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Las cenas de mis niños y las estratagemas para que me resulten fáciles de preparar. (2º parte, las cenas más habituales y rápidas)

27 Abr

Como veis, Tsunami es fácil de arreglar. Las veces que hacemos una cena para los dos tenemos algunos platos que suelen ser más habituales. Muchos de los que nombraré son de cajón, pero aquí quedan por si alguien se ha olvidado de alguno recordárselo, que siempre va bien un pequeño repaso.

Algunas veces, los fines de semana que hay más tiempo, se recurre a una pizza casera familiar para todos. A mis peques les encanta elegir los elementos y colocarlos y eso te asegura su buena disposición a devorarla.

También es muy normal que de tanto en tanto se hagan hamburguesas. Para ello las asamos en una sartén tipo parrilla. Las de Terremoto siempre van acompañadas de verduras asadas en la misma parrilla y luego servidas con un poquito de sal y aceite.

Muchos martes que yo trabajo hasta muy tarde y R. tiene que hacerles la cena, es frecuente que si la combinación de menús de los dos coles lo permite y yo no he podido dejar nada preparado el lunes, que ese día se haga calamar a la romana de los que venden en el super. Es casi el único día en que se recurre a comida preelaborada de supermercado. Pero, pero, pero. Os diré que en eso también tenemos un truquito. En lugar de hacerlas fritas, las ponemos en el horno sobre una palangana ligeramente untada de aceite. Se hacen por un lado y luego se les da la vuelta. Así se hacen todas al mismo tiempo y no queda una cocina hecha una guarrería con las salpicadas del aceite. Resultan menos aceitosas y algo más saludables. Así que sepáis que tanto las rabas empanadas como las anillas de calamar rebozadas se pueden hacer al horno de forma rápida y limpia.

Los martes puede caer alguna crema de verduras, bien hecha el día anterior, bien de las de super, que aunque no me guste usar la prefabricadas siempre tengo alguna en la despensa por si hay una urgencia. Las cremas en casa gustan con crostones y si puede ser con crostones con sabor a ajo o a hierbas aromáticas mejor que mejor. El año pasado cuando Tsunami estaba muy burro y no colabora a la hora de tomarse la crema con los crostones, le pones dentro la crema unos cuantos fantasmitos (patatillas con forma de fantasmas) y entonces la cosa cambia y se acabaron los problemas. Actualmente ya no es necesario recurrir a los fantasmitos, la crema con los crostones le pierde, sobre todo si se los coloca él.

Otras comidas socorridas son las croquetas. Para freírlas y evitar dejar la cocina toda guarra, las frío en una cacerola. Sí, si, en una cacerola de esas que se emplean para calentar el agua, al menos cuando se calentaba el agua antes de tener todos un microondas en nuestras casas. Este truquito lo usa Su de Webosfritos y a mí me parece fabuloso y práctico. Se pone el aceite en el cazo y allí se van friendo. No salpicas apenas aunque el ritmo es algo más lento, pero al concentrar el líquido tienes que emplear menos aceite y te salen mejor. En ocasiones también he usado este sistema si hago carne rebozada en trocitos pequeños tipo nuggets, aunque en este caso es de elaboración casera, los nuggets jamás los he comprado en el super. Vamos, carne de pollo o pavo cortada a tiritas y pasadas por pan rayado y huevo, sin ningún misterio salvo que alguien quiera espolvorearlas antes con hierbas aromáticas.

Últimamente las tortillas de patatas se han hecho un pequeño hueco en nuestra lista de platos para cenar. Yo siempre he tenido un trauma encima, no he sido capaz de hacer una tortilla de patatas ni decente ni normalita, todas se me resistían y lo he intentado muchas veces. Pero el verano pasado, Mari, la abu de Tsunami me enseñó como las hacía ella y desde entonces las bordo ¡Gracias Mari, mis peques lo agradecen muchísimo! Antes de aprender a hacer la tortilla de patatas Terremoto devoraba solamente la de atún y la de cebolla con queso. Tsunami por su parte se decanta por la de queso o bien de queso con york. Estas también siguen comiéndose, pero hemos podido añadir la de patatas que tantos fracasos culinarios me habían llevado antes.

El cus-cus con verduras para Terremoto y con pechuga de pavo, york, queso o tortilla para Tsunami es otra cena socorrida y rápida de hacer. Empleamos el cus cus que venden en los supers. En un cazo una taza de agua. Se pone a hervir y al hacerlo se apaga el fuego y se añade una taza de cus cus. Espero unos minutos a que absorba el líquido y le añado un poco de aceite, remuevo y listo. Ahora sólo hay que añadir las verduras encima o bien los cuadraditos de york, queso o tortilla y listo para comer.

Las rotlles y el pescado al horno que comenté en su momento en el blog suenen ser unos habituales en nuestras cenas. También lo son los huevos rellenos, la coca de pimientos de pasta dulce o bien la de trempó y en verano la ensalada tibia de patata, cebolla y bacon. Como veis son platos no muy complicados y alguno se puede dejar semipreparado antes.

También comen ensaladas, muchas, sobre todo en verano y beben gazpacho, curiosamente sin crostones. Uno muy rápido de hacer son las crepes tanto dulces como saladas, las quiches o bien las fajitas o tacos con verduras, así como los nachos con guacamole.

Otros platos son unas albondigas con verduras, patatas y salsa de tomate o bien salmón con verduras y patatas. También se animan con los fideos chinos y unas verduras al wok pero sin wok, más bien a la sarte. Os hablaré de ello en el próximo post.

Bueno, ¿Qué os han parecido estas sugerencias para una cena rápida? Se que hay muchos platos más como sándwiches, bocadillos, la sopa que comenté en el anterior post…. Pero es que sólo os he puesto unas cuantas sugerencias rápidas y socorridas.

Y vosotras ¿Cuáles son vuestras cenas más habituales y que siempre os salvan la vida?

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Receta rápida y sencilla para aperitivo o cena de los peques: Huevos rellenos.

10 Jun

La receta de hoy no es mía, queda mal decirlo pero nunca en mi vida he hecho unos huevos rellenos.  Ya sé que después de liarme con ciertos platos, eso de no haber catado un plato tan sumamente sencillo queda como raro. Es algo así como decir que uno es capaz de pintar la capilla Sixtina pero luego es incapaz de hacer esos dibujitos en los que vas uniendo puntos numerados y al final sale un pez espada, un león o el perfil de la catedral de Burgos.

Pues sí, yo era así de torpe y sigo siéndolo, ya que este es un plato del que se encarga mi pareja, que aunque no hayamos puesto muchas aportaciones suyas en el blog, mi chico también es muy buen cocinero. Sólo tiene un problema… bueno, dos. El primero es que cuando cocina siempre hace poca cantidad y lo que se supone que tenemos que comer dos, sólo da para uno y lo de cuatro sólo da para dos, todo lo contrario que yo que siempre sobra un montón para “reciclar” y transformar. El segundo es que se pone muy pocas veces a preparar comida. Al principio cuando vino a vivir con nosotros él se encargó de cocinar durante un muy breve periodo de tiempo. Tuvo tanta suerte que tardó muy poco en encontrar trabajo y se acabó ese lujo de llegar a casa y encontrarte la comida acabada de poner en la mesa o a punto de sacar de la cazuela. Más adelante pensamos en poner remedio a ello y me propuso de encargarse él de nuestra cena de los sábados. El problema es que el intento duró unos cuantos sábados, luego por cualquier motivo hacía yo la comida un sábado y al siguiente ya nos habíamos olvidado de la nueva costumbre instaurada. Intentamos hacerlo en varias etapas, pero no sé qué ocurre siempre se olvida al cabo de dos o tres sábados cumpliendo con ello. Uno de esos sábados me comentó de hacer la cena no sólo para nosotros dos, sino también para los peques. Me propuso hacer unos sencillos huevos rellenos. Fue entonces cuando le confesé que en mi vida los había tomado, que es cierto que sabía de su existencia, pero que mi madre nunca hacía de eso y yo nunca me lo había planteado.

Ese sábado había ido al mercado y había traído una buena provisión de huevos de granja frescos, así que pusimos el agua a hervir y a hacer un montón de huevos duros.

Ingredientes

1 ó 2 huevos por comensal, dependiendo de si hay más cosas para comer o el hambre de cada uno.

Una lata de atún al natural, también llamado a veces asalmonado.

Un poco de mayonesa, si es casera mejor, pero para lo que usareis si tenéis una de bote de buena calidad también sirve.

Preparación:

Poner un cazo con agua y una pizca de sal. Cuando empiece a hervir poner los huevos colocándolos con una cucharita para que no se rompan. Dejar hervir  10 minutos. Sacarlos del agua y dejar enfriar.

Cuando los huevos estén fríos se cascan y se parten por la mitad. Se pone en un cuenco las yemas.

Se mezclan las yemas machacadas con el atún escurrido y mayonesa la suficiente para que quede una masa homogenea. Con esta masa se rellenan los huecos de los huevos.

Se adorna con un montoncito de mayonesa encima.

Si no se sirve enseguida se guardan en la nevera hasta la hora de la cena. Se pueden hacer con unas horas de antelación, pero por si acaso como llevan mayonesa yo no las haría de un día para otro a ser posible, sobre todo en época de calor. Además fresquitos están para chuparse los dedos.

Nota: Se puede poner en el relleno trocitos de pepinillos en vinagre, os lo pongo como sugerencia porque su gusto envinagrado puede no gustar a todos los peques y sería más adecuado para los nenes más mayorcitos y los adultos.

Evidentemente, estos huevos se pueden rellenar con muchas cosas, pero esta sería una receta básica, rápida, sencilla y muy deliciosa. Cuando nuestro Terremoto oye la palabra huevos rellenos da un salto de la silla de contento y Tsunami aplaude cuando los sacamos a la mesa.

Espero que esta primera receta de mi chico os guste para hacer una noche veraniega en familia. Ya nos contareis que les ha parecido a los nenes i bon profit.  huevos

Truquitos culinarios: hacer huevos duros y pasados por agua en su punto y como cascar los huevos duros para que queden perfectos.

24 Abr

Pues sí, la cosa hoy va de huevos.  Sé que lo que os propongo es muy normalito, pero en ocasiones hace tiempo fueron dos cosas que nos dieron ciertos quebraderos de cabeza a mí y a mi madre. Cuando Terremoto era pequeño una de sus cenas favoritas eran los huevos pasados por agua. Lo quería con ese toque especial en el cual está líquido pero empieza a cuajar un poquito. Como era tan remirado con ello me tenía amargada. Además cuando hacíamos huevos duros también le gustaba cuando la yema está cuajada pero justo el centro de todo aún está un poco blandito. Tengo que confesar que a mí también me gustan de esta forma pero no siempre conseguías que te salieran con este punto en particular. Recuerdo con mi madre de pequeña que cuando había salido alguno así nos daba una alegría a las dos.

Por esa época yo conocía a un chico británico, de madre inglesa y padre gales. Sus padres tenían un restaurante en Mallorca. Era un sitio buenísimo que desgraciadamente cerró hace años por motivos de salud de su padre. Un día hablando con él le comenté los problemas que tenía con Terremoto y me dijo que yo lo que tenía que hacer para conseguir esos puntos era hacerlos al estilo inglés. Reconozco que me quedé un poco alucinadita y no tenía muy claro si me estaba gastando una broma ya que este chico tenía un sentido del humor muy…. hmmmm… ¿británico? Normalmente no solía bromear con las cosas de la cocina y me lo quedé mirando. ¿Acaso los huevos se hacen de diferente manera en cada país? Le pregunté. Entonces fue él quien se rio.

D. me explicó que aquí en España se solía poner los huevos en el agua y se encendía el fuego y luego cuando el agua empezaba a hervir se esperaba dos minutos para los pasados por agua y cinco para los duros (perdonad si no digo bien los tiempos porque como ya no uso este sistema desde hace años acabo de darme cuenta que lo he olvidado y todo, glups, que bochorno) De esta forma conseguir el punto exacto es un poco difícil.

Lo que tienes que hacer, me dijo,  es sacar los huevos de la nevera, si es posible un poco antes pero no es algo estrictamente necesario. Se llena el cazo con el agua y se pone a hervir. Cuando el agua hierva es el momento para meter los huevos de uno en uno, ayudándonos de una cuchara. Entonces cuando hierve es cuando se empieza a contar el tiempo. Cinco minutos exactos para los huevos pasados por agua y diez justos para los duros. Enseguida que haya pasado exactamente este tiempo quitas el cazo del fuego y tiras el agua hirviendo. Luego ponle agua del grifo para que se enfríen y se corte la cocción. Fue un gran consejo y desde ese día los huevos en casa siempre nos han salido en su punto, haciéndolos a la inglesa, según D.

El otro problema que tenía hace tiempo era el de pelar los huevos. Cuantas veces os ha pasado que tenéis que hacer un coctel de gambas en Navidad o una ensaladilla por verano y cuando peláis los huevos duros se os rompen todos y quedan muy antiestéticos. A mí un montón de veces y mi madre que era una perfeccionista a más no poder siempre acababa hirviendo unos cuantos más para al menos tener el número deseado en condiciones presentables o lo más presentables posibles. Pues bien, también tengo un truquito para esto.

Esta vez el truco me lo comentó mi peluquera. Su marido es cocinero y a ella también le pasaba lo mismo y D. (otro, no el de antes) le enseñó como tenía que hacerlo. El truco tiene dos partes.

La primera, cuando ponemos el agua para hervirlos hay que poner un pellizco de sal dentro. Esto según me explicó ayudará a despegar la cascara.

La segunda parte es la forma de romperlos. Hay que sacarlos del cazo cuando no estén calientes. Sujetamos el huevo de forma que al golpearlo sobre un trozo de la encimera que esté limpio, se rompe la cascara por la parte larga del huevo, no por las puntas.  Con el huevo sobre la encimera pondremos la mano encima situando el huevo donde están las falanges de los dedos. Haremos una ligera presión hacia abajo y desplazaremos la mano hacia delante de tal forma que el huevo acabará en la palma. Veréis que por la parte ancha del huevo se habrá ido descascarillando la cascara en todo su contorno. Si quedara un trozo sin haberse descascarillado repetid la operación en esta zona. Hay que ir con cuidado de no apretar demasiado porque no es cuestión de romper la yema dentro.

Luego se coge el huevo con las manos y vais quitando un trocito de cascara. Ahora os hablaré de la anatomía de los huevos (jamás creí que pondría esta frase en el blog, pero sí, hablaremos de anatomía huévil políticamente correcta)  Cuando hacéis un huevo duro entre la yema y la cascara sabéis que hay un telillo que los separa. Pues bien, tenéis que conseguir romper ese telillo y entonces el pelarlo es rapidísimo ya que debajo de este entra el aire. Hay que ir quitando la cáscara cogiendo por debajo el telillo.

Desde entonces los huevos quedan perfectos y es muy fácil y rápido pelarlos, sobre todo cuando hacemos huevos rellenos para cenar, ya que toca hervir unos cuantos.  Espero que os sirva y a partir de ahora os queden perfectos y apetecibles, que os aprovechen.

ous

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