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Tarta de zanahoria, naranja y chocolate blanco para San Valentín y de paso para el reto de Ira del mes de febrero.

14 Feb

De todos es conocida la animadversión que suelen tener los pequeñajos a eso del festejo y sus derivados. Cuando los niños son más bebotes que niños, te llenan de besitos, abrazos y achuchones. Pero hay un momento en sus vidas en el que ya se sienten menos bebotes y más niños y les gusta reivindicar esta nueva situación. Es entonces cuando los besitos, abrazos y achuchones empiezan a ir escaseando en nuestra vida de madres, sobre todo si hay algún otro niño ajeno al hogar y cercano a su círculo de amigos que esté mirando. Entonces es cuando nos podemos encontrar con el típico “mamá aquí no, que pensarán mis compañeros de clase” o un “porfa, que ya no soy un bebé, que ya soy mayor”. Entonces es cuando tú piensas que te acabas de quedar sin bebito y el señorito mayor bien merece que se le dé esa consideración de “pequeño adulto” y no se le avergüence más a las entradas y salidas del cole. También hay una época en todo niño en la que les cabrea soberanamente que alguien les diga eso de “fulanito tiene noviaaaa” o al revés.

Pues bien, en esta casa tenemos un poco de todo eso y más. Terremoto hace tiempo que sólo reserva besos, abrazos y achuchones para momentos muy contados cuando le sale por inspiración divina y evidentemente, siempre dentro de las protectoras paredes del hogar. También es de los que se cabrea si alguien le suelta eso de las novias, sobre todo si ese alguien suele ser su padre (nota 1 de la autora: por si alguien aún no se ha dado cuenta, en el fondo mi ex es como un niño pequeño hiperfertilizado). Por ello y supongo que para que el tema no sea tan candente, cada vez que mi pareja y yo nos damos un beso, abrazo y achuchón, por un lado u otro se detecta un soplito reprobatorio en plan “ya estamos otra vez con besitos” o un más mordaz “besos buaggggg” mientras pone cara de asquito, abre la boca, saca la lengua y con el puño cerrado acerca dos dedos. La forma más divertida de conseguir que ese soplido reprobatorio desaparezca es ir hacia su autor y llenarlo a él de besitos (evidentemente, siempre dentro de las murallas protectoras del hogar dulce hogar). No es que Terremoto esté en contra de las parejas. Él te cuenta que no tiene problemas en tener novia, pero cuando ya sea un adulto, que de momento sólo es un niño y lo que quiere es disfrutar como un niño, no que las niñas lo llenen de asquerosos besos (ya hablaremos dentro de unos años, ya).

Por otra parte está el ligoncete de Tsunami. Terremoto de pequeño también era muy ligón, y el hermano no ha sido menos. No sé si esto es algo típico de los niños, pero de pequeñajos mis dos retoños siempre han llamado la atención de toda moza adolescente de buen ver que pasara cerca de ellos. Con sus ojazos mirando desvergonzadamente y sus sonrisas de anuncio publicitario, mis cachorrillos han sido unos ligones. La diferencia es que Terremoto ya abandonó (de momento) esa etapa, mientras que Tsunami no le hace ascos al asunto.  El año pasado Tsunami nos comunicó oficialmente que tenía novia, una chica de su clase. Tengo que reconocer que el pequeño tiene un gusto estupendo, la muchachita es una preciosidad y una dulzura de niña, y lo mejor de todo, con una personalidad de narices que lo lleva a raya como ella quiere (nota 2 de la autora: Esa chica me gusta, que espabile al casanova como tiene que ser que sino no sabrá hacer nada en la vida). Un día en el parque vi que Tsunami quitaba a un chico de al lado de una niña y se ponían a hablar al oído y reírse. Por lo visto y lo que supongo por lo que nos contó luego,  la conversación de ese día fue más o menos algo así como:

Tsunami: Ahora que ya no te gusta E., que te parece si eres mi novia

Ella: Me parece bien, pero de momento somos muy pequeños, así que mejor ser futuros novios dentro de unos años. Así que de momento sólo salimos.

Tsunami: Pues vale,¿ y cuando seamos mayores podremos casarnos?

Ella: Bueno, pero cuando tengamos la edad de mi padre, antes los mayores no se pueden casar.

Y así fue como nuestro Tsunami se echó novieta y así fue como nos lo contó y así fue como se lo conté a mis futuros consuegros que se quedaron primero de piedra y luego se descojonaron. Así que esta que os escribe ya tiene futura nuera y futuros consuegros… quien me lo iba a decir. Por cierto, los padres de ella tienen treinta y uno, así que dentro de veintisiete años os cuento que tal la boda.

En esta casa, pese a todos los besitos, caricias y achuchones, no somos de los que acostumbremos a celebrar San Valentín. Siempre me ha parecido algo más digno de un escaparate de grandes almacenes, que de la vida cotidiana. Con mi ex hubo unos años que lo que hicimos fue comprar un puzle y una caja de Ferrero Rocher  e ir haciendo el puzle mientras tomábamos bombones. Los bombones están en nuestras caderas, y los puzles en el dormitorio de Terremoto y Tsunami.  Con mi actual pareja no había la costumbre de celebrarlo, hasta que un día Isa, la chica de la tienda de comida preparada, me coló sus famosas, sabrosas y deliciosas tartas de San Valentín. Terremoto se mofó de mí por traer una tarta en forma de corazón con una estatuita de plástico de un bebote en pañal y un arco y flecha empotrados sobre la tarta. Aunque cuando la cató y relacionó tarta = día de los enamorados, la cosa cambió. Entonces Terremoto se enamoró de esa tradición con un contundente “taaaaarrrrrtttttaaaa” (nota 3 de la autora: Dígase en cámara lenta y con el mismo tono que emplearía Homer Simpson ante la visión de una rosquilla rosa gigante tamaño diplodocus”. En casa gustaró mucho, no me extraña, porque estaban deliciosas y mis cachorritos dieron buena cuenta de ella. El año pasado compartí con vosotros esta receta. Este año pensaba que tal vez el día de San Valentín pasaría desapercibido, pero los publicistas de la tele se compincharon en mi contra y mis pequeños vástagos se enteraron de   que este viernes era San Valentín y no se cortaron un pelo en lanzar insinuaciones y directas bien directas de que ese día exigían una “taaaaarrrrrtttttaaaa”. Está visto que los otros 364 días del año, los besitos, abracitos y achuchones están “censurados” pero con tal de que les caiga un buen trozo de pastel, mis niños están dispuestos a aguantar besos, carantoñas, corazoncitos y bebes en pañales con arcos. Faltaría plus.

Así que aprovechando que este mes de febrero, el reto de Ira tiene como ingrediente secreto la naranja, os dejo con esta receta de nuestra tarta anual, aunque francamente, no es que tenga demasiada naranja, pero sí que está muy saborsona, vamos, que ha volado.

Ingredientes:

Para el bizcocho:

4 huevos

150 gr. harina

200 gr. azúcar

250 gr. zanahoria rallada

1 naranja

100 ml. aceite

1 sobre de levadura tipo Royal.

Para la cobertura de chocolate:

1 tableta de chocolate blanco para fundir (yo usé la nestle postres)

La misma cantidad de nata para montar, que de chocolate (también puede ponerse mitad nata y la otra mitad la nata vegetal o leche evaporada si se desea hacer más ligero)

Nota: También quedaría muy bien una cobertura de chocolate blanco con queso.

Para decorar:

Perlitas de chocolate, virutas de chocolate

Le queda muy bien picar avellanas y espolvorear la cobertura una vez puesta con las avellanas.

Preparación:

Esta es una tarta que debe empezar a preparase el día anterior. Así que la noche antes tenemos que hacer la cobertura y dejarla toda la noche en la nevera. Para ello cortaremos el chocolate blanco y lo fundiremos ligeramente, sin pasarnos demasiado. Luego añadir la nata y la mezclamos con el chocolate hasta que ha ligado. Entonces la dejamos en el frigorífico hasta el día siguiente. ..

… Al día siguiente:

En un bol mezclamos los huevos batidos, la harina, el azúcar, la zanahoria pelada y rallada (se puede rallar triturándola con la batidora, el peso indicado arriba, evidentemente es una vez pelada), el aceite, la ralladura de la naranja (con cuidado de no poner el trozo blanco que amarga) y el zumo de la naranja.

Se mezcla bien todo.

Se añade la levadura y se mezcla justo antes de meterla en el horno.

Se pone al horno, yo lo puse calor arriba y abajo 180º una media hora, pero como siempre decimos, vosotras conocéis vuestro horno, así que mejor ir vigilando y sacarla cuando el pincho salga limpio.

(Nota:  Es un tipo de masa que debido a la zanahoria rallada y el zumo parece que está un poco licuada. También es un tipo de tarta que no leva demasiado, es más bien bajita, así que si alguien deseara hacerla para un cumpleaños y la desea más alta lo suyo sería hacer dos, unirlas con la cobertura y montarlo así).

Dejamos que la tarta se enfríe.

Cuando esté fría se saca de la nevera la cobertura y se bate un poco con la batidora de varillas para mezclarlo. Se coge una espátula de repostería o lo que tengáis para estos menesteres y lo esparcís por los lados y por encima. Se pone en la nevera para que cuaje y se endurezca. Si quereis ponerle la avellana picada ahora es el momento, antes de meterla en la nevera.

En ocasiones se resbala y hay que poner unas cuantas capas hasta que haya tomado consistencia por todo.

Tanto si habéis elegido la opción avellana picada como si no, ahora cuando esté “durita” es el momento de decorarla con gotitas de chocolate, virutas de chocolate, m&ns por ejemplo.

Espero que os guste tanto como a nosotros y a mis cachorritos. Terremoto quería repetir y Tsunami me decía que estaba lleno y no podría con el trozo… luego se lo ha pensado mejor y poco a poco entre dibujos de la tele y suspiros por su amor, se ha acabado todo su trocito y nos ha hecho saber que la tarta estaba deliciosa y como él está enamorado de A. el año que viene quiere otra de este tipo que no nos olvidemos.

En fin. Vive l’amoure. Vive les oranges et bonne appétit.  O como diríamos por casa bon profit.

Tarta de zanahoria

Cuadraditos de chocolate blanco con pistachos: El ingrediente secreto de Ira 4ª parte.

30 Jun

Señoras y señores, soy una vergüenza. Ahora sé porque no suelo hacer platos al baño maría. De hecho cuando leo una receta y veo baño maría no sigo porque sé que no es lo mío, debe ser una incompatibilidad, una alergia o una aversión magnética. Así que creo que tendría que cambiar el título del post por “extraña gestación de unos cuadraditos de chocolate blanco y pistachos”.

Si alguien me lo preguntara no sabría decir porque nunca me he animado a hacer algo al baño maría, y mira que en un principio no es muy complicado. Cazo con agua al fuego, flotando en él otro cacito menor y dentro de este lo que se quiera trabajar. Vamos que no sobresale demasiada complicación como pudiera ser la comprensión del universo y la expansión galáctica o los agujeros negros o la antimateria, se supone que eso sí que tendría que ser complicado. Pues sinceramente, creo que me saldría mejor una mousse de antimateria, un queso gruyer con agujeros negros o un expansivo soufflé galáctico.

Yo he seguido al pie de la letra todos los pasos de los folletos aquellos que os comenté de la vajilla de la Disney. Difícil no ha sido, pero no sé porque el chocolate le ha costado ligar. Se ha quedado un poco con textura no diré que arenosa, pero sinceramente, fluido brillante y hermoso no lo era. Aunque ahora que lo pienso la receta no lo describe así. Igual yo me estoy liando de lo lindo y resulta que el chocolate blanco funde así. Pues no señores, no queramos ser benévolos, el chocolate blanco no funde así. El problema que tuve es que pese a haber puesto el fuego bajo como decían las instrucciones, el calor era aún alto para un chocolate y menos blanco. Lo que me ocurrió fue que el chocolate se resecó y no salió tan fluido como debiera. Así que queridos, si alguien adolece de inexperiencia con el baño maría, mi primer consejo antes de hacer esa receta es fuego superbajo o bien pasar de baño maría y si usáis el nuevo chocolate blanco de postres de Nestle fundirlo en microondas siguiendo las instrucciones y mejor poco a poco.

Cuando vi el ingrediente número cuatro de Ira pensé, ¡¡¡Jopeta!!!, con lo poco que usamos en casa el chocolate. Con ese ingrediente sólo hacemos en casa tres cosas y las tres ya están publicadas: las magdalenas de chocolate, muy recomendable. La tarta de chocolate de Isa, una delicia donde las haya y finalmente unos robiols rellenos con nocilla o nutella, esto diríamos es una nueva cuisine a la tradicional cuisine mallorquina de toda la vida. Pero el ingrediente secreto de Ira especificaba que no debían ser publicados…. Ufff…. Y Terremoto, “el vidente”, en casa de mi ex durante una temporada vacacionalita. Por eso recurrí a las libretitas Disney. Esta receta me pareció fácil, ligera sin extra de azúcar, con poca mantequilla y encima con frutos secos, vamos, dentro de lo que cabe al ser postre y llevar chocolate, bastante saludable. También pensé que la versión chocolate negro con otros frutos secos era posible, pues de esta forma sí que había hecho una especie de montoncitos hace años y con muy buenos resultados. Era factible elaborarla con niños y en la foto tenía una pintaza estupenda, así que fuimos a buscar los ingredientes que nos faltaban al súper.

Lo único un poco laborioso es lo de pelar los pistachos, y aquí he tenido un pequeño incidente. Pero este no tiene la culpa la receta, lo tiene mi cabecita que debo empezar a tener alguna neurona floja o quizá será el calor.  Vamos, que dejé todos los pistachos peladitos y había cinco que no se habían abierto, los pongo encima para ver si luego conseguía abrirlos con un cuchillo de punta redonda y va y se me olvida. Así que me pongo a cocinar, pongo dentro los pistachos y cuando estoy cortando los cuadraditos veo que algunos pistachos se me resisten a la hora de cortar. Yo insisto. El pistacho se resiste. Yo insisto, no podrá vencerme aún un simple pistacho que tampoco estoy tan decrépita aún. El pistacho resiste. Yo con la moral hundida entre que el chocolate había fundido raro y me había encontrado el superpistacho del grupo, cuando… de repente… la neurona floja vuelve de darse una ducha y me acuerdo. No era un superpistacho culturista, era un vulgar pistachito con su armadura entera. Así que ya me tenéis buscando los demás pistachos acorazados. Comprenderéis que después de esta monumental chapuza, estoy pensando que tendría que haber esperado a que viniera Terremoto y se inventara un postre con chocolate, que seguro se le hubiera ocurrido alguno con mejor pinta que el de mamá.

Pese a mi inutilidad para el baño maría y el ingenio de los pistachos acorazados para pasar desapercibidos, el postre está más bueno de lo que parece en la foto. Para colmo de males tengo la cámara en la uci y hasta que no la arreglen y nos la devuelvan,  funcionamos a base de fotos de móvil que no tienen una calidad tan chula.  Paso pues a contaros como se hace este postre en espera de que vosotros seáis más duchos que yo en el manejo de estas técnicas culinarias más misteriosas que las pociones de las tres brujas de Macbeth y que seguro si es así, podréis compartir con vuestros hijos. Eso sí, no se os ocurra dejar los pistachos blindados sobre el montón para abrirlos más tarde, que luego los muy cabroncetes se cuelan y quedamos como unas panolis patosas de mucho cuidado.

Ingredientes:

400 gr. de chocolate blanco (usé el chocolate para postres blanco de Nestle)

100 gr. de pistachos (sin cascaras)

3 cucharadas de nata

20 gr. de mantequilla

1 trozo de vainilla en rama

Elaboración:

Antes de empezar habremos hecho con papel de aluminio un cuadrado de aproximadamente unos 15 X 15 cm, levantando las esquinas y lo habremos untado con algo de mantequilla.

Pelar los pistachos y reservar.

Pesar todos los ingredientes y dejar a mano.

Cortar el chocolate a tracitos con un cuchillo corto y grueso, ya que si es verano no cuesta mucho con el calor, pero en invierno se endurece y este tipo de cuchillos nos facilita el trabajo. No conviene cortarlo con máquina ni batidora ya que con el calor calienta el chocolate y luego se reseca y no funde bien.

Cortar la vainilla longitudinalmente.

Coger un cazo y ponerlo al baño maría a fuego lento. Introducir dentro la mantequilla, la vainilla y la nata, ir removiendo hasta que se mezcle y quede homogéneo. Sacar la vaina de vainilla.

Añadir el chocolate y seguir removiendo hasta que se funda.

Añadir los pistachos y dar una última removida.

Verteremos la mezcla dentro del “molde” de aluminio. Alisarlo un poco con la cuchara para nivelarlo y dejar reposar. Cuando hayan pasado unos tres minutos se cortan cuadraditos de unos 3 cm de lado aproximadamente. No se sacan del molde, sólo se cortan los cuadrados. Se deja reposar de nuevo al menos unas dos horas antes de desmontarlo.

Un comentario, como ahora nosotros estamos en verano y hace calorcito, aunque este año está resultando muy suave. Hemos puesto el molde dentro de la nevera y hemos guardado allí los cuadraditos. La receta pone que si los guardas en lugar fresco y seco pueden durar perfectamente dos semanas, pero dudo mucho que en estos momentos mi cocina se pueda considerar un lugar fresco… yo diría que más bien es tibio.

Ahora lo que sé que esperáis, el veredicto de si vale la pena hacerlo o no. Bueno, pues después de haberlos catado, la familia ha decidido que están buenos. No es exactamente lo que sería un chocolate con pistachos, ya que estos al estar un poco salados le da un sabor diferente. En gran parte es dulce pero tiene toques salados peculiares. Supongo que con otros frutos quedaría bien y supongo que si queréis hacer chocolates blancos personalizados con diferentes frutos secos esta mezcla y proporciones podría serviros de base.  Si se tiene muy en cuenta las temperaturas, quedan chulos y para una merienda o cumple de los peques puede ser una opción más a tener en cuenta. Al ser muy sencilla la elaboración los peques pueden intervenir sin ningún problema, tan sólo mucho cuidado con no pasarse con el calor. No es que estropee el postre ni mucho menos, pero os resultará un poco más molesto manipularlo y estéticamente no os quedarán tan chulos.

Bueno, espero que Ira nos pida algún día hacer una ensalada, porque a este paso voy a tener que tumbarme sobre dos toallas cuando vaya a la playa, porque con tanto dulce una no me va a bastar, jajaja. Espero que os guste esta cuadrada tentación i bon profit.

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La tarta de chocolate, de Isa, y nuestra celebración de San Valentín.

15 Feb

Fui clienta suya durante diez años, y solo sé que se llamaba Isa. Era la dueña de un local donde vendía comida hecha por ella misma. Era un local pequeñito muy cerca de donde trabajo.  Casi todos los martes que es el día que trabajo mañana y tarde con muy poco tiempo para comer, me iba a su local a comer. También otros días me llevaba algo para cenar a casa y me sacó de más de un apuro cuando Tsunami era pequeñajo y yo tenía muy poco tiempo para las cosas de casa.

Isa era todo un personaje, muy campechana, siempre con un uniforme negro y un gorro, muy poco favorecedor todo se diga. Yo en ocasiones le decía que me recordaba a la vieja del anuncio del yogur griego o a la de la fabada y no me refería porque ella fuera vieja, sino por lo poco favorecedor del uniforme.  Entrar en ese pequeño local era una delicia, te reías un montón con ella y con la chica que le ayudaba y debajo de todo ese carácter había un corazón enorme como un trasatlántico. Ella preparaba cada año por San Valentín unas tartas de chocolate en forma de corazón. Yo nunca he sido de celebrar especialmente ese día, pero Isa también era una liante nata y cada año me colaba una tarta de choco. Tengo que decir que en casa pese a que compartían mi opinión del día de San Tontín, como le denominábamos a veces en plan guasa, de que ese día es un invento de los grandes almacenes para hacerte comprar un poco más, les encantaba que trajera la tarta de choco de Isa. Mis niños esperaban ansiosos la tarta de corazón con el bebé en pañales y flechas. El muñecote era para nosotros, por supuesto, y la tarta para ellos, faltaría más. Varios años Isa también me hizo una tarta de choco para el cumpleaños de los peques y en la escoleta fue un éxito.

Un día Isa nos sorprendió a todos diciendo que cerraba el local. No es que le fuera mal del todo, pero le daba muchísimo trabajo y muy pocos beneficios y se había buscado trabajo como pinche en el restaurante del IKEA. Antes de que se fuera le dije que mis nenes sentirían no seguir teniendo sus tartas de choco. Ante mi sorpresa me dio la receta y ahora soy yo la que se las hace a los nenes.

Este miércoles por la tarde hemos hecho en casa magdalenas de chocolate y tarta de chocolate de Isa. Las magdalenas para chantajear a los nenes y conseguir que la tarta llegara al día siguiente, que con Tsunami cerca eso era difícil si no se le ofrecía algo a cambio. Así que esta vez vais a ver la tarta adornada con nata, fresas y un gran corazón en medio. Espero que os guste la tarta de choco de Isa tanto como a nosotros, porque además, os cuento un secreto, es súper fácil de hacer. Vamos, otro chollo culinario.

Ingredientes:

5 huevos

1 vaso de harina (la medida del vaso es el de agua)

1 vaso de aceite de girasol

1 vaso de azúcar

1 vaso de cacao

1 sobre de levadura tipo Royal

Preparación:

En un bol se baten los huevos con la batidora de varillas. Se agrega el azúcar y se sigue batiendo. Luego el aceite. Se añade la harina y el cacao tamizado para evitar grumos y se mezcla o bate, pero cuidado con que no se salga del bol. Añadir al final la levadura y mezclar.

(Nota: Si no sois muy duchos con la repostería,  bastaría que lo pusierais todo en un bol y le dierais batidora o al menos eso me dijo Isa, yo prefiero hacerlo como os he contado en el párrafo anterior, creo que queda mejor mezclado y levanta más el bizcocho)

Se pone en un molde para horno. Yo uso uno de esos que se desmonta el lateral y el fondo es de cerámica, son muy prácticos. La recomendación es una media hora a 180º pero eso depende de vuestro horno, así que sacadla cuando el palillo salga seco.

Ahora o bien se puede tomar así en plan bizcocho de chocolate para desayunar o merendar, pero si tenéis un cumpleaños o una celebración lo suyo es decorarla.

Presentación:

Cuando este fría cortar por la mitad y rellenar con mermelada. Si tenéis buen pulso lo suyo es cortar dos veces haciendo así tres trozos, pero con un solo corte también queda muy jugosa.

La cobertura puede ser de varios tipos:

–          Con chocolate fundido haciendo una capa. Suele quedar un poco más durillo y recordad que para fundir el chocolate los suyo es poner una nuez de mantequilla e ir fundiendo poco a poco o bien en el microondas removiendo o bien al baño maría.

–          También podéis usar la nocilla o nutela que no queda tan duro y admite decoraciones con virutas de colorines y m&ms, que además de espectacular queda deliciosa.

–          Hacer cualquiera de esas coberturas tan modernas y actuales que desconozco, jeje, formando dibujitos. Supongo que si os apetece este tipo de decoración no os será muy difícil encontrar tutoriales en internet, creo que no son muy difíciles.

–          Otra variante sería la de fresas y nata como pusimos nosotros esta semana. Si tenéis que montar vosotros la nata tened en cuenta un consejo que vi en la web de webos fritos y no falla, buscad una nata que tenga 35.1 de materia grasa, ese .1 es la diferencia entre que queda buenísima y bien montada o que cueste más y se desmonte fácilmente.

Bueno, como veis yo sigo con mi tónica de recetas fáciles, buenas y esta además espectacular. Espero que os guste y que alguien se anime porque el resultado vale la pena y más fácil imposible, no es necesario ni báscula de cocina para pesar los ingredientes. Venga, os dejo babeando viendo el postrecito y si lo hacéis ya me diréis que os parece la tarta de choco de Isa. Os dejo que ahora después de cenar nos toca acabarnos los últimos trozos, con vuestro permiso voy a llevar unos para que los nenes se re chupeteen los dedos. Bon profit.

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Hoy las calorías están de vacaciones, porque nos hemos ido a la Feria Dulce de Esporles

7 Oct

Diabéticos, abstenerse de probar, podéis mirar, oler y que narices si tenéis la insulina bien daros un pequeño caprichito. Las que estéis a dieta, hoy no lo estáis. Los que no estáis a dieta, enhorabuena, pero puede que dentro de quince días os pongáis con una, jeje

Y que narices,  a nadie le amarga un dulce y al vientre todo lo que entre. Como decía la abuela barriguita llena corazón contento. Porque puestos a ponernos, las cosas claras y el chocolate espeso. Y puestos que lo que no mata engorda y de algo debemos alimentarnos con azúcar y miel todo sale bien. De lo que bien me sabe, todo me cabe. Que cuando seamos viejos todos diremos da Dios almendras al que no tiene muelas. Y además de estar de rechupete, todo lo de hoy estaba para comérselo.  Porque cuando uno está ante este despliegue de azúcares y enharinados, lo de contigo pan y cebolla sabe a poco.

Vamos señores, que si el refranero popular lo dice por algo será, y los habitantes de Esporles, un hermoso pueblecito de la falda de la Serra de Tramuntana lo saben muy bien y desde hace ocho años están organizando una Fira Dolça (Feria Dulce).

Este año el APA del cole del mayor tenía un puesto, los pobrecitos del APA que casi siempre se comen el marrón (y no precisamente glasé) son el presi, que es el papá de Terremoto y una de la mamás que es una de las chicas más encantadoras y simpáticas que he conocido, además de tener unas manos que son un primor a la hora de crear cositas con telas. Tsunami ya le ha comprado en otras ocasiones cositas para su cuarto y es un fan incondicional de sus creaciones. A mí me encantan y cuando montan un puesto en algún evento, suelo comprarle muchas cositas porque son magníficas y las tiene bien de precio, además con el dinerito que sacan lo invierten para luego hacer actividades o fiestecitas para los nenes del cole, que mucha falta les hace poder tener cositas chulas que le compensen en su día a día.

Yo le había dicho a mi ex que si le daban el puesto me lo dijera y les haría unos cuantos postres, que una es buena en eso de la repostería, que para algo soy nieta de uno de los galleteros más buenos que tuvo Palma en los años cuarenta y cincuenta.  El viernes por la tarde el Ayuntamiento aún no les había contestado y como el sábado no me había dicho nada pues no les preparé ningún dulce. Esta mañana por si acaso le he llamado al móvil y me ha dicho que al final les habían designado un sitio y que ayer por la tarde habían estado en casa de esta chica junto con su hermana, embadurnados de harina con las manos en la masa.

Así que no nos lo hemos pensado ni un microsegundo, recoger, vestirse, montar el tinglado obligatorio a la hora de movilizar el equipo y cual buenas claras trabajadas con varillas nos hemos montado para la localidad más dulce de Mallorca, al menos hoy.

El sitio es idílico, todo un vergel rodeándolo, el pueblo está atravesado por un torrente de esos de los de antes de piedra, no de los de cemento y da gusto ver las enredaderas, jardines y casitas que hay. La Feria es enoooooorrrrmmmmeeeee así que no la hemos hecho entera porque el mayor estaba cansado de tanto pasear y tanta gente le empezaba a agobiar, además se acercaba la hora de comer y empezaba a tener hambre y la verdad es que rodeados de tanta tentación no es la mejor forma de aguantar el gusanito.

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Para compensarles les hemos comprado unas piruletas de chocolate negro y blanco con estrellitas que han sido un éxito y los peques ya me han encargado de buscar la receta en internet… que haríamos en casa sin Google gran invento.  Los nenes me han dicho que aunque sean muy difíciles ellos serán mis ayudantes, así que no tengo excusa y tocará hacer piruletas de chocolate con estrellitas.

Hemos visto hacer buñuelos, helado artesanal, de ese con hielo y sal y a girar, hemos visto “trencar olives” machacar aceitunas, que si bien no son dulces, en la fira también podías adquirir cosas saladas tipo quesos, embutidos, incluso algunos puestos tenían platos típicos tipo frito, caracoles, pa amb olis.

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Me ha hecho mucha gracia una calle adornada con una ristra de ensaimadas de papel maché que colgaban. También los peques han alucinado con los nuevos dulces de diseño, que por mucho que lo intentaran no le hacían sombra a los tradicionales de toda la vida. Había mermeladas caseras, cocas, tartas, ensaimadas, robiols, cocarois, panades, crespells (todo esto son receta mallorquinas)  También había puestos de bisutería, jabones y vestido, que no acabo de entender que hacen en una feria del dulce, pero se ve que estos se cuelan en todos los sitios.

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Bueno, que como veis hoy nos hemos venido con algunos dulces que iremos tomando estos días para merendar. Y el peque al final, ¿a que no sabéis que le ha comprado a la mami del APA?

Pues un montón de estrellitas y de muñecos de nieve de tela para adornar en Navidad y hacer su arbolito. Se ha llevado tooooodoooos los muñecos de nieve, incluso ha venido una mujer y ha cogido uno para mirarlos y Tsunami va se lo coge y le dice, este es un muñeco de nieve es del nene, gracias.  Lo tenía clarísimo y lo cierto es que ya no tengo que pensar como arreglarles el árbol este año, no ocupan sitio y encima con el dinerito los nenes del cole se lo pasaran pipa con alguna merendita o alguna fiestecita que es lo más importante, que los peques también disfruten de su parte del pastel.

Y con esto y un bizcocho me despido hasta mañana más o menos a las ocho. Dulces sueños.

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