Pues sinceramente, no lo se. Hace unos años me plantee esa pregunta. Así que os voy a contar un poco cual fue mi experiencia por si puede servir a alguien.
Mi madre era una persona terriblemente presumida y coqueta, y yo no. Así que se paso toda su vida criticándome e intentando condicionar mi aspecto cuando no le convencía. Mis primeras canas surgieron cuando iba a la facultad. Eran muy pocas, creo que tres para ser exactos, porque mi madre llevaba la estadística de esas tres. Ella tenía la costumbre de acecharme por la espalda cuando estaba haciendo algo o andaba distraída y zassss arrancarme una y si podía las otras dos. Obvio decir que eso me cabreaba soberanamente, porque a mí personalmente esas canas no me habían hecho nada. Además eran mías.
Poco antes de quedarme embarazada de Terremoto tuve lo que creo fue un aborto. Digo creo porque tenía un retraso de una semana, estábamos buscando bebé y empezaba a tener algún ligero síntoma. Pero no puedo confirmarlo porque antes de que me hiciera un test me vino un fin de semana una menstruación muy bestia, abundante, dolorosa y con una cantidad de coágulos de sangre muy poco usuales. Cuando hablé con la ginecóloga me comentó que posiblemente hubiera tenido un micro aborto, que normalmente pasan desapercibidos pero algunas mujeres pueden tener síntomas en esas fases y darse cuenta. Tres meses después di un positivo y tras nueve meses nació Terremoto. Yo por aquella época no me teñía ni nada, seguía teniendo mis tres canas y alguna más pero como ya no vivía con mi madre y no me tenía tan martirizada con eso pues las pobres lucían dignamente en mi testa.
Al cabo de unos años de haber tenido al mayor las canas empezaron a reproducirse de una manera más que evidente y además tuvieron la fea costumbre de ponerse todas en la capa superior del pelo, debajo ni una, todas a la vista. Por eso al principio empecé a hacerme mechas. Más adelante las mechas no me convencían y como se habían añadido algunas más pues decidí hablar con la peluquera y buscar un color lo más parecido al mio y que me hiciera tinte sin tener que pasar por todo el tinglado de unas mechas.
Cuando mi pareja y yo decidimos buscar un bebé tuvimos la suerte de quedarnos embarazados en el primer mes de prueba. Estábamos muy contentos, lo dijimos a todo el mundo, yo había visto la primera eco que mi hizo la gine cuando fui la primera vez. Pero mi ginecóloga no trataba partos, así que busque otro que me pudiera llevar durante el embarazo y el parto. Fuimos los dos a la consulta y cuando me hace la ecografía se encuentra con que el feto no tiene el tamaño que debe tener y no tiene latido. Nuestro pequeño nos había dejado, no sabíamos porque, yo estaba de dos meses y medio. Al cabo de quince días tuve un aborto natural muy bestia.
Dejamos pasar dos meses y nos pusimos de nuevo manos a la obra. Me volví a quedar embarazada ese mismo mes. Esta vez tenía el test que daba positivo, así que volví a ir al ginecólogo, esta vez sin mi pareja porque se impresionó mucho la primera vez y me dijo que no se atrevía a acompañarme. Así que allá voy sola con mi test, el ginecólogo hace una eco y no encuentra el feto por ninguna parte. Me hace hacer unos análisis con unos días de diferencia entre ellos para detectar las hormonas que tenemos en sangre. Las hormonas iban bajando. Al cabo de unas semanas empecé a sangrar poco. Fui a su consulta y me dio una baja de reposo en casa. Estuve no recuerdo bien cuantos días sin casi moverme sólo de cama a sofá y baño, seguía goteando sangre y finalmente vino la menstruación de nuevo.
Otra vez estuvimos dos meses de espera y volvimos a intentarlo. Volví a quedarme embarazada el primer mes. Estábamos bastante acojonados y casi ni se lo decimos a nadie porque era un suplicio lo de anunciarlo y al cabo de unos días tener que dar explicaciones. El pequeño se volvió a ver en las ecos y parecía que todo iba bien. Con mis antecedentes cada vez que iba a la consulta el ginecólogo lo miraba, parecía que crecía, y a los tres meses dejó de crecer y no volvió a oír su corazón aunque estuvo un buen rato intentando buscarlo. Y una vez más unas cuantas semanas después volvía a tener otro aborto complicado también con legrado como el primero.
El ginecólogo nos recomendó de esperar más tiempo antes de encargar otro, al menos seis meses como mínimo. Me dijo que yo no tenía ninguna dificultad en concebir un hijo pero si entraba en esta rueda de embarazo-aborto, tenía muchas más posibilidades de que el embarazo no agarrara y a parte mi cuerpo se estaba pegando una paliza enorme. El último aborto había sido en abril y dejamos pasar todo el verano. El médico nos dijo que si volvía a ocurrir sería conveniente hacernos pruebas cromosomáticas por si teníamos algún problema. Mi pareja estaba bastante asustado, es un chico muy sensible y la parte emocional creo que le afectó mucho más que a mí, imaginaros, así que me decía que no quería seguir buscando, que con Terremoto ya éramos una familia hacía tiempo.
Yo dejé que pasara el verano pero el pensar que había podido hacer algo o reproducido un mismo comportamiento las tres veces sin darme cuenta no me dejaba dormir del todo. Por lo tanto además de preguntar mucho me dediqué a buscar posibles causas de aborto por internet. La más obvia era mi edad, ya había pasado los cuarenta y a esa edad es más posible tener uno. Estaba visto que el problema no era quedarme ya que eso ocurría a la primera, empecé a buscar y descartar posibilidades hasta que un día encontré un comentario que especulaba sobre la posibilidad de que el amoniaco y los componentes de los tintes del pelo pudieran tener alguna relación con los abortos. Hice memoria, con Terremoto no me teñía, eso vino después… y lo cierto es que unos cuantos días antes o una semana antes de haber ido al ginecólogo había ido a la peluquería para teñirme, las tres veces. De hecho la última vez que fue la que duró más mi embarazo había tardado un poco más que las anteriores en ir por una serie de problemas caseros que no me dieron tiempo para escaparme cuando me tocaba.
Ocurrió una cosa curiosa, porque al final convencí a mi pareja para que me diera una última oportunidad, sino dejaríamos de buscarlo. Aún no lo estábamos buscando e incluso tomando nuestras precauciones y yo me volví a quedar embarazada. Evidentemente ante el nuevo test volvía a ir al ginecólogo, esta vez sin pasar por la peluquería y le comenté mis dudas. Me respondió lo mismo que luego me dijeron el pediatra del mayor y mi amiga doctora. Científicamente no se ha comprobado, pero se especula que pudiera haber una relación, pero no está demostrado, es posible que haya personas que sean propensas a absorber más las sustancias o tengan algo que les provoque eso, pero de hecho hay muchas mujeres que se tiñen y no les ocurre nada, así que como no es cuestión de coger a una gestante e ir haciendo experimentos de ese tipo pues de momento no hay una confirmación o estudio suficientemente fiable.
A mí esto me mosqueo, así que fui a hablar con mi peluquera. Estuvimos comentándolo un buen rato. Ella me dijo que con todos los años que llevaba nadie le había dicho que por causa del tinte hubiera perdido un bebé. Ella misma y algunas de las chicas que han trabajado con ella han sido madres y tocado muchos tintes durante el embarazo, se han teñido y han olido todos los componentes los nueve meses y no ha habido complicaciones. De todas formas decidimos a modo preventivo buscar un tipo de color que no llevara ningún tipo de química y fuera natural, no era un tinte, era un tipo de baño de color. Durante todo el embarazo y mi corto periodo de lactancia estuve con este baño de color.
Ya os podéis imaginar lo estresado que fue el embarazo de Tsunami. Hasta los cinco meses y medio no me atreví a decirlo a mis padres. Por suerte tanto en este como en los tres anteriores siempre tuve a la madre de mi pareja que estuvo en todo momento apoyándome y ayudándome aunque fuera por teléfono ya que ella no vive aquí. Reconozco que esas charlas por teléfono me ayudaron mucho y nunca podré agradecérselo lo suficiente. Finalmente después de nueve meses Tsunami vino al mundo y fue un hermoso bebito de 3’780 de peso, casi nada.
Nunca he sabido muy bien a que se debieron esos tres primeros abortos ¿Por mi edad?, ¿Problemas de incompatibilidad de cromosomas? ¿Por demasiado estrés y ansiedad? ¿Por causas fortuitas? ¿Por el tinte? No os podría dar una respuesta porque no la tengo. Tan sólo quería compartir mi experiencia por si pueden dar alguna pista a alguien y os pueda ayudar en algo. He leído que algunas de vosotras habéis pasado también por esa desgraciada experiencia y pese a todo el dolor que ello conlleva, no habéis desistido de encontrar vuestro hijito, ojalá lo consigáis pronto y si tenéis alguna manía hablad con vuestra peluquera y poneros un baño de color natural, por probarlo no se pierde nada, quien sabe. Suerte.
Etiquetas: abortos, anecdotas, embarazo, tinte de pelo