Supongo que os acordáis, hace unas semanas os contaba como los funcionarios de Palma pensaban dar el punto final a su campaña de protestas por la situación actual que pasamos. Os comenté que el 4 de enero se representaría una obra de teatro en la que intervenían los sindicatos, los funcionarios del ayuntamiento de palma, los de educación, los de policía, varias asociaciones vecinales, el grupo anti-desahucios y puede que alguno más que me dejo.
Esta mañana papá Tsunami me ha dicho que estaban montando el escenario. Esta tarde mi ex se llevaba a Terremoto de compras, ya que su padrino quería comprarle algo de ropa y lo mejor en estos casos es llevarse al modelo para asegurarse que le guste y que no le fallará la talla. Así que al final sólo hemos sido tres los expedicionarios y como muchos hemos llevado unos paquetes de pasta. Digo como mucho porque los de la obra han comentado en medio de la pieza, que todo el mundo llevaba pasta y arroz y que alguien ya se podría haber traído un jamón serrano para variar. Pero no sé si me estoy adelantando. La obra ha sido al aire libre, pero tenía un precio, al menos un precio voluntario. Se pedía que cada asistente trajera algo de comida no perecedera para los más necesitados estas fiestas y para los afectados por desahucios.
Pero mejor rebobino y empiezo por el principio. Tsunami y otros peques se han puesto delante de las barreras, todos sentaditos y muy buenos sin moverse, así no les tapaba nadie. Lo cierto es que durante todo el tiempo nuestro pequeño Tsunami ha estado muy atento siguiendo el argumento de la obra y con la boquita ligeramente abierta, ya me entendéis.
La obra ha empezado con un poco de retraso y lo primero que ha pasado ha sido un ruido tipo cortocircuito y un petardo y la estrella ha sido apagada por impago de la luz. A continuación han entrado en escena los inquilinos del Belén, María, José y su bebé en brazos. El ángel se ha subido a un taburete y ha empezado a anunciar que Dios había enviado a su hijo a la tierra, a ver si es que conseguía arreglar algo, y que lo había hecho en el municipio de la ciudad de Belén. El nacimiento había tenido lugar en un establo, pero las únicas fuentes de calefacción que eran un buey y una mula habían sido embargadas por la falta de pago. Así que si las almas buenas de esta ciudad de Belén venían a bien le llevaran algo para abrigarse se agradecería. El ángel baja del taburete, se va al otro lado del establo y hace otra vez la misma proclama, y luego al otro y al otro, eso sí cada vez más cansado. El ángel empieza a preocuparse porque no viene su relevo y entonces entra en escena el alcalde de esta ciudad de Belén para comunicarle que nada de sustituto, que el ángel es un funcionario municipal y que estamos en reducción de gastos. Así que han despedido a los suplentes, le han aumentado la jornada laboral, le han reducido el sueldo y él sólo tiene que hacer el trabajo de todos los coros celestiales y aún debe dar gracias. Que como están las cosas tienen cola de ángeles en el paro que están dispuestos a hacer su trabajo por un bocata de chorizo a la semana. El ángel como protesta se ha quitado las alas, se ha vestido de negro y se ha puesto en huelga sobre su taburete.
Entonces aparecen tres figuras con capas y cofres que han medio revolucionado a los pequeños cuando han pasado a su lado. Eran los tres reyes de oriente, que como ya no vienen de oriente, sino de Huelva. Se supone que ya son ciudadanos comunitarios. Entonces hacen acto de presencia por orden del alcalde, los cuerpos de policía, que piden a los reyes que se identifiquen y ver que llevan de regalos. El primero en ser interrogado ha sido Melchorrr, que venía de Euroriente, concretamente de Alemania, que lo enviaba la Merkel. Este como era comunitario sólo le han cogido el cofre y lo han olido. Han dicho que olía raro pero que si lo enviaba la Merkel podía ir al pesebre. Los otros dos, por mucho que el Papa dijera que ahora venían de Huelva han dicho que no colaban, que uno tenía pinta de asiático y el otro de africano y lo que había dentro de los cofres tenía mala pinta. Así que no les han dejado acercarse al Belén y los han tendido de cara a la pared hasta nueva orden.
Después han venido dos payesas que criticaban la situación de hoy y el poco dinero que circula, que para lo único que se mueve el dinero es para irse a las arcas de la administración. Entonces aparece otra señora en plan “madona” (es una forma de ser muy típica de Mallorca, ya veréis la foto, es la señora de manda en su casa y en el negocio, porque en Mallorca, ses madones siempre han mandado en todo y la sociedad mallorquina es bastante matriarcal) Pues la dueña del establo también se quejaba de que si a la gente le quitan el poco dinero que tienen para pagar más y más impuestos y cobran menos y trabajan más, como van a comprar algo más caro que no un paquete de arroz o pasta, que así no había manera de que nadie le comprara los quesos, ni los embutidos ni un corderito.
Entonces ha aparecido en escena una figura siniestra, delgada con sombrero de copa. Era la banca. La banca corrupta que había hecho que se inflaran los precios, provocado la crisis, entrado en bancarrota y luego había tenido que ser rescatada con el dinero de los ciudadanos de ciudad de Belén y en lugar de dar las gracias aún les exigía más intereses y demoras y dinero. La banca reclama a la dueña el pago de los últimos tres meses y le dice que tiene que desalojarlos. Ella le dice que ya le han embargado el buey y la mula. Pero la banca le dice que eso era el pago por los intereses ahora tenía que cobrar el capital. Por ese motivo la banca ha pedido a los dos policías que sacara a los inquilinos del pesebre. Los policías han dicho que ellos si no había orden judicial no los desahuciaban. La banca muy enfadada ha llamado al juzgado, donde estaban en huelga y los jueces se habían adherido a la campaña anti-desahucios por motivos de conciencia.
En ese momento intervienen los inquilinos del establo: María pregunta a su marido si no piensa hacer algo. Este le responde que qué quiere que haga si realmente él nunca ha tenido mucho papel en esta historia. Entonces María se pone a protestar ya que según ella, el alcalde de esta ciudad de Belén mucho decir, mucho decir, que en contra del aborto, que hay que proteger la vida y luego cuando la vida ya está en este mundo no se le da ninguna protección, ni se la cuida y se la maltrata y sacan fuera de su pesebre, que eso no es serio y tendrían que avergonzarse de tanta hipocresía.
Llegado este momento la banca se ha enfurecido y ha ido a pedir ayuda al señor alcalde de esta ciudad de Belén. El alcalde ha escuchado sus motivos y le ha saludado efusivamente ya que así conseguirían hacer juntos trapichuelos políticos y enbolsillarse pingües beneficios para ambos. Entonces la dueña del establo les ha empezado a leer las cuarenta y el señor alcalde ha llamado a los antidisturbios y cuando mejor formados estaban estos se les ha caído encima una avalancha de grupos de protesta por los desahucios que han impedido que se sacara a los inquilinos del establo y han sacado fuera a la banca y al señor alcalde.
Cuando la historia estaba un poco chunga, Tsunami se me ha acercado todo preocupado porque habían arrestado a los reyes de oriente y querían cargarse la Navidad y los niños no tendrían ni turrón ni regalos. Yo le he dicho que esto era una obra de teatro y que ya vería como irían a ayudarlos y sacarían a los malos fuera y habría Navidad para todos y todos los niños. Cuando ha visto que la banca salía por patas se ha tranquilizado más y al final ha soltado un gran bien y ha aplaudido diciendo hemos salvado la navidad. De hecho, cuando ha ido la avalancha de protesta, le he tenido que coger porque mi fiera estaba dispuesto a salir al escenario a salvar a sus queridos reyes de oriente.
Si un niño de apenas tres años y medio y que os aseguro que en su casa no se trata de temas de política para nada, puede hacer esta lectura de la obra y alegrarse, no sé cómo hay ciertos dirigentes que tienen menos vista que un pequeñajo. Sería perfecto que todos los problemas fueran así de fáciles de solucionar.
De azul a verde 