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Mis OvoMellizos me envía un premio muy divertido: “Las milongas de mamá”

22 May

Ante todo tenemos que darle las gracias a Merengaza por haberse inventado un premio con tanta miga. Antes de empezar diré que yo eso de la milonga lo asociaba con un baile argentino en plan “barrio plateado por la luna, rumores de milonga es toda su fortuna (música chan chan chan chan y sigue) Hay un fueye que rezonga en la cortada mistonga,…..” y me paro que sino os la escribo enterita. Pues eso, una que siempre había pensado en la canción del baaarriooo, baaarrriiiooo… y que precisamente no relacionaba con una madre, y menos con la mía, va y resulta que estaba muy errada. Así que para deshacer entuertos lo primero, mejor y más necesario es acudir a las fuentes, ¿qué mejor fuente que un diccionario? Donde además de la acepción “canción y baile popular del Río de la Plata, de ritmo lento acompañado de guitarra” y de la de “Fiesta familiar con baile” que me da que tampoco va por aquí la cosa, aunque cuando veáis de que va la penitencia, tal vez no está tan desencaminado… La tercera acepción es “mentira, embuste” ¡OOOOHHHHHH! Si mi señora madre, que era muy señora, se llega a enterar de que alguien insinúa que era mentirosa o embustera, la reina de corazones de Alicia hubiera sido una dama de beneficencia en comparación a su furia.

Pero, pero, pero, todo tiene un pero. Aunque no fuera una mentirosa ni una embustera, me da que algo de milongas sí que se colaron en mi vida, o al menos algunos sinsentidos, así que abrocharos los cinturones que seguro sacamos una buena penitencia con este premio.

Primero y ante todo, un breve resumen de en qué consiste el premio. (Que nadie se entere, pero ahora copio a Merengaza, pego, plagio el trozo de las reglas y quedo como una profesional como la copa de un pino) “Os presento el premio Milongas de mamá. Son esas trolas que te contaba a ti (y a mí) de pequeña tu madre (y la mía) y que nos creíamos a pies juntillas, sin rechistar y ahora nos parece increíble que nuestra madre tuviera tanta imaginación. Ahí van las reglas.

1. Contar 3 milongas (mínimo) que te contara tu madre, que tú te creyeras y que hicieras sin rechistar.

2. Pasarlo a 5 blogs. Tampoco es tanto ¿no?

3. Saltar a la pata coja un minuto. ¡¡¡¡A bajar calorías!!!!

4. Mándame el video por favor, quiero verte saltar.”

Habéis visto el punto tres. ¿Lo veis? Pues salvo que me monten una fiesta familiar con música dudo que me encuentren en esa actitud tan poco cabal, ahora si me hubiera pedido un video de mi menda haciendo de personajes de los cuentos que le contaba a Terremoto, no hubiera habido problema ninguno. Lo siento Meren, pero si saltando a la pata coja un minuto consiguiera bajar calorías sería una experta en ello y estaría hecha un figurín.

MIS TRES MILONGAS:

1.- Cuando era jovencita me empezaron a salir unas cuantas canas. Unas cuantas canas significa literalmente, tres pelos blancos en la parte de la coronilla, ni más ni menos. Mi madre siempre me decía que no había que tocarlos porque si te los quitabas te salían siete en el lugar de cada uno. Mi madre era también muy presumida y lo cierto es que a mí, mis tres canas no me molestaban para nada, allí estaban ellas tranquilitas dándole un aire interesante a mi cabellera. Normalmente cuando estaba leyendo (cosa habitual) o estudiando (cosa también habitual entonces, que queréis que os diga era una puñetera aprendiz de empollona o lo intentaba) mi madre se acercaba sigilosamente cual gata sobre un tejado de zinc caliente y más rápida que el rayo, zaaaasssss¡¡¡¡ zaaaaaassssss¡¡¡ zaaaaasssss¡¡¡¡ y yo ¡AAAYYYYYYYYYYY!

Enseguida mi queja “pero no decías que me saldrían siete? ¿Por qué me las quitas si no te molestan? Ella se defendía argumentando que una madre era una madre y tenía que hacer lo que tenía que hacer para que yo estuviera guapa y no pareciera una vieja.

Nunca llegue a tener muy claro eso de las canas. Las pobres siempre volvían a salir y no se reprodujeron, al menos durante mucho tiempo. Cuando decidieron que se reproducirían más fue cuando opté por las mechas y cuando estas no funcionaron del todo pasé al tinte. Cualquier cosa antes de que a mi madre le diera un telele y cual macaco psicópata se tirara sobre mi cabellera y me dejara cual bola de billar pulida y brillante por el bien de mis canas.

2.- Mi madre era una mezcla de puritana/afrodita extraña. Me animaba a llevar ropa chachi. A ella le gustaba mucho la ropa, cosa que no heredé de ella por cierto. Los tops de ganchillo o las transparencias son guays pero sin que se vean los pezones. En ocasiones llevaba ropa que muchas de mis amigas suspiraban por un top así ya que sus madres mucho más jóvenes no les dejaban llevar. Nunca llegue a entender pero la deria que me tenía con que tenía que ir pese a todo recatada… eso no casaba con las transparencias y mucho menos a que ella fue quien me animó a hacer top less en la playa. Ya lo sabéis, soy una pecadora/puritana que no usa sujetador y sólo sabe tomar el sol y nadar en monokini gracias a esa doble personalidad materna.

3.- En ocasiones pienso que algunas madres no escuchan a sus hijos. Bueno, oyen cosas como que gritan mucho o no paran de hablar, pero no escuchan que es lo que dicen. Desde que más o menos tengo uso de razón recuerdo que me pasé la vida diciendo que quería estudiar historia y ser maestra. Mi madre no entendía muy bien eso de que yo quisiera estudiar. Total –decía- para acabar de cajera de supermercado y casarte para que quieres estudiar tanto. No es que yo tenga nada en contra de las cajeras de supermercado, conozco algunas y son majísimas, pero sinceramente, en esa época de mi vida no era una de las profesiones que más me llamara la atención. Algo más tarde, cuando vio que mi interés en el estudio era más persistente mi madre cambió de táctica. Total –decía- para lo que es el matrimonio, ahora que estás estudiando algo ¿no te meterías a monja? En el convento si se tienen estudios se vive bien ya que te podrías dedicar a la enseñanza y no tendrías que aguantar a un esposo ni casarte.

Yo flipaba un poco en colorines, porque no acababa de entender mucho que relación neuronal era la que hacía que una hija sin estudios fuera para cajera y una con estudios tuviera que ir para monja. Lo de meterme en un convento fue un suplicio porque le dio fuerte con ello y no había forma de hacerla bajar del burro y cuando a mi madre se le metía una idea era poderosamente persistente. Un día me cansé de tanta publicidad conventual, porque yo de devoción o pinta de monja no tengo. Así que le pedí porque no se había metido ella a monja si tanto le gustaba.

Yoooo –me respondió- pero que dices, si yo no tengo vocación, además para que me pusieran en la cocina pelando patatas para hacerle la comida a todas para que me fuera a meter en el convento, ya me basta con hacer la comida para tres.
No tengo muy claro si esto se podría considerar exactamente una milonga, pero como muy normal no es. Evidentemente mi madre también me dijo que fuera cuidado con que no me pusieran nada en la bebida (yo no salía, pero por si acaso) y con muchas otra. Seguramente muchas lo conocéis, pero por si las moscas, pasaros por la web de cómo no ser una drama mamá y os encontrareis con muchas milongas de esas que son inherentes al gen madre.

Y ahora me toca nominar a cinco, uffff…. Esto es lo más difícil de la penitencia.

Cómo no ser una drama mamá Ella, la nena no me conoce. Así que no se si lo recogerá o no, pero realmente de todos los blogs que conozco es a quien le pega más, así que por intentarlo no quede, veremos que nos contesta la nena.

Una mamá española en Alemania Con este blog me ocurre lo mismo que con el anterior, no me conoce. En este caso las milongas las podría pasar a sus tres polluelen, son la leche. Pero seguro que mamá española en Alemania nos podría contar algo, así que también lo intentare (hoy estoy optimista, yujuuuu)

Una terapeuta temprana Nadie se ha preguntado ¿que milongas usaron con ella? ¿tuvo que usar alguna terapia para superarlo? ¿tiene ella milongas con sus nenes? ¿piensa tenerlas con sus futuros nenes?¿qué opina medio limón de las milongas terapéuticas?

Hija no hay más que una… (Gracias a Dios) vuelvo a estar con lo mismo, es un blog que suelo seguir pero no me conocen. Veremos si hay suerte y la madre de la pelirroja más famosa de la blogoesfera y de cigoto (ya veremos de qué color tiene el pelo dentro de poco) atiende a mi nominación y se anima a contarnos aún más

¡Mamá qué sabe! Porque todos conocemos muchas cosas de Devora y su familia, de como piensa y evalúa que cosas considera mejor para los suyos, pero… y su orígenes, jejejeje…. Vamos a ponerla en un brete y pedirle que nos cuente lo inconfesable de sus orígenes. Ya sabes querida, yo no soy mala, es que me pintaron así y entre Meren y Mamimellis me han obligado, yo no quería pero me encanta cotorrear, jejejejeje.

Premios pendientes y puesta al día

10 Feb

Hola a todos. Como he comentado alguna vez no soy muy dada a eso de tener que pasar premios o nominar a nadie. Primero porque no conozco tantos blogs y me pasaría la vida enviándolos a los mismos. Bueno, sí, conozco otros que voy mirando en ocasiones cuando veo que el tema me llama la atención pero muy seguidora así de las constantes no soy, más bien soy una visitadora algo constante. Segundo porque no siempre sabes si esa persona estará dispuesta a contar cosas más personales o a pasarlo. Tercero, porque después de lo que normalmente voy largando por el blog me maravilla que además se quiera saber más y mi talla de ropa no la pienso dar, of course. Normalmente cuando en mi correo recibo algo así del tipo correo chulo con historia y fotos preciosas pero que al final te sentencian que si no lo envías a tantas personas te caerán encima todas las plagas de Egipto… pues no sé qué queráis que os diga, porque de momento todas, todas no me han caído, sólo alguna y puntualmente. Tampoco me ha tocado la lotería, y por una vez que este año no he comprado al carnicero el número de siempre de la del niño no me ha tocado un premio de 125 euros, que no es mucho, pero seguro que hace ilusión.

Bueno, pues hace algunos meses ya ciertas personitas que suelen visitar este blog me dejaron en los suyos unos premios. Les di las gracias y les comenté lo que me parece el tener que reenviarlos. Hace poco una de ellas me volvió a nominar para el premio de blog cariñoso. Esto Mamimelli me gustó. Mi pareja me comentó que hay personas que recogen los premios y hacen la penitencia, pero no los reparten, los dejan para aquellos que los deseen recoger. Esta opción también me gustó, así que he decidido buscar en el baúl de los recuerdos tururú y recuperar aquellos premios que en su momento se me otorgó. Realizaré la penitencia de cada uno de ellos, pero si me lo permitís, los dejaré aquí para que quien lo desee pueda recogerlos.  Quien sabe, puede que alguien le haga ilusión alguno en particular, o que se hagan colecciones de premios, como los cromos de cuando yo era niña, quien sabe. Así que si alguien se siente identificada con alguno de ellos los tiene disponibles. Quien soy yo para que los premios queden parados y para poner trabas a la felicidad de los demás.

¡Querida blogoesfera si os puede traer una sonrisa te nomino a ti!  Sólo tienes que citar de donde viene, es decir, a moi y luego contar siete cosas de tu vida como haré yo. Y luego disfrutarlo y lucirlo en el hojal.

PRIMER PREMIO:

Paso al primero que se me concedió, fue   un 29 de setiembre de 2012, me lo dio Mamimelli de Mis OvoMellizos, http://repolleteyprincesita.blogspot.com.es/2012/09/multipremio-lo-grande-ii.html, tengo que contar 7 cosas sobre mí y nominar a 7 blogs.

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Y aquí van mis primeras siete confesiones:

1.- Nací a finales de enero. Los almendros en esta isla están al principio de su floración. Mi padre le llevó a mi madre un ramo de flores de almendro cuando nací. Desde entonces era tradición en casa llevarle a mi madre un ramo de flores de almendro por mi cumpleaños.  En ocasiones los almendros florecieron con retraso y el ramo se reducía a unas ramitas y lo que costaba encontrarlas.

2.-Siempre he deseado tener algún hermano. Cuando me enteré que habían perdido uno mayor que yo fue un golpe muy duro. Cuando me divorcie creía que Terremoto sería hijo único como yo, pero los milagros en ocasiones existen y Tsunami fue uno de ellos.

3.- De pequeña mis mejores amigos fueron mis gatitos. Adoro los gatos. Creo que entre todos una vez los conté y tuve unos treinta, pero ninguno dormía en casa, todos estaban en el jardín de casa. No los treinta de golpe. En grupitos de cinco o seis y algunos de ellos eran los gatos de todas las casas del barrio, míos, míos hubo unos cuantos menos.

4.- Cuando era pequeña me hubiera gustado ser una sirena de ojos verdes y muchas veces dibujaba sirenas y me inventaba cuentos con ellas como protagonistas. El haber tenido alguna vez un disfraz de sirena hubiera sido la ostia. Como no lo tuve durante muchos años en el dormitorio de la casa de verano tuve un enorme poster de un tritón y una sirena. No sé dónde está ahora y no me importaría encontrarlo, era muy chulo.

5.- De los ocho a los diez años en ocasiones íbamos a un rancho a montar a caballo. Me encantaba llevarlo a galope y sentir el aire en la cara, era una sensación magnífica. Lo dejé cuando un día uno se desbocó conmigo encima y pasé un susto de narices.

6.- A los dos años y medio me pusieron gafas, unas de esas rectangulares de concha negra, que es las que había entonces. En el colegio era la única niña con gafas y durante mucho tiempo eso fue un infierno ya que había una chica que disfrutaba cogiéndomelas y lanzándolas a los demás. Creo que pese a las quejas de mi madre, esta chica me llegó a romper unas cuantas.

7.- Nunca he ido de acampada y me hubiera encantado, pero mi madre tenía miedo de que pasara algo, así que nunca he dormido en una tienda de campaña. Así como tengo ahora la espalda dudo que lo haga algún día.

SEGUNDO PREMIO:

El siguiente premio me lo dio la dulce Netzi, del blog mividadesdehoy,  fue un 11 de octubre de 2012 http://mividadesdehoy.blogspot.com.es/2012/10/y-siguen-mas-premios.html también tenía que contar 7 cosas sobre mí y nominar a 15 blogs. ¡Cielos! ¡15! yo en esa época y en esta tampoco conozco tanto blog, ufff.

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Así que con algo de retraso, Netzi, aquí van siete cositas más:

1.- Uno de mis abuelos era pastelero. Hacía unos pasteles y unas galletas que en su época eran famosas en la ciudad. Me contaba que vinieron muchos a pedirle recetas pero nunca dio ninguna. Tampoco me las quiso dar a mí, así que se las llevó todas a la tumba. No sé si será algo genético o no, pero tengo muy buena mano para los postres, aunque no me convienen mucho por el peso.

2.- De joven practiqué diversos deportes, entre ellos el karate, lo estuve practicando cuatro años y era muy buena. Tuve que dejarlo por incompatibilidad de horarios el último curso de la carrera. Luego no lo volví a practicar, tenía que labrarme un currículum y buscar un trabajo.

3.- Soy funcionaria y para llegar al sitio en que estoy he pasado por siete oposiciones, algunas las suspendí y bastantes las aprobé. Me he pasado muchos años estudiando, preparándome y haciendo cursos a la salida del trabajo. La última vez que los conté, y ya hace años, tenía 2.800 horas de formación en cursos. Para que ahora vengan y me digan que me han regalado mi puesto, ufff..

4.- Soy una adoradora de la naturaleza. Me encanta sentir el sol sobre mí, el viento en mi rostro y el agua del mar en mi piel.  También me gusta alguna vez pasear sin paraguas cuando llueve, que conste que digo llueve no diluvie ¿vale?

5.- En su momento no tenía muy claro si estudiar medicina o historia. Al final me decanté por la historia. Me hubiera gustado también especializarme en arqueología, pero en ese momento en España no había mucha especialidad de eso y donde había buenas facultades era en Alemania y yo no sé nada de alemán, así que mi prometedora carrera de arqueóloga duró muy poco.

6.- Mis experiencias con la nieve han sido muy poquitas y limitadas, no me molestaría alguna vez ir unos días a la nieve, aunque dudo mucho que esquiara. El año pasado hubo dos días que nevó en Mallorca, concretamente en Palma y fue en fin de semana. Nos lo pasamos fenomenal con mis niños haciendo muñecos de nieve y guerra de bolas. Creo que difícilmente olvidaré nunca esos dos días.

7.- Me gusta el té, soy la oveja negra de la familia. En casa a todos les gustaba el café, yo soy el bicho raro de las infusiones. Las que no aguanto son las de manzanilla, tila y poleo. El té rojo me encanta y los orientales también, aunque soy poco convencional y los tomo con leche o con algo de leche.  Pese a todo también tomo café.

TERCER PREMIO:

Finalmente, el premio y blog que han provocado que me sintiera tentada por el lado oscuro de la blogoesfera ha sido de nuevo Mamimelli, la primera que me nominó, jeje. Este no hace tanto, ha sido el día 2 de este mes,

http://repolleteyprincesita.blogspot.com.es/2013/02/sabadete-sabadete-hoy-recojo-dos.html

Nuevamente toca contar 7 cosas y nominar 7 blogs. Y dale con el siete, os diré sin que cuente como historieta personal, que el siete es mi número favorito, pero con tanta pregunta y nominación creo que lo vamos a erosionar.

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Aquí van finalmente las últimas siete cosas que hoy os contaré de mí. Espero que os guste tanta confesión.

1.- Nunca fui muy niñera, tenía muy poca experiencia con niños cuando fui madre.  Con el segundo llevaba un master bajo el brazo.

2.- Cuando nací tenía los ojos azules, luego los cambié a verdes y después a mi color actual. Cuando estoy en contacto con la sal, es decir, cuando voy al mar o lloro se tornan de nuevo verdes.

3.- Siempre he sido muy friolera, ahora lo soy menos. Cuando entre en la menopausia y tenga sofocos será una novedad en mi vida.

4.- Me gustan las flores amarillas y las blancas. Cuando me casé mi ramo y los adornos de la iglesia eran de flores amarillas y blancas.

5.- Siempre he sentido debilidad por las capas, es una pena que no se lleven. También me gustan los sombreros rusos y las corbatas… bien pensado tendría una pinta algo rara saliendo con todo esto a la calle

6.- Los idiomas se me han dado mal, pero me hubiera gustado saber muchos para viajar con toda comodidad por muchos países. Aunque está visto que yo no fui creada para los idiomas.

7.- Desde bien pequeña me ha gustado mucho cantar y bailar. No tengo mala voz pero nunca he ido a clases. Durante unos años fui a clases de baile de salón.  A Terremoto no le gusta nada ni cantar ni bailar, pero Tsunami se me parece en ello. En algo tenían que salir a la madre, jeje.

Y colorín colorado, con estas historietas este post se ha acabado. Hasta pronto amig@s.

Cintia, de Trestrillistigres, nos ofrece clases de costura y patrones vía on line a precio de chollo.

30 Ene

Este post es muy especial. No tenía pensado hacerlo hasta que esta mañana he abierto la web de Trestrillistigres de nuestra querida Cintia. Sé que muchos… (tampoco es que de momento entren tantos, pero seremos positivos) pues eso, que bastantes de los que entráis en este blog lo hacéis a través del de Cintia. Pero por si alguien aún no la conoce y merodea por estos lares, les invito a que descubran la vida de una mamá de tres pequeños trilli tigres de dos añitos y pico. Nadie sabe aún muy bien como lo hace pero consigue que el tiempo le cunda para todo. No me extraña que diga que llega cansada al final del día.

Pero bueno, lo que os quería comentar que como siempre me voy por las ramas y me salgo del tema es que Cintia nos ofrece poder hacer unos cursos de costura y patrones vía on line. Si la aguja y el hilo te llaman pero nunca has sabido desenvolverte mínimamente bien con ellos, ahora es vuestro momento. No tenéis excusa. El precio de lanzamiento un chollazo. Es de 1 euro la clase en tu email y un seguimiento personalizado de tus dudas. Y como dice el refranero y si no lo dice tendría que decirlo: «La mejor forma de saber que el producto es bueno es teniendo cuatro clases gratis y sin compromiso para comprobarlo». Para que os hagáis una idea, yo quise apuntarme a unas clases de este tipo en el cole de Tsunami. Al final no se hicieron porque en todo el cole sólo se habían apuntado tres mamás y a la profe no le salían a cuenta. El precio por cuatro clases al mes, no recuerdo ahora el tiempo, creo que eran de dos horas, era de 45 euros. Como veis la oferta de Cintia está muy bien y aunque no tengamos clase presencial estoy segura que se esforzará al máximo para que consigamos entender y aplicar correctamente todos los pasos.

Siempre he deseado saber usar una máquina de coser y hacer algunas cositas. En ocasiones os he comentado que mi madre era sastresa de soltera y que nunca me enseño nada de costura. Cuando le dije que quería aprender a coser a máquina (una singer de su madre de principios del XX) me dio un dedal y me dijo que me lo tenía que poner para coser a máquina. Yo no le vi mucha lógica, y sigo sin verla. Como mi menda lerenda normalmente es muy adaptable y maleable, pero en ocasiones son muy coherente y cabezota, pues no le vi nada lógico a tener que ponerme por narices un dedal para enhebrar una máquina, darle al manubrio, rueda o como se llamara y empezar a pillar el juego de pedales para evitar que aquello que había durado casi un siglo en la familia se desmontara por piezas en menos que canta un gallo. Así que me negué a ponerme el dedal. Allí acabó una posible prometedora carrera de modista chapuceril para ir por casa y poner remiendos, dobladillos y otros arreglitos de ropa de forma más rápida, elegante y firme que no como lo hago ahora, todo a mano y por pura improvisación y sin mucha teórica detrás. Este verano me compré una máquina eléctrica aprovechando una de esas «famosas» ofertas del Lidl. Me gusta, he hecho alguna cosita, pocas y me ha dado buen resultado. Reconozco que me falta mucha práctica y tablas. Ahora lo tengo algo parado porque tuve que hacerle una servilleta de tela para el cole al peque con una tela muy gruesa tipo loneta y no tenía aguja de vaqueros así que me la cargué. – Cintia cariño, que sepas que ya me he comprado la aguja de repuesto y la de tela gruesa, pero aún no la he cambiado. Prometo buscarme un huequecito para hacer el cambiazo y seguir usando la máquina.

Como veis este es otro de mis traumas de la infancia… nunca me había parado a pensar la cantidad de traumas infantiles que tenía hasta que empecé a escribir este blog. Y, y, y. ¿Quien fue la principal culpable de que mi menda se metiera de lleno en este mundo blogueril y sacara todos sus traumas a flote? Pues sí. Lo habéis acertado. Nuestra querida Cintia.

Os podría decir muchas cosas de ella, aunque nunca la he visto, ni siquiera en foto. Bueno, en foto sí, pero debajo de un montón de ropa, generalmente azul marino, que ondea al viento, o bien en forma de sombra al lado de sus retoñitos o como mucho haciendo de modelo en su web de ropa islámica, en la que sale con el rostro «embadurnado de tippex informático». Como cuenta ella es una chica que ha tenido una vida muy poco aburrida. Antes de abrazar la religión islámica hizo de todo, al menos eso se deduce por algún comentario suyo. Y fue en ese momento cuando estudió patronaje. Ese misterioso arte que posibilita que la forma de un cuerpo pueda plasmarse en un papel cebolla y de allí a una tela. También hizo confección, que es el complemento del misterioso arte anteriormente expuesto y que hace que esa plasmación en tela se vaya cosiendo con cierta holgura y lozanería que permita que la prenda se parezca verdaderamente a nuestra forma y nos quede «fetén» y no como un saco de patatas como en ocasiones me pasa a mí con alguna de confección industrial. Pues bien y como os decía. Cintia es una muchacha alegre y positiva, trabajadora indiscutible, que sobre todo ama a su familia con locura y hace lo que sea por ellos. Hace ya un tiempo Cintia montó un negociete informático, unas webs en las que confecciona en una ropa de bebe y en la otra ropa islámica para, según dice ella, para que las hermanas musulmanas puedan encontrar ropa acorde a su religión a un precio asequible y a medida.

Tengo que deciros que siento debilidad por Cintia, no os mentiría y también tengo que deciros que nunca le he comprado ropita. La de peques porque guardé mucha de Terremoto y entre la que guardé y la que le regala la abu cuando viene alguna vez de visita, pues no necesito demasiado. En algún momento algunas cosas puntuales como un pijama manta, o alguna prenda de un color especial para ciertas actividades del cole. Lo de ropa islámica, pues que queréis que os diga. Esta cristiana de momento no ha abrazado la fe islámica, pero me gusta entrar y ver lo que hace. En ocasiones he estado tentada a pedirle si hace túnicas tuneadas para fiestas medievales, jeje. Pero de momento llevo dos años que no hemos podido acudir a los eventos de la Sociedad Tolkien Española y nuestros vestidos para la cena de gala se han quedado en el armario esperando un mejor momento.

Se que estaréis pensando, si nunca le ha comprado nada ¿Como sabe esta que es tan buena cosiendo? Pues nada más sencillo. Antes de que montara el blog, Cintia organizó un concurso sobre los valores en la educación de los hijos. Uno de los premios que sacó su manzanita de un grupo de numeritos, fue el número ocho, el que se correspondía con el mío. Al cabo de unos días me llegó a casa un paquetito sorpresa y entre otras cositas preciosas y encantadoras recibí este bolso que hoy ilustra el post y que confeccionó Cintia.

Tengo que informaros que si bien mi madre nunca me enseñó a coser, sí que me enseñó a ver y diferenciar una prenda bien cortada, cosida y confeccionada, frente a otra más chapucera, mal cortada, encarada y cosida de cualquier forma con lo que se descose o puede romperse o molestar al no dar la prenda la tela que se necesita. Es cierto que un bolso no se ve afectado porque le falte tela en la sisa, pero sí que puedes ver en él el cuidado, el mimo y el cariño que hay detrás de su confección. Las prendas que hace Cintia son como aquellas que se hacían en tiempo de mi madre y de mi abuela. Cuando apenas había tiendas de ropa y el pret-a-porté aun no se había inventado, y si se había inventado era para otras economías. Es esa ropa donde se miran los detalles, se busca que la prenda sea útil y cómoda pero no por ello menos elegante y bonita. Es esa prenda que aún siendo sencilla te sienta como un guante y se luce mucho más que si se llevara todo un traje de noche de pedrería.

Ya os he advertido que sentía debilidad por Cintia, pero en este caso creo que está justificado. Ahora Cintia ha tenido la idea de aportar su granito de arena a la economía domestica, que no es muy boyante… así como están las cosas lo de no ser muy boyante se está convirtiendo en algo demasiado habitual. Así que la oportunidad de poder aprender algo de esta joven maestra que  encima nos lo ha puesto a un precio irrisorio, es más que aconsejable en los tiempos que corren. El poder hacerte tú un dobladillo o coger un poco la cintura de esos pantalones que has comprado. El poder aprovechar la ropita de los peques hasta final de temporada pudiendo hacer un apañito o reciclando algo nuestro que ya no llevamos en una camisetita o unos pantalones. El saber hacerles un disfraz decente y sin usar sólo grapas y pegamento cuando es necesario. Son cosas que en los tiempos que corren no estaría nada mal conocerlas. Cintia nos lo ha puesto fácil. ¿Quién se apunta? 

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Receta muy fácil de pescado al horno

13 Ene

Como siempre os cuento un poco de donde me vienen las recetas que os comento, hoy no va a ser una excepción. Esta receta me la enseñó la abu de Tsunami y es super, super fácil. No recuerdo que me comentara que fuera un secreto de familia, ni recuerdo de donde la aprendió ella si me lo dijo en su momento. Así que hoy vamos a compartirla con vosotros.

Una vez que fuimos a Burgos a ver a la abuela de mi pareja, la abu de Tsunami nos cocinó este pescado al horno, yo estaba al lado de ella y sólo con verlo ya la aprendí. Nos ha solucionado muchas cenas y a Terremoto le encanta. La dificultad es mínima, vamos que la puede hacer cualquiera que sepa pelar y cortar unas patatas. Además, después de estos días de congestión gastronómica turronil, nos va a ir muy bien para descongestionarnos un poco.

Ingredientes:

Pescado tipo lenguado, panga, abadejo… vamos uno plano, sin espinas y sin piel, yo esta vez emplee abadejo.

Patatas

Ajo y perejil

Pan rallado

Aceite y sal.

Preparación:

Se pelan y lavan las patatas y se cortan a rodajas finitas. Si las rodajas salen algo grandes se les puede dar un golpe de sartén por los dos lados. Yo procuro no hacerlas muy gruesas y me ahorro este paso.

Tener el pescado (en mi caso descongelado) y limpio.

Se coloca encima de una palangana de horno un chorrito de aceite y se esparce por todo el fondo. Le pones un poco de sal esparcida. Encima colocas todas las rodajas de patata haciendo una capa, la salas.

Sobre las patatas colocamos los filetes de pescado salados. Encima del pescado cortamos una picadita de ajo y perejil.

Cubrimos la picada con pan rallado y encima del pan un chorro de aceite en cada montón.

Poner en el horno e ir vigilando. Cuando tengo un aspecto como el de la foto es hora de sacarlo. No debe quedar seco, queda muy jugosete y meloso.  Cuidado al emplatar que no se rompa.

Sinceramente este plato fácil y barato está riquísimo, no necesita ningún otro tipo de acompañamiento y seguro que a vosotros también os puede solucionar más de una cena como a nosotros. Espero que disfrutéis y si os gusta podéis comentarlo, que seguro que la abu lo podrá leer el día que venga a cotillear cómo está su nene pequeño. Gracias por la recetita, abu. Hasta pronto i bon profit.

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NOTA: Acabo de darme cuenta que en la foto vereis unos trozos de cebolla. Esto es porque Terremoto es un forofo de la cebolla y la puse para él. Os aconsejo que si no os ocurre lo mismo que a mi nene, no lo hagais. La receta así como os la he dado está muy rica, para mí la cebolla le quida melosidad.

Pequeño susto matinal, la invasión de las avispas madrugadoras

27 Sep

¿Os acordáis hace unos días que os decía que si haces la rutina nocturna las mañanas son mucho más efectivas y rápidas?, bueno, pues os diré que esa rutina tiene una excepción… bueno dos. La primera es cuando se te ha quedado alguna miguita por algún sitio y tienes una invasión de hormigas, todas ellas en fila india cual aplicados infantes de guardería en una salida al CosmoCaixa y otra es la que nos ha tocado esta mañana.

Bueno, ya sabéis aquello de qur a las 6’30 suena el despertador y todo lo demás. Pues eso, que mientras estaba en uno de esos todo lo demás, concretamente en ir a colocar los platos de la cena en su sitio, me veo al lado de la puerta del escurridor una avispa en la pared.

En alguna ocasión hemos dejado alguna ventana para airear la casa de noche porque hasta ayer aún hacía calorcito, pero esta noche no había dejado ninguna, así que este descubrimiento me ha sorprendido bastante. Mi sorpresa no ha durado mucho, ya que un sospechoso sonido a zum zum zum zum ha hecho que desviara la mirada al fluorescente… y ¡Cielos! Nada menos que cinco avispas más dándose cebollones contra los tubos atraídos por la luz.

En ese momento papá estaba levantando al Tsunami y el Terremoto estaba haciendo su cama y aún no había aparecido por la cocina. Me voy a mi pareja que me comunica que el peque se ha despertado supercontento. Menos mal, porque tenemos una invasión en la cocina, no le entres. Así que hoy los niños y de una forma muy poco ortodoxa, han desayunado en la sala.

El Terremoto, para haber sido durante toda su infancia el terror de los gatos y de todo bicho en general, con los años se ha vuelto un miedica a los bichos que potencialmente puedan hacer algo (quien me lo hubiera dicho). Así que enterarse de semejante invasión ha sido como descolocarlo. El pobre parecía un papá a la espera de que la comadrona le diera noticias de parto de su hijo. Lo he tenido preocupado pasillo arriba, pasillo abajo a la espera de las noticias que aportara mamá cuando saliera de la cocina. Como era de esperar, el pobre Tsunami no ha visto eso muy normal, y menos que mamá se encerrara cual defensora de una fortaleza. Así que el pequeñín se ha puesto muy nervioso y triste y no se le ha pasado hasta que he salido y me ha vuelto a ver por allí.

Mi primer plan de ataque ha sido cerrar el fluorescente y abrir una luz que tengo delante de la lavadora y al lado de la ventana, para ver si iban a esa. Ese objetivo ha sido sencillo ya que ha sido abrir una, cerrar la otra y toda la troupe se ha trasladado cual cuadrilla de circo.

Mi segundo paso era abrir ventana. Hasta aquí correcto. Cerrar la luz y esperar a que salieran por la ventana al ver la luz de las farolas de abajo… Este paso ha tenido varios fallos. Primero que fuera llovía y eso no les gusta. Segundo, que la luz de la calle se ve muy poco desde la ventana de la cocina y para mí que ni se fijaban en ella. Tercero, que yo tampoco veía un carajo así que no sabía si habían salido. Se me pasó por la cabeza ir a buscar el kit de espía que la madrina le había regalado a Terremoto por su cumpleaños y que tiene algo así como gafas de visión nocturna en plan cutre bananero pero mucho mejor que nada, también podía ver si con la cámara de fotos había alguna opción de esa guisa, que lo dudo, pero en ambos casos eso suponía abrir la puerta y no me quería arriesgar a que se descontrolaran por el resto de la casa.

Así que por narices el tercer paso ha tenido que ser abrir la luz para ver que había pasado, y ¡ooooohhhh! Las muy avispas se habían posado al lado de la luz cuando la he apagado y al encenderla hay vuelto a la carga. Ante esta situación y pese a que no me gusta hacerlo he tenido que recurrir a la artillería pesada, véase un chupinazo bestial tipo tiro de la Gran Berta en versión Zum, pero esta vez el insecticida, no el ruido de las intrusas.

Obvia decir que con lo fuerte que es el producto y el zambombazo que les he metido, han acabado por ir cayendo de una en una al suelo, momento que aprovechaba para acortar su agonía por el método del fulminante zapatillazo. Pues bueno, así han caído nada menos que diez avispas en la cocina. La sorpresa ha sido que luego me he encontrado otra en el baño, también sucumbida con la misma táctica, más otra que estaba fuera en el cristal, pero esa como no estaba dentro la he dejado, se ha ido y luego he abierto para airear.

Me he ido al trabajo un poco mosca, porque nunca me había pasado algo parecido. Esperando que en el ático de arriba que está a la venta no se haya visto victima de una colmena okupa porque lo íbamos a tener claro para quitarla.

Cuando hemos vuelto del trabajo hemos subido a la terraza de arriba del ático y sí, nuestras sospechas se han confirmado, en la fachada trasera de la finca, en un agujero de taladro para sujetar unas tuberías, había un montón de avispas entrando y saliendo. Por la tarde se lo he comunicado a los de la comunidad y uno de los vecinos me ha dicho que cuando vuelva del pueblo el lunes él lo quitará tapando el agujero con una madera… no es que no  me lo crea, pero lo cierto es que hasta que no lo vea no me lo creo, al menos tan fácil como él lo ve, ya veremos.

Por suerte yo no soy de esas personas que cuando ve un bichito polinizador lo suelte todo, incluso el bolso, y salgan corriendo, como le vi una vez hacer a la hermana de mi pareja, que sólo una foto del animalito ya la pone de mal yu-yu. Tengo incluso que confesaros que le tengo alergia a la picadura de estos bichos, así que he aprendido que lo mejor es no molestaros y ellos se van, o bien te vas tú pero en plan tranquilo sin sobresaltos.

Hoy no os voy a dejar una foto de las víctimas del encuentro, me parece de mal gusto regodearme con las derrotas del enemigo, así que para que veáis que no tengo nada en contra de las creaciones de la madre naturaleza, o dejo esta foto que tomamos este verano, cuando durante tres días, nos vino a la terraza donde desayunábamos una avispa a nutrirse del jamón de york del bocata de mamá. Así que todos los insecto fóbicos que pueda haber, cerrad los ojos y no miréis, o bien mirad y veréis como corta el jamoncito, si es que en el fondo son bastante majas cuando no se te meten de golpe diez en la cocina y sin invitación para desayunar.

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