bel” (Isabel), es muy divertida y no es la primera vez que me ha invitado a mi, o a alguno de mis nenes cuando los llevo, a tomar alguna fruta.

El sábado pasado me dice, me estoy merendando unos higos con sobrasada como los suelo tomar en casa debajo de la higuera a la fresca.

Yo sé bastantes platos con sobrasada, y sé bastantes también con higos, aunque no los cocine los he probado en más de una vez. Pero esa combinación en particular no la había probado nunca. Cuando vio mi cara de sorpresa exclamó divertida “estos ciudadanos que sólo toman pan blanco, no me digas que no has comido nunca higos con sobrasada”. No había acabado de pronunciar esto y ya me estaba ofreciendo un higo y un buen trozo de la sobrasada que hacen ellos en casa. Tengo que confesar que la combinación es espectacular, así que ha habido unos cuantos días en casa en los que, antes de que se acaben los higos, nos hemos regalado con este tradicional y a la vez nuevo plato de la gastronomía balear.

Para todos aquellos que por diversos motivos dietéticos-alérgicos-culturales-religiosos, no toman sobrasada, os diré que me comentó que si pones una almendra dentro del higo y te lo comes también está muy bueno. Aunque tengo que confesaros que a mí me gusta más la combinación que os he propuesto.

Antes de dejaros tengo que aclararos que aquí, la gente de pueblo llama “Ciutatans”  a los habitantes de Palma. (ciudadanos, puesto que en mallorquín a la ciudad de Palma, no se le dice Palma, se le dice simplemente Ciutat y en la Edad Media era conocida como Ciutat de Mallorca. A todas luces era una traducción literaria de la Madina Mayurqa musulmana).  Lo de pan blanco, llonguets o panecillos también es un pique por el que se nos denomina en alusión a que en Palma se encontraba el pan blanco y el moreno o payes, mientras que en los pueblos sólo solía haber pan moreno.

Espero que si podeis encontrar una buena sobrasada, que ya se que fuera de Mallorca cuesta pero alguna habrá digo yo, y la acompañais de higos, recordad que el descubrimiento de este plato se lo debeis a na Bel y a la buena cultura popular.

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