Bueno, al fin hoy os voy a acabar esta improvisada sarta de entradas relacionadas con el mundo del robiol. Nunca creí que acabaría haciendo una tesina de este dulce. Creo que a estas alturas ya sabéis del tipo de postre de Semana Santa del que hablo, casi que ya debéis ser unos expertos en el tema. Lo último que me faltaba por comentaros era la receta de los robiols de brossat o de requesón. Hay una diferencia en la masa de uno y de otro ya que en el caso de los primeros que puse, el relleno es mucho más dulce, por ese motivo la masa lleva menos cantidad de azúcar. En los que vamos a trabajar hoy, la masa lleva más cantidad de azúcar, ya que el relleno no es tan dulce y de esta forma se equilibra todo el conjunto. Hago también aquí un inciso para comentaros que la pasta que usaremos hoy es la que normalmente se emplea para la elaboración de otro de los dulces estrellas de Semana Santa, el crespell, así que nuevamente vamos ha hacer un dos en uno y completamos todo el lote.
Empezaremos por los robiols. Ya visteis en las dos entradas de la semana pasada que no son difíciles de hacer y como se rellenan, así que aquí tenéis la lista de ingredientes de hoy.
Ingredientes de la masa de los robiols de brossat y de los crespells (según la receta de la abuela de C.):
– 3 yemas de huevo
– 1 tacita de aceite
– ½ tacita de leche
– 9 onzas de azúcar, o lo que es lo mismo, 295 gramos
– 7 onzas de manteca, o lo que es lo mismo, 230 gramos
– 2 tacitas de zumo de naranja
– ralladura de la piel de naranja y limón, al gusto (yo puse de las dos). Acordaros de limpiarlos bien antes, que no hubieran fumigado los árboles.
– la harina que tome, que suele ser aproximadamente un kilo
Ingredientes para el relleno:
– ½ kilo de requesón
– un poco de azúcar, al gusto
– ralladura de limón
– canela en polvo
– una yema de huevo o dos, depende de lo seco que lo veáis
Preparación de la pasta:
Mezclar el huevo con el azúcar, luego añadir los líquidos y remover
Añadir la manteca y trabajar un poco para que se integre.
Añadir las ralladuras y mezclar un poco más.
Finalmente ir poniendo la harina, en varias veces, para que así se vaya absorbiendo mejor. Es preferible hacerlo de esta forma para evitar que se nos haga un pegote o nos pasemos de cantidad. Si de todas formas os habéis pasado con la harina, añadid un poquito más de aceite y zumo de naranja. Si la masa aún no está bien trabajada y se notan mucho los líquidos, un poquito de harina e ir amasando poco a poco hasta que todo esté bien integrado.
En alguna ocasión parece que no se llega a integrar bien del todo, entonces suelo tomar trozos de pasta y los trabajo individualmente, que es mucho más práctico y no tan cansado.
Preparación del relleno de brossat:
En un bol mezcláis el requesón, junto a la ralladura de limón, un poco de canela y un poco de azúcar para darle algo de sabor. Yo no le puse demasiado ya que la masa es más dulce que la receta anterior. Para ayudar que todo ligue y que no salga el relleno demasiado seco, se pueden añadir o bien un huevo o bien sólo la yema. Yo prefiero dejarlos para el final e irlos añadiendo uno a uno así veremos con responde el requesón y evitaremos pasarnos.
Montaje:
Se precalienta el horno a unos 180º
Sobre un papel de horno se van poniendo bolitas de masa y con un rodillo las alisaremos en forma más o menos redonda, haremos con ellas como una especie de empanadillas.
Pondremos un poco de relleno en el centro y cerraremos, nos aseguraremos de que los bordes queden sellados y si queréis quitar la pasta sobrante con un cuchillo se puede usar luego para hacer otra bola de masa.
Se colocan en la bandeja del horno, es una masa que no sube, así que no importa que estén muy separados.
Yo los tuve unos 35 minutos y luego giré la bandeja y los tuve cinco minutos más, pero eso es según cada horno, así que mejor fiaros de vuestra experiencia y cuando veáis que estén dorados es el momento de sacarlos.
Dejar enfriar y espolvorear por encima azúcar glaseé.
Ahora le toca el turno a los crespells. Para que nos entendamos, vendría a ser algo parecido a la mezcla entre galletitas de mantequilla y mantecados. Es una masa muy buena de trabajar y que se aprovecha para hacer esta receta con los peques de la casa. Es tan popular que normalmente en casi todos los colegios se hacen estas especie de galletitas y luego los nenes las llevan a casa envueltas en papel de celofán y con la receta al lado. Este año Tsunami hizo en el cole con su padrino, pero debieron de salir deliciosos, porque cuando fue a buscarle su papá, tan sólo quedaba el celofán. El resto, como nos dijo, estaban a buen recaudo en su barriguita.
Se hacen con unos moldes de dibujitos. Los tradicionales de toda la vida son los de estrella, flor y corazón, pero hoy en día hay de todos los tipos. Cuando no se tenía un molde a mano se recurría a un vaso y se hacían redondos, pero normalmente toda casa que se apreciara tenía los de formas que he comentado guardados en la despensa junto al rodillo. En nuestro caso usamos un molde de un estegosaurio, al peque le pirran los dinosaurios y cuando me encontré con este molde en una feria de artesanía, supe que tenía que venirse con nosotros a casa.
Comentaros también que tanto los robiols como los crespells se conservan muy bien durante varios días, incluso durante una semana. Eran dulces que se hacían al principio de Semana Santa y si no se tenían que repetir porque las pequeñas manitas de las casas hacían que volaran, normalmente llegaban igual de buenos a finales de fiesta. Para conservarlos siempre había en las casas algunas cajas de metal donde mejor se guardaban. Para los crespells también se usaban botes grandes de cristal donde además se los podía ver y cumplían a la perfección su función decorativa-conservadora-tentadora.
Bueno, si habéis seguido las cantidades indicadas y usado sólo medio kilo de requesón, posiblemente os sobre un poco de masa. Si alguien quiere puede añadir algo más de requesón y usar toda la masa para estos. A mí personalmente, los robiols de requesón me gustan, pero encuentro que de todos los que se hacen es uno de los que por el tipo de relleno quedan algo más secos, por ese motivo no es de los que haga en mayor cantidad. Así que como siempre queda algo de pasta, es el momento para aprovecharla.
Ir extendiendo la masa y con la forma que elijáis ir haciendo los crespells y ponerlos en la bandeja para hornearlo.
La masa se puede reamasar todas las veces que sea necesaria y volver a pasar el rodillo, así se aprovecha al máximo.
En casa muchas veces sólo hacemos crespells y nos sale una buena cantidad. Cuando quedaba menos pasta que ya no daba para que las formas sacaran algo decente, los peques de la casa hacíamos con nuestras manos figuritas con forma de serpiente, o de sol, o de cualquier animalito que nos diera suficiente para ello o que se adaptara al hueco disponible en la bandeja del horno. No se muy bien porque motivo, esos crespells que habíamos hecho sin los moldes, solían ser los más apetecibles y ricos de toda la hornada, como era de esperar, sólo faltaría. Eran los nuestros y sólo su autor estaba autorizado a catarlo y darle buena cuenta. Tsunami ya lo tiene clarísimo, ese es el suyo y de nadie más.
Bueno, se me olvidaba deciros que en la bandeja pueden estar bastante juntos, pero debéis dejar un poco de espacio porque algo se ensanchan pero no demasiado. El horno a 180º y más o menos una media hora, ir vigilando que si nos pasamos se queman y luego hay que rascar todo lo quemado con un cuchillo y es una pena, aunque el resto sale bueno. Cuando estén dorados es el momento de sacarlos, dejar que se enfríen y espolvorearlos también con azúcar glasé. Lo del azúcar es optativo, pero puedo asegurar que les da un toque divino que los completa del todo.
Sólo un comentario más, mi madre tenía otra receta de crespells y en ella tampoco lleva ni leche ni huevo, así que ahora os indico sólo los ingredientes y la explicación de como hacerlo es la misma que acabo de comentar.
Ingredientes para la masa de los crespells según mi madre, sin leche ni huevos:
– 250 gr. de manteca (más adelante lo sustituimos por margarina por motivos del colesterol que tenían mis padres)
– 300 gr. de azúcar.
– 1 tacita de aceite
– 1 tacita de zumo de naranja
– 1 copita pequeña, tipo chupito, de anís (cuando los hago para los niños no le pongo el anís, así que se puede prescindir de él si se quiere, pero le da un toque)
– La harina que absorba, de la misma forma que en la receta anterior.
Creo que con esta entrada he completado y con creces las recetas de dulces de Semana Santa tradicionales de Mallorca. Yo al menos no pienso hacer muchos más hasta el año que viene… aunque ya me han lanzado en casa unas cuantas indirectas de que esto está muy bueno y tampoco es cuestión de tener que esperar un año para más.
La chica que me dijo que haría los de la receta del periódico, me comentó que la masa estaba buena, pero que ella se había pasado un montón con la canela y estaba incomestible y que incluso en vez del color blanquecino, los suyos tenían un color tipo foiegras, así que cuidadín con no pasarse. Bueno, espero que después de todos estos monográficos vuestra curiosidad haya sido satisfecha y vuestras barriguitas también. Os dejo con nuestros crespells de estegosaurio subiendo al monte robiol de brossat, bon profit.