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«¡Cuando sea la hora de dejar de vivir, definitivamente la Muerte será mi elección número uno!». Terry Pratchett, El País del Fin del Mundo.

16 Mar

Ha entrado en la habitación donde se guardan todos los relojes de arena. Es parte de sus labores diarias. Comprobar quien está a punto de acabar y a quien debe visitar ese día. Muerte observa el reloj. Si hubiera tenido cejas posiblemente las habría arqueado, pero sólo tiene dos agujeros con unos luminosos puntos azulados en su fondo. Hoy es un día importante. Muerte se arregla su túnica negra, se pone la capucha y coge su guadaña. Binky, su caballo negro, acude a él. El día lo merece. El difunto lo merece. Quizás muchísimo más que todos los reyes o brujas que han ido a recoger anteriormente. Hoy tendrá que realizar una de sus visitas menos deseadas y más dolorosas, incluso para la Muerte.

Tata Ogg se sube los faldones de su vestido corriendo desesperadamente con sus botines rojos sobre el camino, llega tarde. Ya falta poco para llegar a casa de Yaya. Abre la puerta y se encuentra a su amiga recogiendo la casa. Sentada en una silla Magrat Ajostiernos llora desconsoladamente, siempre ha sido demasiado sentimental para ser una bruja.

-Llegas tarde Tata – le increpa su amiga – Ya sabes que esta vez no podemos llegar tarde.

– Yo no llego tarde y lo sabes, la culpa ha sido de Grebbo. Se ha puesto algo mimoso con una gata nueva, justo cuando iba a salir y no ha habido forma de hacerle cambiar de opinión. Quería darle la bienvenida al barrio, es un gato muy dispuesto.

– Sí. Ya sabemos todos lo dispuesto que es. ¿Se puede saber porque te traes a Grebbo?

Tata iba a responder, pero entonces se abre la puerta y entra Tiffany Dolorido, es la más joven de las cuatro brujas, pero no por ello es menos sabia. Cuando entra a la vivienda, un montón de motitas azules con faldas escocesas se esconden, son los Nac Mac Feegle. Evidentemente, antes de volver a partir buscan un recoveco o un estante donde puede guardar la gran arpía tan seria algo de alcohol o como mínimo algo de linimento para ovejas.

Las cuatro brujas se miran. Es la hora de partir.

Lord Vetinari lee una misiva de uno de sus espías. Esta vez las noticias no son nada buenas y por desgracia sus conocimientos de “mediador” no pueden servirle de nada. Podría intentarlo, pero cree que la Muerte no se dejaría convencer ni tampoco hacer una excepción esta vez. Vetinari, abatido, envía un aviso a la guardia, el capitán Vimes y todos sus hombres, el sargento Colom, el cabo Nobbs, Zanahoria, Fundidordehierrroson, Detrittus, Guddy y por supuesto Angüa deben prepararse con sus mejores galas y los sables menos oxidados de que dispongan. Dentro de pronto se celebrará una gran despedida y Ankh-Morpork debe estar por una vez en su historia, preparada para brillar. Aunque todos sabemos que conseguir que la ciudad brille es algo tan difícil como conseguir que una reunión de magos se ponga de acuerdo cuando hablan de deidades. También envía misivas a todos los gremios. A los periodistas del Ankh-Morpork Times, mejor que les demos nosotros la noticia. Por una vez voy a contar toda la verdad sin tapujos ni dobles sentidos. Se lo piensa dos veces y decide que él mismo irá a ver a los magos de la Universidad Invisible, se merecen el ser informados personalmente, aunque le da mucha pereza tener que acudir a verlos. Uno nunca sabe que puede ocurrir cuando se entra en la Universidad Invisible, sobre todo si se va con malas noticias. Su secretario sale con todos los apuntes y misivas y empieza con los preparativos. En la sala Lord Vetinari, erguido y esbelto, observa por una ventana. El Patricio se gira y se concentra por unos instantes en la partida de ajedrez que hay sobre una mesa. Pronto llegará un nuevo clack, pero eso hoy puede esperar.

… El jueves pasado, día 12 de marzo de 2015, Sir Terry Pratchett nos dejaba. Ese día tenía una cita ineludible con la Muerte. Después de muchos años de lucha con el alzhéimer este encantador hombre, vestido casi siempre de negro, con su sombrero de ala ancha, su gran anillo y su inseparable bastón con el pomo de plata representando una calavera con una capucha, se dirigió a su última cita. No debía hacerla esperar, sobre todo porque se había convertido en su apoyo, literalmente hablando. El jueves pasado Terry Pratchett conoció en persona a la Muerte y se fue con ella…

-BUENOS DÍAS, LE ESTABA ESPERANDO SEÑOR.

-No tienes que llamarme señor, en realidad hace muchos años que nos conocemos, aunque creo que nunca habíamos tenido el gusto de hablar.

-NORMALMENTE LA GENTE NO OPINA QUE HABLAR CONMIGO LES PROPORCIONE MUCHO GUSTO. ES CURIOSO. PERO SI LO DESEA, PODEMOS CHARLAR MIENTRAS LE ACOMPAÑO POR EL CAMINO.

-¿Será muy largo?

-BIEN SABE QUE NO, COMO SI NO LO HUBIERA DESCRITO OTRAS VECES. HMM… ¿DESEA SABER ALGUNA COSA MÁS ANTES DE IRSE?

-No tengo muy claro si deseo saber lo que ocurre. No me gustaría enterarme que mis lectores y mis personajes estén llorando. Yo nunca he escrito para hacer llorar, siempre he escrito para alegrar, hacer pensar y reflexionar. Aunque evidentemente, la fantasía y el humor muchas veces venían incluidos en el paquete.

-SE SORPRENDERÍA QUIZAS DE LAS COSAS QUE ESTÁN OCURRIENDO. LA NOTICIA EVIDENTEMENTE HA SALIDO EN LA PRIMERA PÁGINA DEL ANKH-MORPORK TIMES, LORD VETINARI SE HA ENCARGADO DE ELLO PERSONALMENTE.

-¿Lord Vetinari dando una noticia sin tapujos? Eso es digno de ver. Que pena que me lo haya perdido.

-LOS MAGOS ESTÁN REVUELTOS, POR UNA VEZ HAN DEJADO DE LADO SUS DISCUSIONES SOBRE EL SEXO DE LA GRAN A’TUIN Y HAN DECIDIDO QUE ESTO PODÍA SER MÁS DESASTROSO PARA EL MUNDODISCO QUE UNA COPULACIÓN CÓSMICA CON OTRA TORTUGA VIAJERA. PERO TRATANDOSE DE MAGOS… QUIEN SABE.

¡AH!, POR CIERTO. SE ME OLVIDABA. RINCEWIND PRESA DEL PÁNICO HA PREPARADO EL BAÚL DE VIAJE Y HA HUIDO DESPAVORIDO, AUNQUE NO TIENE MUY CLARO HACIA DONDE HUIR PARA PONERSE A SALVO. HA DECIDIDO BUSCAR REFUGIO EN EL DESPACHO DEL BIBLIOTECARIO. LUGAR QUE NO ACABA DE ENCONTRAR MUY A SU GUSTO YA QUE EVIDENTEMENTE, EL BIBLIOTECARIO HA PROTESTADO POR ELLO Y ADEMÁS DICE QUE ALLÍ DENTRO HUELE EXAGERADAMENTE A PLÁTANOS.

-Era de suponer, ¿Qué esperaba mi querido Rincewind metiéndose en el despacho de un orangután? ¿Qué oliera a espliego, lavanda y frambuesas varias?

-EL MUNDODISCO ANDA DESOLADO, REVUELTO PERO DESOLADO. LOS GREMIOS HAN SUSPENDIDO SUS LABORES, INCLUSO EL GREMIO DE ASESINOS HA RECIBIDO ORDENES DE NO EJECUTAR A NADIE DURANTE TODO EL DÍA PARA “LIBRARME” DE TRABAJOS INNECESARIOS QUE ME PUDIERAN ESTORBAR O NO PUDIERA DEDICARLE EL TIEMPO QUE SE MERECE. EN ESTO VETINARI HA SIDO MUY EXIGENTE Y CONVINCENTE. CREO QUE CUANDO LE DEJE A USTED ME PODRÉ TOMAR EL DÍA LIBRE, QUIZAS VAYA DE VISITA A VER A ISABEL Y A MORT, HACE TIEMPO QUE NO PASO POR SU CASA, SI TENGO SUERTE INCLUSO PODRÍA QUEDAR LUEGO CON SUSAN.

-¡¡¡Así que hoy no habrá asesinatos!!! Cuanto honor. Quien me lo habría dicho. Es curioso, muchos de los que recogerá mañana seguramente les hubiera gustado que yo fuera uno de sus dioses y mi vida fuera una continua reencarnación sin parar. Tal vez así la muerte de uno solo podría salvar a los demás. Pero dudo que el gremio de asesinos estuviera dispuesto a esperar tanto tiempo sin ingresos en caja y acabaran aburriéndose antes de que concluyeran todas las reencarnaciones.

La Muerte coge del brazo a su acompañante – CREO QUE CIERTAS PERSONAS HAN VENIDO A DESPEDIRSE DE USTED. NO ES MUY HABITUAL QUE ENTREN TAN DENTRO, PERO POR UNA VEZ LES HE DADO PERMISO PARA LLEGAR HASTA AQUÍ.

El hombre vestido de negro, con sombrero de ala ancha y un bastón coronado por un pomo en forma de calavera encapuchada, siente como algo se frota por sus piernas. Baja los ojos y se encuentra un gran gato gris al que le falta un ojo.

-Vaya, normalmente no hace amistades de una forma tan rápida con los desconocidos, aunque supongo querido Terry que tú nunca serás un desconocido.

El hombre llamado Terry levanta los ojos y ve cuatro figuras femeninas que se le acercan. Una de ellas muy dispuesta a llegar la primera, bambolea sus caderas de un lado a otro al andar y luce unos inusuales y llamativos botines rojos.

-Si creías que te ibas a ir sin que te hiciéramos el camino más llevadero aunque fuera durante un breve tramo es que no nos acabaste de conocer –dice la dueña del gato.

-Gytha Ogg, controla tus modales, que pensará de nosotras.

-Esme, ¿de qué va a escandalizarse si ya nos conoce? Que Sr. Pratchett, ¿hace una copichuela antes de seguir el camino? y luego dentro de un par de sorbos quizás le cante la canción del puercoespín para amenizar el paseo.

Terry se ríe. Yaya mira con desaprobación a Tata que ya está abriendo el petate. Un montón de hombrecitos azules salen de la nada.

-Gytha, ¿Qué va a decir la niña?

-La niña se ha criado en las Calizas, no se va a escandalizar por unas copichuelas. Por cierto, Sr. Pratchett ¿puede firmarme un autógrafo? Es para mí Jason, que es un fans suyo. Mire, me he traído una postalita para la ocasión, la he comprado mientas iba a casa de Esme

-¡Ajá! Así que toda la culpa no ha sido de Grebbo, ya sabía yo que te habías parado por el camino en algún sitio.

Las brujas empiezan a discutir sobre el concepto pararse por algo no estrictamente necesario. La niña no escucha. Tiffany Dolorido está mirando una figura que la observa desde la lejanía. Por un momento el aire se ha impregnado a Alegre Marinero.

La Muerte les observa perpleja, con esa cara que pondría una calavera cuando no quiere responsabilizarse de lo que ocurre a su alrededor.

Terry sonríe. Sabe que nadie podría tener una muerte tan agradable y tan divertida como la que le espera, aunque sólo sea durante un breve tramo.

Mientras nadie mira, el gran gato gris ha encontrado algo con lo que jugar y tal vez entretener el apetito. Un pequeño montón de huesos con la cuenca de sus ojos también azulada, con una mini capucha y una mini guadaña con la que se defiende mientras grita desesperadamente por su existencia antes de que se lo traguen.

– IIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHH, IIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHH.

Nota: Esta pequeña improvisación, porque no ha sido más que una pequeña improvisación, es mi homenaje particular a un escritor que lleva años en mi vida. Lo descubrí el día que empecé un libro que alguien me regaló titulado Mort hace ya ufff… demasiados años, tantos que no sabría situarlo. Después vino Buenos Presagios, libro que coautoró con Neil Gaiman. Desde entonces no he parado ni me canso de leer sus libros. Sus diálogos son fantásticos, muchísimo más que sus historias. En cualquier rincón de la narración te puedes encontrar una sentencia que sin duda propondrías para esculpirla en letras bien grandes en mármol. El problemas sería donde guardar tantas sentencias, porque aunque uno fuera más modesto y se limitara apuntarlas en una libreta, harían falta demasiadas libretas y aún así siempre nos faltaría alguna. Pratchett ha sido una persona que ha cambiado mi vida muchas veces. Cuando he tenido algún bajón me he refugiado en las historias de la guardia, en las aventuras de las brujas que siempre fueron mis preferidas, o en cualquier narración que tuviera lugar en alguno de los lugares del Mundo Disco. En casa tenemos varios estantes llenos sólo de libros de Pratchett y siempre hay un hueco reservado para los futuros libros que entrarán. Algunos de esos libros son de mi pareja y están en su lengua original, el inglés. Hecho que no le perdono a R. porque luego he tenido que comprármelos de nuevo en algún idioma algo más inteligible para mí.

Los que leéis este blog sabéis que algunas veces he hecho unas cuantas citas de este autor. No voy a negarlo, soy una de esas tantas personas a las que su estilo, su humor mordaz y su ingenio han conquistado. Me he rendido ante su arte y no me avergüenza decir que le debo mucho al bueno de Terry. Somos muchos sus seguidores incondicionales y se que sentiremos mucho su desaparición, aunque nos ha dejado un inmenso legado literario que de una forma algo particular, nos ayuda a ser mejores personas y saber disfrutar de la vida.

LAS VIDAS DE LA GENTE PASAN DELANTE DE SUS OJOS ANTES DE MORIR. EL PROCESO SE LLAMA ‘VIDA’.
— Terry Pratchett, El País del Fin del Mundo.

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La estación de los proyectos: Habemus Estelcon o todo aquello que nunca aparece en las crónicas…en que estaríamos pensando cuando nos apuntamos (segunda y última parte)

6 Mar

¿Cómo se monta una estelcon?

1.- Pensar en lo que quieres hacer. Básicamente, tener claro que se tiene que hacer, donde se va ha hacer, quien tiene que ser responsable de que eso se haga y quines van a ser coordinados por los responsables y se dedicarán a hacerlo. Eso quiere decir, distribuir funciones y crear grupos de correo donde se coordinan, discuten, aportan ideas y toman decisiones a ser posible de la forma más civilizada. Recordad que siempre que algo tiene que comentarse a distancia y sin tener a la otra persona delante puede hacer que surjan pequeños conflictos que hay que saber controlar. Es una de las desventajas que tiene Internet, que hay que ser muy cauto con las palabras o las formas de decir las cosas. A quien nunca le haya pasado o visto esto es que lleva menos tiempo usando Internet que yo o tiene muchas dioptrías y debe ir al oculista, porque casos de estos todos hemos visto alguna vez alguno. Pero es lo que hay.

Nota: Así que futuros “insensatos”, tened mucha paciencia con el interné ese y no tengáis en cuenta las pequeñas crispaciones que los megabites, el cansancio y la saturación nos hacen ocasionar. Esos megabites malos los forjó Sauron en el Monte del Destino y son tóxicos. Seamos siempre comprensivos y cautos con lo que decimos y como lo decimos. Por desgracia, no tenemos telepatía como algunos elfos. Sólo vemos nuestras circunstancias y no siempre sabemos valorar o ver las circunstancias de las personas a las que nos dirigimos y nos leen. Si alguna vez ocurre algo así, los coordinadores de los grupos deben intervenir por el bien de todos.

2.- Ponerse manos a la obra. Es decir, empezar a currar. Aquí cada grupo empezó a funcionar por su cuenta. Se realizó un organigrama y se designaron dos personas para cada smial como contacto entre ellos. De esta forma se fue buscando material, formando presupuestos, tomando decisiones y realizando cada uno de ellos. Algunos fueron más de tipo artesanal, otros más de tipo logístico. Cada uno tiene sus problemas y sus recompensas cuando se veían realizados. ¿Qué queréis que os diga? No seré yo que os quite la ilusión de ir descubriéndolo cuando decidáis convertiros en futuros insensatos.

Aquí reconozco que yo no me impliqué demasiado. Mi vida familiar y mis circunstancias no me permitían estar muy metida en ello. Al final me apunté para organizar la Lumilinde o noche musical que tuvo lugar la primera noche. Tengo que confesar que me encantó hacerlo. Me lo pasé de miedo y en cierta forma me ha quedado un pequeño gusanillo que no me importaría volver a meterme en un lío de solfas y do re mies como ese. Os diré que para la presentación me trasformé en un Balrog o diablo de fuego. Por eso necesitaba saber manejar un látigo y quien mejor que Indiana Jones para enseñarme, jajaja. Conseguí compinchar a dos compañeros, de Barcelona y de Valencia, sin cuya inestimable ayuda el evento nunca hubiera sido lo que fue y al final creo que todos tanto los que intervinimos como los asistentes se lo pasaron muy bien y nos divertimos mucho que es lo más importante.

En cambio, mi señor R. se metió de lleno y eso le absorbió prácticamente entre una cosa y otra, casi todo el tiempo que tenía entre que llegaba del trabajo y se iba a dormir. Bien por pensar en algo, por moderar algo, por buscar algo, por tener una reunión con el smial o a través del ordenador… lo cierto es que a partir de mediados de verano y hasta que se hubo acabado todo, gran parte de la atención de R. se centró sobre todo en los proyectos frikis que os he comentado. Tal vez el que nos dio más problemas en casa fue el de las reuniones de skype. En casa la zona de despacho está abierta a la zona de la sala con el sofá y la televisión a pocos metros de ordenador. Es algo parecido a lo que sería una cocina americana tipo loft pero en versión despacho en lugar de cocina, está todo integrado. Si las reuniones tenían lugar a partir de las nueve de la noche no pasaba nada dramático. Se tenía que enviar a los peques un poco antes a la cama y esa noche Tsunami se quedaba sin lectura de papá. Luego R. cenaba delante del ordenador y yo escuchaba la reunión o bien me iba luego a dormir si se alargaban mucho, cosa que ocurrió poco pero alguna vez ocurrió. Si las reuniones tenían lugar antes de las nueve de la noche, entonces podía temblar, porque evidentemente, los niños querían cotillear, querían intervenir, la teníamos liada y al final acababa histérica enviando cada uno a su habitación o castigándolos cuando ellos no es que tuvieran demasiada culpa. Personalmente entiendo que eso era una novedad y que algunos de los que intervenían son “amiguitos y amiguitas” de Tsunami y claro… si papá habla con los amiguitos yo también quiero. ¿Cómo le explicas que eso que parece tan atractivo es una cuestión de trabajo? Por suerte no hubo muchas reuniones de tarde, pero las pocas que se dieron nos lo hicieron sudar en casa.

Nota: Si hay reuniones de tarde con niños por casa, inventa un plan B para no crear futuros conflictos. La salud de tu familia lo agradecerá.

3.- Dar difusión del evento Esto se consigue sobre todo vía Internet y redes de comunicación.

Nota gorda e importante: Aquí queridos futuros “insensatos”, no pongo nota porque ya sabéis que si algo no se difunde, difícilmente puedes saber que se hace y apuntarte. Quien más quien menos hemos estado al otro lado y hemos sido quienes hemos recibido esa difusión, así que ya sabemos como nos gusta que nos tienten.

4.- Coordinar las inscripciones, la distribución de habitaciones y el presupuesto Pues eso, que las cuentas tienen que cuadrar, tenemos que cubrir gastos con los ingresos del evento y tenemos que tener a todos los asistentes distribuidos en sus habitaciones como un gran tetris humano. Otro currazo que parece inexistente pero que está allí.

Nota: Lo digo muy seriamente. Esto, junto a la coordinación de grupos y el buen funcionamiento, es crucial para cualquier evento de este tipo. Quienes se encarguen de ello deben ser personas muy meticulosas, eficientes y con una capacidad de organización británica. Tienen que tener todos los métodos necesarios a su alcance y deben disponer de tiempo para encargarse de ello. Porque les va a absorber mucho tiempo. El futuro rodaje de toda reunión de esta magnitud dependerá de todas estas labores previas que siempre parece que surge por arte de magia pero que de magia tienen poco.

5.- Recibir propuestas de actividades y montar horarios para todas ellas Lo divertido de la estelcon es que los organizadores no montan los actos. No sabes lo que te van a pedir. Eso lo descubres cuando alguien te dice “pienso hacer eso” y tienes que saber colocar todas las cosas para que el máximo de asistentes puedan ir al máximo de eventos y que sea algo ordenado y no se machaque ni superpongan demasiadas actividades al mismo tiempo. Hay que prever además de los horarios, la mejor sala donde ubicarlo y el material o infraestructura que necesitará cada uno de ellos. Eso abarca, desde la botella de agua para los conferenciantes, hasta los cables y mesas de música para las actuaciones, desde un boli o un ordenador, hasta un micro… eso si no hay peticiones especiales que nunca se sabe que te pueden pedir.

Segunda nota gorda e importante: Que los asistentes a una Estelcon regresen a sus casas satisfechos y contentos depende en parte de que no se hayan aburrido al haber demasiados espacios sin llenar. De que no se oferten demasiadas cosas al mismo tiempo creándote un problema. De que hayan tenido algún espacio sin llenar para poder estar con sus amigos a los que en ocasiones sólo ven en estos eventos. Y, sobre todo, de que los horarios se cumplan con la mayor puntualidad posible. Sólo de esta forma estos cuatro días transcurrirán de una manera fluida y amena. Una buena organización ayuda mucho a que los asistentes vuelvan a su casa con unos buenos recuerdos. Y eso señores, favorece la procreación de una cantera para las futuras generaciones de “insensatos”

6.- Montar actividades especiales que realice la propia organización como os comenté en el anterior post dedicado a la estación de los proyectos. Los frikis somos un tercio de Flandes y siempre hay alguien que decide organizar un extra, bien sean actividades para los niños, una lectura de cuentos o una noche musical.

Nota tipo consejo: Aquí que cada uno se apunte a aquello que le guste, con lo que se sienta bien y sepa que es capaz de cumplir. Una estelcon ya lleva mucho jaleo, así que si el grupo organizador además decide montar actividades debe estar seguro que puede con todo. El ir a un evento (el que sea) y encontrarse con grandes retrasos y descontroles porque has querido abarcar más de lo que podías y luego todo ha sido un caos es lo peor que te puede pasar. Haz siempre aquello que puedas, pero si te comprometes a ello cúmplelo bien, sino mejor avisa con tiempo y no lo hagas.

7.- Hacer toda la decoración, los premios, el pack de bienvenida y los mathons Evidentemente, las salas y lugares donde estamos deben estar ambientados y el equipo de artesanía de Zaragoza se esmeró especialmente en ello. No recuerdo un rincón de lectura de cuentos tan currado y tan bonito en ninguna de mis anteriores estelcones. Fue una auténtica pasada. Felicidades. Normalmente, a los asistentes, se les facilita una carpeta con los horarios, plano del hotel y demás información para la llegada, es el llamado wellcome pack. Siempre está un poco curradito y requiere sus labores de diseño y enmaquetación. El refranero castellano dice que es de bien nacido ser agradecido y nosotros no somos de menos. La organización suele tener un pequeño detalle que, evidentemente, también tienes que currarte y que se repartirá entre los organizadores de actividades, los conferenciantes y los escuderos o asistentes que se han presentado voluntarios para hacer de “insensatos II” y ayudar a los organizadores… Finalmente, en la cena de gala se reparte otro obsequio pero esta vez es para todos los asistentes, lo cual quiere decir que hay muchos obsequios que hacer. Es el llamado mathon, es decir, algo inservible pero bonito que suelen regalarse los hobbits cuando hacen una fiesta y nosotros no hacemos más que seguir esa tradición… bueno, esa y la de tener una cena opípara, jugosa y esplendorosa, claro está.

Nota informativa 1: Como no tengáis absolutamente a nadie del grupo que le gusten las manualidades y los “trabajitos Feber” podéis ir buscando guarderías, colegios, clubs de ocio o locales de la tercera edad que están dispuestos a colaborar con vosotros en el ámbito artístico, porque de decoraciones y detalles no se libran ni en Mordor.

Nota informativa 2: Una cena de gala no es una cena de gala si el banquete ofrecido a sus comensales no es digno de la visita inesperada de trece enanos y un mago. Si tu despensa o alacena no puede con ello mejor busca otro saqueador al que saquear o atente a las consecuencias. Una noche intemporal con el estómago vacío puede hacer que un apacible hobbit acabe convirtiéndose en un temido berserker ávido de pastelitos.

8.- Ir a montar cosas. Teníamos pensado ir todo nuestro smial juntos, un día y medio antes de la inauguración para empezar a montar las cosas, pero no pudo ser. Al final los días disponibles que tenía y los horarios de los vuelos hicieron que nosotros no llegáramos a Zaragoza hasta el día que empezaba todo. R. y yo nos habíamos dejado los días necesarios para poder hacerlo, pero el cole de Tsunami tuvo un día de huelga con el que inicialmente no contaba y tuve que cogerme un día libre del trabajo que inicialmente estaba destinado para ir a montar cosas. Por suerte, el resto de compañeros de smial no tienen hijos ni colegios que te condicionan a la hora de disponer de tus días de vacaciones, pudieron acudir antes y ayudar al grupo de Zaragoza para decorar, ordenar, disponer y colocar todas las cosas para la recepción de participantes y su alojamiento.

Nota final: Les quedó de coña.

Hasta aquí resumido de una forma un poco chabacanera y rápida lo que son meses y meses de auténtico trabajo, con muchas horas tras ello y muchos nervios. Cuando uno ve eso no entiende francamente como no se acuerdan y sigue habiendo insensatos que organizan dos, tres o puede que incluso cuatro estelcones. Mi mayor admiración para ellos y para todos los smiales que cada año nos brindan la oportunidad de reunirnos, pasárnoslos bien y realizarnos como grupo. Se les tendría que hacer un monumento porque realmente se lo merecen. Así que como lo mío no es hacer monumentos, he pensado que aunque sea un poco tarde, les dedicaría esta momunental entradita en el blog.

No os voy a contar que se hace y como se lo pasa cada uno en estos eventos. Para ello hay otras crónicas por el ciberespacio. Si os gusta este mundo mi consejo es que os apuntéis a una de ellas, aunque sea una fiesta local a las que llamamos mereth.

Con este pedazo de post sólo he querido poner en aviso a los futuros organizadores y rendir un más que muy sincero homenaje a todos los equipos que año tras año nos brindan la oportunidad de vivir cuatro días especiales, impagables y alucinantes. Muchos de estos días nos han cambiado nuestras vidas en más de una ocasión. Los que les haya pasado esto saben de que les hablo. En las estelcones se hacen amigos. Amigos especiales. En las estelcones se han hecho parejas. Parejas que hoy en día acuden con sus hijos. En las estelcones se han vivido momentos de alegria, de bochorno y de tristeza, pero todos estos momentos han sido muy especiales. Así que si me lo permitís, me gustaría acabar este post brindando por el espíritu de los insensatos de las estelcones pasadas. Sin ellos esto que vivimos ahora no existiría. Por el espíritu de los insensatos de las estelcones presentes. Sin su trabajo no iríamos acumulando estos recuerdos y experiencias y tal vez yo ahora no estaría con mi pareja y Tsunami no existiría. Y finalmente por el espíritu de los insensatos de las estelcones futuras. Porque hay cierto tipo de magia que jamás debería apagarse y para quien sabe, un día, R y yo iremos junto a Tsunami, su pareja y nuestros nietos a compartir esos momentos tan especiales que sólo pueden darse en el calor de una Estelcon.

GRACIAS POR NO HUIR INSENSATOS.

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La estación de los proyectos: Habemus Estelcon o todo aquello que nunca aparece en las crónicas…en que estaríamos pensando cuando nos apuntamos (como es un cacho larga aquí tenéis la primera parte)

4 Mar

Si me seguís y lo recordáis, el año pasado ya os hablé de este encuentro y en que consiste, así que no me repetiré, si queréis leerlo está aquí.

Antes de empezar me he paseado por la red para ver que se ha dicho sobre las estelcones, por eso de no ser repetitiva y decir algo nuevo. Me he dado cuenta que el 99’99% de las entradas que no son meramente informativas para apuntarse al evento, suelen empezar con la narración de la hora en la que les suena el despertador y como cada asistente que se ha dignado en relatarnos su experiencia nos informa de cuando cogió el coche/tren/autobús/avión/barco para asistir a tal evento. Muy pocos para no decir este post que ahora redacto y puede que alguno más pero muy puntal, empieza unos cuantos meses antes de que ese despertador que todos tenemos en casa dé el pistoletazo de salida haciendo ring-ring / bruzzz-bruzzz / bidu-bidu-bidu/ o el politono que cada uno tenga predeterminado, que tampoco nos pondremos ahora a reproducirlos todos. Faltaría plus.

Pues bien. El proyecto que os cuento hoy y que fue el último de todos los gordos del año pasado, empezó muchísimos meses antes, el 2013… Por esas épocas estábamos en la estelcon anual. Se hacía en una casa de colonias, así que el alojamiento era en habitaciones grandes con camas en formato literas y un montón de gente dentro de cada habitación. Al grupo de Mallorca le tocó compartir cubículo con unos cuantos del grupo de Zaragoza. Se dice que en ocasiones en los sitios menos verosímiles se tienen las conversaciones menos creíbles y parece ser que en algún momento dentro de esa habitación tuvo lugar una conversación que condicionaría en gran medida mi vida y la vida de este blog durante el siguiente año. “Alguien”, de Zaragoza, le planteó a “alguien”, de Mallorca, la posibilidad de organizar conjuntamente la estelcon del año siguiente.

Habían pasado ya un par de semanas (ya sabéis que en Mallorca un par son un número indeterminado superior a dos). Fue en ese momento justo cuando uno aún tiene el ánimo por lo alto y espera entusiasmado a que (como diría Gandalf) algún “insensato” se presentase voluntario para organizar la próxima. Uno siempre espera que ese “insensato” sea alguien de otro grupo y así sólo tener que preocuparse por el pasaje, la maleta y poner de hora el despertador para empezar allí sus crónicas. Cuando vas a una reunión, nunca piensas que dentro de media hora descubrirás que ese “insensato” eres tú. Ese día que no recuerdo muy bien cuando fue exactamente, se nos comentó que el grupo de Khazad-dûm (que así se llama el smial de Zaragoza) solicitaba nuestra colaboración para montar el evento del año 2014. Yo, personalmente, no lo acababa de tenerlo muy claro ya que en su momento organicé una boda, organicé dos bautismos, organicé varias semanas Tolkien y he organizado diversas fiestas de cumpleaños de Terremoto y eso si bien son pecata minuta en comparación con lo que estábamos hablando, te hace sabia. Sabes que nunca sale todo tan fácil como parece y acabas currando como una enana en jornada continua y maldiciendo tu destino como un troll cavernario. Porque señores, eso de organizar una estelcon no es precisamente moco de pavo, es un curre impresionante y si bien en otras ocasiones se había hecho con dos grupos relativamente cercanos, en esta ocasión teníamos un handicap chungo bananero. Se llama mar Mediterráneo, ese pedazo de brazo de mar seguido de un pedazo de tierra que separaba a ambos grupos. Es cierto que las nuevas tecnologías ayudan. Por suerte, ahora no es como cuando me casé que todo se coordinaba a base de llamadas telefónicas (aunque alguna hubo) o de visitas in situ a las tiendas, iglesias y restaurantes. También es cierto que no se tuvo que recurrir al más ancestral método de coordinación por carta de esas con sello, buzón de correos -esa cosa rechoncha y amarilla que hay en ocasiones por las calles y sirve para colocar cartas dentro- y cartero que te las trae a casa (aunque algún paquete con material se tuvo que enviar). Esas tecnologías que eran las que en su momento yo usé para montar mi boda, ir a congresos y montar fiestas de cumpleaños para Terremoto, están del todo obsoletas o al menos no tan vigentes. Hoy en día las cosas se coordinan por skype o como yo lo llamaba por video conferencia Se usa el correo electrónico con una lista de correos y con grupos por temas. También se usa una cosa llamada WhatsApp y que hace que a partir de cierta hora los móviles de las casas se vuelvan locos y empiecen a dar pitiditos y vibrar como poseídos por algún espíritu maléfico. ¡Sí! Esas nuevas tecnologías engendros de las palantir ayudan mucho, pero el curro no te lo quitan para nada. El curro lo hacen las personas que los manejan.

Así que no me pregunten ustedes como, en ese momento de iluminación divina, los miembros del smial que estábamos ese día reunidos pensamos “¡Oh Eru! ¡Nosotros también queremos experimentar ese chollazo que representa montar una estelcon!” Alguna intervención de los Ainur tuvo que haber, si, porque nos dejamos convencer con una relativa facilidad algo desconcertante y en muy poco tiempo votamos que nos apuntaríamos. Supongo que algunos lo hicimos porque realmente, como diría el sabio Gandalf fuimos unos “insensatos incapaces de huir despavoridos” y no teníamos muy claro donde nos metíamos realmente. Otros porque fuimos más optimistas que un hobbit ante una bandeja de pastelitos acabada de sacar del horno. Otros porque pensamos que esa podía ser una nueva experiencia y que narices, hace ilusión. Otros porque habían intervenido en la organización de antiguas estelcones y miren ustedes, o deben ser masoquistas, o les gustan los deportes de riesgo, o no se acordaban del todo del lío que les había supuesto y querían refrescar la experiencia o porque en algún momento no determinado sufrieron un ataque de amnesia y no se acordaban de todos sus desvelos y sufrimientos. Vayan ustedes a saber. La cuestión es que unos por novatos, otros por curiosos y otros por masocas recalcitrantes, nos unimos al cotarro.

¿Qué se debe hacer a la hora de querer montar una estelcon?

1.- Decidir cuando la quieres hacerla. Hmmm… no recuerdo muy bien como fue que se decidió la primera semana de diciembre. Supongo que para aprovechar el día de fiesta de la Inmaculada, que era el único puente de finales de año, aunque eso implicaba que haría un frío del copón. Lo que nadie previó o desconocíamos, fue que nos coincidiría con la Hispacon y eso haría que los habituales asistentes tuvieran que decidir entre uno o el otro evento.

Nota para todos aquellos futuros “insensatos” que decidan montar alguna vez una próxima estelcon: Si fuera posible no coincidáis con un evento de ese calibre y publicitado antes que el vuestro. Es una buena forma de no poner en un brete a los asistentes a la hora de inscribirse. Además, vuestro curro será el mismo.

2.- Buscar un lugar donde hacerla. Vale. Sí. Si nos reunimos tiene que hacerse en algún sitio y si es posible cómodo, bien comunicado y sobre todo baratito, que estamos en crisis y los miembros de la sociedad pese a pertenecer a la realeza élfica, enana o gondoriana, la mayoría de nosotros somos más bien tirando a pobretones supervivientes con cargas familiares. Esa, como supondréis es una labor que sólo puede realizar el equipo organizador donde el evento tendrá lugar en sus dominios. Khazad-dûm nos propuso un lugar en plena naturaleza, tipo albergue, con habitaciones y literas, algo apartado. Se estuvo estudiando y parecía aceptable, pero pronto surgieron los problemas. Aparte de que estaba muy lejos de todo y cuando digo todo me refiero a todo, había muchos problemas para conseguir que nos hicieran un precio justo. Con eso de un precio justo no me refiero a que fuera ajustado, simplemente a que la relación calidad servicio a precio exigido por ellos fuera normalito. Para rematarlo el lugar donde haríamos la cena de gala estaba algo lejos del albergue y el menú era caro y algo surrealista… Así que al final entre una cosa y otra y otras más, descartamos esta ubicación.

Cuando eso ocurre, uno piensa que quizás nos libramos de montar el evento, pero no. El grupo de Zaragoza está formado en su mayoría por maños, evidentemente, y además es un smial de enanos y si una cosa caracteriza (o eso dicen) a los maños y a los enanos es que son muy testarudos. Además unos cuantos de sus miembros, pueden presumir de estar fuertemente experimentados en el arte de organizar eventos. Una nimiedad como esa no iba a pararles. En poco tiempo habían conseguido localizar otro sitio que no tenía nada que ver con el anterior. Estaba a media hora de Zaragoza y muy bien comunicado. Era un hotel lo que significa, como diría Bilbo, confort. Habitaciones de dos, tres o cuatro personas con baño incorporado, agua caliente, calefacción… y, la cama de matrimonio más grande y cómoda que he visto en toda mi vida. Salas para dar conferencias, talleres y actuaciones. Una zona apartada del núcleo del hotel pero conectada internamente en la cual podíamos hacer lo que quisiéramos y a la hora que quisiéramos sin molestar a nadie. Posibilidad de hacer la cena de gala en el mismo establecimiento. Eso ya empezaba a pintar mucho mejor. Pero como que muchísimo mejor. Si a eso añadimos que era un cuatro estrellas que nos hizo un precio muy interesante y no extremadamente caro… pues bueno… será que realmente podíamos decir bien alto que por fin habemus estelcon.

A partir de ese momento fue cuando el grupo de Zaragoza se ha pegado como dice Tsunami, ochenta mil y medio visitas de sus casas al hotel para ultimar detalles, coger medidas, hacer fotos y demás labores “administrativas” que un evento así implica.

Nota para los futuros “insensatos”: Tened en cuenta que vais a ir muchas veces al lugar elegido, así que mentalizaros en que vais a estar de excursión bastante a menudo y procurad buscar un sitio donde el gps llegué, existan las señalizaciones y a ser posible la carretera esté asfaltada. Por vuestro bien, por el nuestro y por el de los amortiguadores de vuestros coches.

3.- Hacer un proyecto, presentarlo, que te lo voten y aprueben Hmmm…. Nuevamente poco más que añadir a eso. El proyecto lo redactaron desde Zaragoza, se estuvo discutiendo por Internet si quedaba algo sin comentar o si se tenía que añadir algo. Se adjuntaron fotos del lugar, menús, posibilidad de menús especiales para alérgicos, asegurarse de que el lugar no tuviera barreras arquitectónicas, indicar menús para la cena de gala, precios finales dependiendo de días de asistencia y esos detalles. Elegir una temática o ambientación para el evento. Además, se adjuntó el presupuesto que calculamos nos llevaría montar todo eso como gastos de decoración, welcome pack, mathons, montar talleres y actividades, acreditaciones…. Vamos. Un buen curre aunque no lo creáis.

Después de eso uno piensa que quizás otro grupo de insensatos han sido iluminados por la luz de los Valar y han decidido también presentar un proyecto. Pero no. Fuimos los únicos “insensatos”. Los Valar, en ocasiones son un poco cabroncetes y sólo permiten en los últimos años la inspiración de un grupo de “insensatos” por año. Aaaainnnnsss… Así que se presentó el proyecto. Se votó y efectiviwonder, se aprobó.

No destapamos botellas de cava ni brindamos, porque hacer chin-chin vía línea telefónica no es aconsejable, pero bueno. Subimos un par de caritas contentas y caritas aplaudiendo y nos pusimos a ello.

Nota para los futuros… ya sabeis: Neo será el elegido en Matrix. Cuando hablamos de estelcones el elegido siempre es aquel que se atreve a presentar el primer proyecto. Recordadlo. Quien avisa no es traidor. A partir de aquí empieza el punto de no retorno de vuestro viaje al futuro.

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La estación de los proyectos: El proyecto 145, un post muy friki

20 Ene

Vale. Que ya sé que ortográficamente hablando eso de repetir palabras en tan poco espacio no es lo más indicado. Pero que queréis que haga. El evento del que voy a hablar se llama así. Por suerte no es que fuera nuestro proyecto 145 del año porque sino me da un jamacuco, que ya me bastó con cuatro. Pero, como diría Diego Alatriste “es que somos un tercio de Flandes”. Así que cuando nos lo propusieron nos lanzamos nuevamente de cabeza.

El Proyecto 145 no era algo nuevo, el año anterior al pasado, es decir, el 2013, ya habíamos intervenido en el primer Proyecto 145. Ains, esto de que cada año se llame igual puede ser muy liante. Supongo que para que el personal no se liara también y muy acertadamente, a la segunda edición la llamaron “Proyecto 145: Episodio I” Si el asunto les funciona bien, que de momento funciona bien, no tengo muy claro que subtítulo le van a poner a este paso cuando lleven un porrón de ediciones. Aunque al paso que van sacando sagas y precuelas o secuelas del mundo de la ciencia ficción, puede que este pequeño detalle no les suponga ningún inconveniente.

El evento surgió de la mente de los socios de la AACF o Asociación de Amigos de la Ciencia Ficción que tiene su sede en Mallorca. Supongo que en algún momento de sus vidas debían “aburrirse” tanto como nosotros cuando nos embarcamos en algo gordo, porque sino uno no se explica como unos viles mortales se meten en ocasiones en ciertos berenjenales y mucho menos de tal magnitud. Así pues, con muchísimo entusiasmo, unos medios prácticamente inexistentes, un corazón como una nave nodriza y una ilusión del tamaño de una supernova, cuatro integrantes de esa organización se enfrentaron a una proeza mayor que darle con un sólo disparo de fotones a un agujerito de dos metros cuadrados mientras conduces un caza a toda ostia y tu padre (que aún no sabes que es tu señor padre) te está disparando por la retaguardia. Si señores, lo del agujerito estaba chupado, cualquier medio padawan medio jedi con midiclorianos/currículum/abolengo familiar y algo entrenado puede hacer eso si realmente cree en la fuerza. Pero la que nos montaron esos cuatro insensatos fue de órdago.

La idea era realizar cada año durante un fin de semana en un lugar de nuestra galaxia, una convención donde cualquiera, sin distinción de edad ni necesidad de ser muy entendido en la materia, pudiera encontrar toda una serie de conferencias, talleres, actividades, exposiciones, stands informativos y un mercadillo friki con venta de todo tipo de material. Todo ello debía estar relacionado con la ciencia ficción, el género medieval-fantástico, el universo manga o el mundo de los videojuegos. Además, lo mejor de todo es que es gratis. Un chollazo. Vamos, que por querer pongamos el listón bien alto… otro tercio de Flandes, ya os lo dije (nota de la autora: me estoy dando cuenta que en el mundo friki proliferan “los tercios de Flandes”).

Se eligió el asteroide/hotel Horizonte, como se podría haber elegido cualquier otro lugar de la galaxia, que para eso se buscó alojamiento en una galaxia muy muy lejana con el letrero en letras oblicuas a ser posible.

Consiguieron reunir a un grupo más grande de insensatos, llamados colaboradores, que acudieron para el deleite de toda persona y familia que quisiera aparcar su caza estelar T-65 Ala-X cerca de dicho asteroide. Ese quizás era el requisito más chungo para ir, no porque tuvieras que ir en caza estelar, sino porque las plazas de parking que hay en los alrededores del asteroide Horizonte son pocas y buscadas. Pero en algo se tiene que notar que la fuerza está con uno. Así que toca concentrarse en buscar los efluvios cósmicos que te alumbren en el buen camino hacia un nano-agujero negro o hueco para dejar el buga, vamos.

Ese ya lejano 2013, el smial de Tol Eressëa, se apuntó al cotarro. Fuimos una de las algo más de treinta asociaciones y empresas que acudieron a su llamada de SOS frikinal. Ya en su primera edición, pese a coincidir con un fin de semana de chaparrones ininterrumpidos, tuvieron más de un millar y medio largo de visitantes. Ante esa acogida, un entusiasmo renovado y unas ganas cojonudas de que la parienta acabe sacándote de casa y poniendo en tu sitio al perro que total le hace más caso y se pasa más tiempo con ella, el equipo organizativo decidió que el año siguiente, es decir, el 2014, se ponían de nuevo manos a la obra y se volvió a repetir la experiencia. Nosotros, nuevamente, como masocas que somos y capitanes Alatristes en potencia, nos volvimos a apuntar al cotarro. Es que… seguimos siendo un tercio de Flandes… no aprendemos.

Las dos veces hemos colaborado con la colocación de un stand informativo del smial y de la Sociedad Tolkien Española. El primer año en dicho stand se hacían puntos de libro con el nombre de los interesados escrito en letras tengwar (élficas para que nos entendamos todos). Además de eso y como os adelanté en su momento, dos de nosotros, montaron una conferencia. Corrió a cargo de una hermosa y simpática hobbitona que vale su peso en oro y tiene uno de los corazones más tiernos que he conocido y por la otra parte mi señor R. (que ya está bien de ir por la vida llamándole churri, que cuando una se pone en plan friki eso no pega y mi menda no tiene precisamente mucha pinta de adolescente choni).

El segundo año volvimos a montar stand informativo otra vez acompañado de una pequeñísima exposición de cositas, porque el sitio no daba para más. Nuevamente hicimos la escritura de nombres en letras tengwar, pero en esta ocasión las escribimos en chapas que montábamos allí mismo y que fue todo un éxito. También, el mismo tándem del año anterior se curró una charlita sobre el mundo Tolkiniano titulada “20 cosas sobre la Tierra Media que las pelis fallaron en explicarte” y que ha sido una de las causas de mi ausencia en el mundo de la blogoesfera. ¡¡Sí!!, porque para montar una charla ¡¡tuvieron que buscarse entre los dos las veinte cosas!!, que vale, que sólo son diez cosas para cada uno. Pero nuestros abnegados conferenciantes no se conformaron con buscar sólo diez cositas, nooooo, cada uno buscó una lista más gorda que luego fueron seleccionando hasta que la redujeron a diez cositas y después cada cual tenía que elaborar sus diez cosas. Ainss…. cuando una tiene de pareja a alguien tan perfeccionista como mi señor, buscar diez cosas más luego lo que comentas lleva su tiempo y ese tiempo unido al tiempo que se invirtió en el proyecto que aún no os he comentado fue muuuuuuyyyyyyy pero que muuuuyyyyyy largo.

Entonces fue cuando llegó el día “D” y evidentemente ese día “D” tenía que tener un pequeño opúsculo, el día “d”. Después de haberme tragado todos los preliminares de casa tan sólo puede ver el principio de la susodicha charla. Es la primera vez que me ha perdido una charla, conferencia, taller o lo que sea que haya hecho R. salvo cuando ha ido de viaje y yo quedaba con los niños. Precisamente ese día y sólo con una hora de diferencia se había organizado un cumpleaños de unos compis del cole de Tsunami, al que tuve que llevar evidentemente yo. Pero bueno, todo será por lo bien que se lo pasa Tsunami en los cumpleaños de sus amiguitos. La charla salió muy bien (eso no lo dudaba en ningún momento) y fue muy amena. Pedían voluntarios entre el público que iban diciendo número y luego cada número se correspondía con esa “cosa sorpresa” que luego exponían. Una forma como cualquier otra para desarrollar una charla y que gustó bastante.

239Básicamente esa fue nuestra labor durante todo el fin de semana. Mientras, estuve bastante tiempo paseando por allí dentro con Tsunami que ya el año pasado le encantó y este año estaba entusiasmado. Una chica le pintó la cara. Estuvo jugando en un taller de naves galácticas de lego, aunque no participó. También hizo dibujos y lo mejor de todo fue que los vecinos de stand eran los del grupo RetroMallorca (Asociación para dar a conocer el mundo de los ordenadores, el software y los videojuegos retro). Os explico. Una mesa enorme llena hasta los topes, cual rascacielos en Manhattan pero sin el Central Park, toooodoooo de ordenatas vintage (digámoslo así que ahora si no pones esa palabra no estás de moda) y toooodos ellos con los videojuegos del donkey kong, el Super Mario Bross, los de Scooby Doo y compañía. Eso señores, fue una bendición, creo que los vecinos de al lado adoptaron a Tsunami y le debieron nombrar hijo predilecto. Lo cual fue una forma de tener el niño cerca y controlado sin volvernos demasiado locos. Vale, lo reconozco, además de un tercio de Flandes soy un poco mala madre, pero al niño le encantó y su padre y yo estuvimos todo el día bastante cuerdos. En el fondo se lo pasaron pipa enseñando a Tsunami como se jugaba. Si se portó mejor que en casa, como un angelito oigan.

Además de jugar con los del RetroMallorca, Tsunami y yo paseamos, compramos cuatro cositas que me pidió. Le gustó el stand de Julio Verne donde se puso una escafandra y el de Indiana Jones donde se compró una chapa. Los Ghostbusters Costa Este nos trajeron a los cuatro cazafantasmas, ¡incluso se trajeron el coche!, se pasaron todo el fin de semana paseándose con musiquita incorporada, lucecitas y cazando fantasmas. No dejaron ningún ectoplasma coleando por el barrio. A Tsunami le llamó mucho la atención un sitio que vendían unas reproducciones que habían hecho de Groot, el hombre arbol de Guardianes de la Galaxia, cuando al final de la película es una plantita en un tiesto y está bailando. Estaban muy bien hechas y los chicos nos dijeron que habían invertido unas ocho horas en cada plantita, un currazo. Le encantó un hinchable de R2-D2 de 5 metros de alto y pegó unos cuantos disparos a los stormtroopers (soldados imperiales) de la Guerra de las Galaxias, porque evidentemente, en un evento así, contábamos de nuevo con unos cuantos miembros de la 501st Legion – Spanish Garrison y unos cuantos de ellos se dejaron disparar por el bien de la causa.

310Supongo que pensareis, o no, ¿a que causa se refiere esta chica? Pues bien, la causa esta vez no tiene nada que ver con emperadores ni con bases rebeldes. La causa es más bien solidaria y humanitaria. Muchas veces la gente aficionada a estos temas damos una imagen como de ser muy superficiales o muy raritos. Somos conscientes. Pero os diré que somos bien normales y tenemos las mismas sensibilidades que todos. Ellos no suelen fardar de ello ni proclamarlo a los cuatro vientos, pero en este caso los organizadores han intentado desde la primera edición favorecer a los colectivos más necesitados de Mallorca. Por ello para algunas cosas relacionadas con él han cobrado bien un pequeño donativo o bien un precio, como el de pegarle tiros a los stormtroopers. Cada año el congreso consigue de esta forma además de vendiendo boletos para rifas de productos que los participantes han donado, un fondo destinado íntegramente a entidades y ONG’s. Así y según copio ahora de la página web del evento de 2014 “Todo el dinero recaudado con la venta de las fotos donadas por Alan Flyng (250€ si vendemos las 10 fotos), lo destinaremos a la compra de material necesario para uno de los pisos tutelados de Gaspar Hauser (nota mía, es una asociación que trata a niños con autismo). Hará la entrega la Legión 501 a principios de 2015. Colaboraremos, de nuevo, con la Cruz Roja realizando una nueva recogida solidaria de juguetes (durante el fin de semana del Proyecto 145: Episodio I). Destinaremos una parte de los beneficios a Indig (Fundación Infancia Digna) y sus maravillosos proyectos. Otra parte de los beneficios los destinaremos a acciones benéficas en Son Espases (nota mía, es el principal hospital de referencia de Palma) para con los más pequeños y Na Marga Somriu (nota mía, proyecto destinado a buscar fondos para la planta de pediatría de Son Espases y actividades de Sonrisa Médica). La última parte de los beneficios la destinaremos a algún comedor social.” Así que como veis, además de pasárnoslos muy bien también tuvimos oportunidad de poner un granito de arena para todos estos otros proyectos. Aunque fuera pegándoles tiros a los culos de los stormtroopers. Pobrecitos, como estaban de abollados y eso que las balas eran de espuma.

Se que este post está resultando un poco largo, pero no quería acabarlo sin mencionar antes dos cosas más. Una. Indiana Jones (el de verdad no, que si llega a ser Harrison Ford en persona se me ponen los ojitos al más puro estilo manga japonés y me tienen que hacer una RCP) me enseñó como se maneja un látigo. Necesitaba estos conocimientos para el proyecto que os comentaré en el próximo post. Así que quien mejor que Indi para indicarme como se hacía. El primer latigazo que dí me pegué en la pierna y dolió bastante. Me explicó lo que había hecho mal, uno de los movimientos que me dijo, lo había ejecutado con retraso. Para el siguiente procuré que no hubiera ningún desajuste temporal y a partir de allí no he tenido ni cicatrices de guerra ni bajas destacables. Lo cual es de agradecer.

Dos. Allí también contactamos con una persona que nos ayudó para el proyecto que me queda explicar, que es la EstelCon de Zaragoza. Ese fin de semana el smial de Tol Eressëa tuvo la suerte de conocer y charlar con Pepe Mediavilla, el doblador de Gandalf entre otros. Gracias a él hemos oído en castellano a Worf, Spock, el Osito Teddy (A.I.), el Sargento Apone (Aliens), Lao Che (Indiana Jones y el Templo Maldito), Boss (Mazinger Z), ED209 (Robocop), el General Veers y a la totalidad de los soldados imperiales figurantes en La Guerra de las Galaxias, también comentar que es el doblador habitual de Morgan Freeman, aparte de muchas otras colaboraciones. Mediavilla era el invitado de honor del evento y dio una charla a la que tampoco pude acudir, aiiiinnnsss. Nuestra querida hobbitona y una gondoriana le pidieron si nos podía leer un fragmento de la despedida de los Puertos Grises de El Señor de los Anillos. Es un fragmento que siempre se lee como último acto en las clausuras de las Estelcones y este año nuestra hobbitona era la encargada de hacerlo. Es ese trozo en el que Gandalf les dice a Merry y Pippin lo de “no os diré no lloréis porque no todas las lágrimas son malas” y es el momento en que todos los asistentes nos agarramos con fuerza a los clínex y no los soltamos ni por descuido. Pues bien, Pepe accedió gustosamente. Fueron a una habitación y lo grabaron. Pero la grabación no era muy buena y se tuvo que hacer en dos tomas. Así que gustosamente se nos ofreció para grabar ese párrafo en su estudio y enviárnoslo. Con esto estoy haciendo una especie de autoespoiler del siguiente post. Pero que demonios, ¿acaso no puedo autoespoilarme?

Pepe estuvo muy atento con nosotros y con todos los asistentes del congreso. Habló con todo aquel que se le acercara. Es muy campechano y un buen coloquiante. Algunos le pedimos un autógrafo, yo fui una de ellas. Me acerqué con un libro para que me firmar al lado de un dibujo de Gandalf. Al principio él estaba ocupado y como se tomaba tranquilamente su tiempo para estar con cada uno me puse a esperar. Uno de los chicos me dijo que una señora que había al lado sentada leyendo un periódico era su mujer, así que ni corta ni perezosa me acerqué a ella. Me presenté y le pedí a ver si creía que su marido me podría firmar el libro. Me dijo que no creía que tuviera ningún problema, pero que solía hablar bastante y tenía para un rato. Así que acabé sentada a su lado hablando de viajes, me enteré que los aparatejos esos que alquilas para guiarte dentro de la Mezquita de Córdoba tienen la voz de su marido. Luego derivamos a temas más mundanos, le hablé de Terremoto y de Tsunami y ella me habló de sus hijos y de sus trece nietos. Al cabo de un buen rato Pepe se acercó, se tomó un café mientras se puso a hablar con las dos y al final me firmó el dibujo. Comentamos muchas cosas, la mayoría intrascendentales, muy marujiles de andar por casa. Me enteré que la voz de Galadriel es la de su hija que también se dedica al mundo del doblaje. En un momento lo dedicamos a hablar de Constantino Romero, ya sabéis que era una de esas voces que me encantaba. Le conté la anécdota que conté en su momento en el blog cuando murió y le dediqué una entrada. Él me estuvo hablando de él, las dos parejas eran íntimos amigos, me contó un poco como estaba y como está ahora su viuda. Fue un momento breve pero me gustó tener este pequeño momento. También me comentó, aunque eso ya lo sabía, que cuando le presentaron el día anterior al smial preguntó cuándo era la EstelCon. Desgraciadamente el día que teníamos que hacer la clausura él tenía un compromiso en Valencia. Si no hubiera sido así, dijo, hubiera cogido el tren y se hubiera subido allí, nos habría hecho la lectura en directo. (Vuelvo a hacer autoespoiler) Si para la clausura con la proyección y la grabación de su voz que pusimos, acabaron todos a moco tendido y sin poder creérselo, no quiero ni pensar lo que hubiera pasado si entra este señor por la puerta y se pone a leer al lado de nuestra hobbitona). Antes de despedirnos de él le regalamos dos chapas una con su nombre en élfico y el otro con el de la mujer. Hacer la de los tres hijos y los trece nietos lo dejaremos para otra ocasión, que es un currazo.

Ainnnnssss…. Esta visto que cuando uno es un poco friki cualquier cosa es posible con el uso de la imaginación. Pero esta visto que una cosa así sólo te puede pasar en un sitio de estos, como el Proyecto 145. Tengo que deciros que hace poco fui a ver la última peli de El Hobbit y que en esta Gandalf me pareció distinto. Era como si en cualquier momento fuera a coger una taza de café y se fuera a poner a hablar un rato conmigo. Hm… ¡Qué dilema!

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La estación de los proyectos: cosiendo capas para príncipes y princesas

17 Ene

Recuerdo perfectamente la cara que pusieron la primera vez que me vieron. Su rostro pasó del escepticismo, del pasotismo más absoluto, de la burla total, al asombro, la incredulidad, la admiración y finalmente el esperado “¡¡¡Ohhh!!!!” luego una sonrisa no muy segura de si misma y de si lo que veían era cierto o un espejismo, el levantarse del sofá y girar a mi alrededor con cierto temor a tocarme con la temblorosa punta de sus dedos por si la aparición se desvanecía. Finalmente consiguieron articular “Mamá. Estás preciosa”.

Lo recuerdo perfectamente, las dos veces ocurrió lo mismo, aunque la que más impactó de las dos fue la vez que Terremoto descubrió que su madre era una princesa, un hada de la noche.

Cuando una es una mamá normalita esas cosas no suelen ocurrir, pero cuando una es una mamá friki cualquier cosa es posible. Posees además una magia especial y en mi caso un armario con ciertos vestidos que en ocasiones pueden resultar ser mágicos sobre todo a los ojos de un niño. La primera vez fue una tarde-noche de invierno. Terremoto estaba borde y yo bromeaba con él. Entonces se me ocurrió, no se muy bien porque, decirle que su madre era una princesa, una hada de la noche y que si no se portaba bien haría magia. Mi pareja me miró y sonrió. Él sabía a que me refería cuando decía que yo era una princesa, una hada de la noche. Durante mucho tiempo cuando cortejábamos a distancia, de noche por el chat, yo solía decir que era un hada de la noche que aparecía por arte de magia en la pantalla de su ordenador. Cosas de enamorados. Aunque realmente mi personaje era el de una princesa élfica, una princesa madre y guerrera con mucha sabiduría y personalidad. Idril, la hija de Turgon, la princesa de Gondolín.

Esa tarde sin más entré en mi dormitorio, abrí esa puerta del armario que no solía abrir habitualmente en la que una guarda los vestidos con los que normalmente no sale a la calle y me vestí con mi primer vestido de elfa que tuve. Un vestido precioso que me tunee, con el cuerpo azul celeste que bordé y mangas de gasa que colgaban haciendo pliegues, la falda azul turquesa con una tela muy brillante, unos zapatos turquesas y una capa veneciana plata brillante con un broche de pedrería reluciente. También me puse mi tiara y mis joyas de princesa noldor y así de esta guisa salí radiante al comedor. Entonces Tsunami aún no estaba entre nosotros, por eso cuando un día hice una aparición parecida con el peque Terremoto se apresuró a decirle “prepárate, que mamá es de verdad una princesa ya verás”. En ese caso la cara de admiración de mi pequeño fue más intensa y acabó tirándose a mis brazos emocionadísimo de tener una mamá princesa. Lo divertido fue al día siguiente que lo contó a todo el colegio y nadie sabía de qué hablaba.

Si señores, tener ciertas aficiones y estar en una sociedad literaria con fiestas molonas y cenas de gala tiene eso, que uno acaba con útiles, complementos y vestidos que no se encuentran normalmente en la mayoría de los hogares. Al menos no en la mayoría de hogares no muggles como diría cierto mago. Con el tiempo he ido teniendo otros vestidos, tres para ser exactos, el azul turquesa, el naranja y uno negro dorado y rosado con mucha pedrería que cosí una a una. Mis vestidos han sido comprados, el azul y el naranja para unas bodas, el tercero lo vendían como disfraz de bruja pero después de que pasaran por mis manos no parecían los mismos. Los he tuneado a mi manera como buenamente he podido. Mis conocimientos de costura improvisada no llegan a tanto. Mi primera capa, la veneciana, la compré y cambié el broche. El vestido naranja venía sin mangas, así que compramos una gasa naranja y una amiga mía me ayudó (bueno, lo cierto es que lo hizo todo ella) a ponerle mangas vaporosas y con lo que sobraba le montamos (esta vez entre las dos) un cinturón. Pero el pobre no tiene capa. Una vez me prestaron una preciosa naranja y dorada, pero sólo me la prestaron. Es una pena, un día tengo que hacerle una parecida a esa, porque era una pasada. El tercer vestido tiene una capa dorada, pero es muy sencilla aunque resultona y esa sí que la hice yo solita. Lo que en su momento hice fue el vestido de mi pareja. Busqué las telas, los patrones y me puse manos a la obra. Acabé haciendo una imitación de cota de malla pero en tela, aunque debido al tipo de tejido actualmente no suele usarla porque se engancha y queda fea. Han pasado ya muchos años. También hice una sobrevesta verde oscuro y una capa preciosa con mucho vuelo color granate. Yo tome medidas, corte la tela y la embasté. Luego mi madre me pasó a máquina todas las costuras y le puso un cuello mao a la sobrevesta. Después con hilo dorado y plateado, le bordé en el cuello de la sobrevesta las iniciales en élfico de su pseudónimo. El conjunto está muy bien y la capa queda muy majestuosa cuando anda. El problema es que la capa es de una tela algo fina y cuando vamos a un evento en invierno las capas con consistencia y gruesas se agradecen.

Este año como os comenté y os contaré en un próximo post, el grupo de Mallorca y el de Zaragoza fuimos los encargados de organizar la XIX Mereth Aderthad o más conocida por todos como EstelCon. Tendría lugar en tierras mañas y sería la primera semana de diciembre. Vamos, en esos momentos en los que el cierzo y el frío suelen hacer estragos en los cuerpos mediterráneos como los nuestros. Es tradición que el penúltimo día de toda EstelCon, por la noche, se organiza lo que llamamos una cena de gala, en la que los participantes van vestidos con sus galas de honor correspondientes al personaje del que toman el nombre. Es quizás uno de los actos que más llama la atención a los “muggles” Algunas personas tienen muchos vestidos, otros unos pocos o sólo uno que es el que siempre llevan. Hay de todo. Si alguna vez alguien tiene necesidad de hacer una capa, como fue mi caso cuando hice la de mi pareja y la mía, el mejor consejo que puedo darles es que recurran a la página web de una de las chicas de Valencia, Baya de Oro. El Taller de Baya de Oro es una página muy conocida y muy completa, en la que te explica de una forma sencilla cosas muy complicadas. Siguiendo sus instrucciones uno es capaz con tiempo y paciencia (salvo que tengas algo de rodaje en el tema de la costura y entonces tardas menos) de hacerte auténticas chuladas. Es una pena que las labores maternales no le dejen tiempo para actualizar cositas en esta página, es lo que tiene ser mamá.

Ahora os tengo que hablar de dos personitas que conocí el 2013. Son dos hermanas gemelas que se vienen muy a menudo a nuestras actividades. Son dos enamoradas de las telas, los hilos, los encajes, las pasamanerías, los bordados. Estoy segura que si no tuvieran que ganarse la vida disfrutarían haciéndose vestidos. Vestidos de esos con los que normalmente una no suele ir a la calle y mucho menos al supermercado del barrio. Estas chicas se complementan a las mil maravillas, no se si el hecho de ser gemelas ayuda, pero lo cierto es que E. es una auténtica artistas con los patrones y las telas. Toma medidas y saca las piezas, las corta y mientras S. los lleva a la máquina y hace que la magia de la costura se complete. A medida que el hilo va uniendo las piezas el traje se va acabando, saliendo de allí cualquier maravilla que podáis imaginar. A la hora de buscar una tela o un hilo, S. tiene un don especial para buscar los colores adecuados, tanto si buscas que se compenetren con total armonía o bien con intencionado contraste. Se para, mira todo el surtido de colores y muy segura te dice “este hilo para esto, este para esto y esto con este otro” y señores, no falla, esto que puede parecer fácil de hacer, no lo es para nada. Ambas hermanas están en muchos grupos de recreación: recreación medieval, recreación vikinga, de recreación escocesa, de recreación Tudor, de recreación del siglo XIX, de Stars Wars, puede que alguno más y ahora del mundo Tolkien. Como podéis imaginar su rincón de los vestidos es de lo más variopinto y eso que yo sólo he tenido el honor de ver un lugar, algo caótico eso sí, donde tienen un montón de ellos. Desconozco si en su casa disponen también de algún otro armario mágico y no precisamente como el que conducía a Narnia, pero tampoco me extrañaría que el día menos pensado alguien pudiera llegar a ese mundo entrando en uno de sus armarios mágicos.

Pues bien. Este verano una de estas hadas de la costura nos propuso hacer un taller de capas para renovar o completar nuestro vestuario para la Estelcon que estábamos montando. Al principio el taller se fue demorando. Esta visto que la nuestra no ha sido la única casa que se vio el año pasado inmersa en una estación de proyectos. Por ese motivo el taller de capas tuvo lugar tan sólo unas pocas semanas antes que la Estelcon. No todos nos apuntamos, pero en nuestro caso decidí (porque sabía que quien se lo curraría al final sería mi menda leyenda) que los tres renovaríamos capas. Abro un pequeño paréntesis para decir que ese taller me encandilaba especialmente. No sé muy bien porque siempre he sentido una debilidad por las capas. Siempre me han gustado los personajes que llevaban capas, la de Drácula, la de Darth Vader, la de Batman, la de John Nieve y la última que acabo de fichar en mi lista de capas chulas, la plateada de Thranduil. Ver su caída, el vuelo de estas al andar. Es algo que me enamora y me sigue enamorando. Supongo que por eso encuentro tan arrebatadoramente guapo a mi pareja cuando se viste para una cena de gala. Ains…. Que pena que una no pueda ir por la calle con capas… snif, snif… sería feliz.

Así pues quedamos un sábado por la mañana en una tienda de telas y paños que también recomiendo por si alguien tiene algunas de estas sucursales cerca de su domicilio. Se trata de Ribas i Casals. Entrar allí te descoloca, uno no sabe muy bien por que tela decidirte. Salvo quizás mi pareja, otro chico que también se apuntó y Tsunami. Ellos si que fue llegar y besar el santo. Entraron fueron directamente a los rollos de lana y dijeron “yo este color”. El chico eligió un verde oscuro, mi pareja un color granate muy parecido al de su capa más fina y Tsunami, como no, un azul pitufo para su capita. Yo estaba más dispersa, pero al final me centraron tras saber exactamente lo que quería y me compré una tela que no era lana, no se deciros el nombre, pero era muy bonita y en verde pistacho. También compré unos cuantos metros de una tela granate brillante para un día de estos intentar hacer o que me ayuden ha hacer un vestido nuevo tipo túnica. Lo cierto es que nos gastamos un dineral en telas, porque la lana no era precisamente muy barata. Pero como decían las chicas “tenéis que plantearos eso como una inversión, una capa de estas va a durar años y años y posiblemente puede que algún día hasta Tsunami herede la capa de su padre”.

Así que con esas visiones futuristas de ir formando el legado familiar que dejar a nuestro pequeño, fuimos a un local donde montamos nuestro taller. Desplegamos telas y tomamos medidas. La primera fue la capa verde oscura. La habían elegido para hacer un tipo de capa vikinga rectangular y fue muy rápida de montar y a su dueño le quedó chulísima. Ese día llevaba un bigote y llevaba camiseta de manga corta. Cuando se sentó con la capa sobre el hombro tenía todo el aspecto de un auténtico galo. Parecía como si se hubiera pasado media vida llevándola. Las chicas le prestaron una fíbula vikinga que tienen y la estuvo llevando un buen rato para hacerse con ella, que le cogiera la forma y ver si se sentía cómodo. Ahora sólo le faltará a su dueño, buscar una fíbula para lucirla. La segunda que se montó fue la de mi pareja. Esa llevó un poco más de trabajo, sobre todo porque había elegido que fuera una capa circular. Seis metros de tela de lana se uso para hacer la capa, no veáis lo que pesa. Eso es mucha tela que manejar, pero el resultado fue espléndido. Pero cielos. ¡Que bueno que estaba mi churri! Para rematarlo, E. entró en su santa santorum de los vestidos y salió con un trozo de tela de peluche o imitación de pelo de piel. Se la regaló y la cortaron para que la pudiera llevar en el cuello sobre los hombros y no os digo ya lo chulo que quedó Cuando pueda tengo que cogerle los bordes, forrarla y cosérsela definitiva. Espero este año hacerlo pronto. Al mediodía nos fuimos a una mercería a comprar unas pasamanerías concretas para las capas de papá y el peque que también cosieron entre el sábado y el domingo. La tercera capa fue la del peque. Para Tsunami se hizo una capa de semicírculo parecida a la del padre pero con algo menos de vuelo. Una monería ya juzgarán ustedes. También habíamos comprado para Tsunami una tela aguatinada y las chicas le hicieron luego en su casa una camisa de armar que fui a recoger la semana siguiente. Nuestro Tsunami estuvo para comérselo. Todo un pequeño príncipe hobbit como decía él.

Al día siguiente, domingo, fui yo sola al local. Papá se quedó con Tsunami, así que sólo fuimos las tres. Seguimos cosiendo e intenté ayudarles con los remates y todo aquello que sí se hacer. Porque después de coser a máquina hay que coser con punto invisible el trozo de tela que hay dentro, ya que las capas se abren al caminar y se ve. Vamos que queda bastante trabajo de rematar si deseas dejarlo perfecto. Para mi sorpresa cuando llegué me encontré con que se había puesto a sacar patrones para la mía. Yo había elegido un tipo de capa bizantina y esa si que llevó algo más de trabajo de hacer piezas y coserlas. Me pasé todo el domingo con ellas cosiendo, charlando y riéndonos mucho. Fuimos a buscar unas botellas de cola y entre sorbitos, cortar telas, chafardeos, poner agujas, coser y quitar agujas, anécdotas y demás trabajitos nos pasamos gran tiempo de ese domingo como si fuéramos las tres parcas pero en versión buenas. Me diréis anticuada pero supongo que ese ambiente debía ser el que tenían nuestras abuelas cuando las mujeres eran las que cosían las ropas y no existían tiendas de modas. Ese día E. me contó que se había apuntado a corte y confección para poder hacerse esos trajes maravillosos que a ella siempre le habían gustado desde que era una niña. Tomó esa decisión al descubrir que si los quería comprar le resultaban demasiado caros. Por eso estuvo yendo a clases hasta que aprendió todo lo que realmente necesitaba, pero que nunca le interesó demasiado eso de hacerse ropa de calle más convencional. Supongo que para eso ya tiene las tiendas y los grandes almacenes. Bien mirado tiene su lógica. El domingo siguiente también nos reunimos las tres. Me había llevado “deberes” a casa y acabamos de rematar todo el trabajo, al menos que estuviera listo para poder usar. Tengo que darles las gracias a nuestras dos hadas de las costuras, primero por el buen rato que estuve con ellas. Segundo por los consejos que me dieron a la hora de coser. Y tercero por las magistrales piezas con las que salimos de allí. ¡¡¡¡¡Muchísimas gracias preciosas!!!!! ¡¡¡¡Sois geniales!!!!

Fuimos los tres muy bien pertrechados a la Estelcon. Mis hombres iban bien calentitos y yo aunque aún no tengo la capa acabada del todo, falta adornar, la pude llevar perfectamente para el evento. Espero este año poder dedicarme un poco a ella y buscar la pasamanería o puede que me anime a bordar algo y me gustaría que un día pudiéramos ponerle un cuello Mao, creo que le quedaría muy bien y tengo que buscarle un broche, que una chica de Madrid me ha enviado fotos y tengo que contestarle con el que me ha gustado. Ains… que no tengo tiempo y sólo hemos empezado el año. Vaya. Me parece que acabo de darme cuenta que tengo un nuevo proyecto abierto… y yo sin enterarme. Cachins.

capa

La estación de los proyectos.

11 Ene

Soy consciente de que este título suena a adaptación chunga de canción de Franco Battiato, pero no es así. Realmente este título lo saqué de un titular de un artículo de un periódico bastante retrasado que se paseaba por la cocina de casa y que creo que trataba de política. Digo creo, porque no me leí el artículo, tan sólo me llamó la atención su título. Me gustó tanto que me sentí muy identificada con esa frase, “la estación de los proyectos”, porque en ese momento esta familia estaba embarcada en eso, en muchos proyectos. Decidí entonces que lo guardaría en el saco de títulos posibles para el primer post que pudiera publicar y esperé a que llegara ese momento tan ansiado.

Nunca creí cuando abrí el blog que en pleno otoño, ejem, ejem,… invierno, estuviera dos mes.. .ejem… tres meses, ejem… hasta el año siguiente, sin actualizar. Pero este año, o mejor dicho, el pasado, las circunstancias han mandado. Ese, el pasado, fue un año algo chungo para el blog, primero problemas adolescentes de Terremoto y las humedales de la casa y las obras finales. Cuando se solucionan ambos y esta que os escribe pensaba “Aleluya” va y se acaba el verano. Hago una entradita diciendo “Aquí estoy yo, ya he vuelto” y me quedo colgada. No ha sido por falta de interés, palabrita de bloguera sin cruzar los dedos. Hice unas cuantas entraditas preparadas para publicar, pero tenía un problema. El ordenador. En casa hemos estado envueltos en una serie de proyectos que se han desarrollado en unas cuantas semanas y que para realizarlos el ordenata de casa ha estado monopolizado. Bueno, realmente el ordenata se ha convertido en una extensión de mi churri desde que llegaba del curre hasta que se metía en la cama y eso era a altas horas de la noche. Cuando por una de esas casualidades de la vida que en ocasiones ocurren en las casas normales, el churri cortaba sus vínculos cibernéticos de la punta se sus dedos y dejaba libre el teclado, mis cachorrillos sedientos de conocimiento informático, imágenes varias de Súper López o juegos de pokemons, eran los que daban dos brincos cual mandriles y se enganchaban a las susodichas teclas, dejándome sin la posibilidad de hacer florar mis instintos creativos, expresivos y de supervivencia blogo-maternal o lo que es lo mismo, de explayarme con el blog. Vamos, que visto lo visto que ha salido en prensa, me hubiera sido más fácil quedar a tomar un té con el pequeño Nicolás ese que sale por todo, cosa que no hubiera sido un mérito por cierto, que no tocar con estos deditos el teclado casero, snif, snif… eso sí que era un mérito. Además, aunque una en alguna excepcional ocasión, consiguió teclear algo, el míster estaba siempre tan cansado que no publicamos nada de nada. Un día por cansancio y el otro por agotamiento, el otro porque la entrada estaba pasada de moda, el otro porque había video-reunión, el otro por no me acuerdo de qué, pero por algo, fijo.

Sé que esto ha sido una injusticia, así que voy a resarcirme contándoos cuales han sido estos proyectos y seguro que cuando los conozcáis perdonareis esta prolongada ausencia de la blogoesfera. Por cierto, al fin he conseguido leerme todos los blogs que suelo seguir, que tampoco había podido leer una triste entrada más que alguna esporádica y eso de ponerse al día después de tanto tiempo ha sido agotador, que sois unas hachas y no habéis parado y he necesitado unos cuantos días, muchísimos.

Para poneros en situación debemos retroceder en el tiempo, como hacen en las pelis aunque aquí lo haremos de una forma más chabacanera, con menos medios, glamour y sin espirales concéntricas que giran y giran trasladándonos a otro momento. La historia empezó hace casi un año…. Habíamos venido de disfrutar de la Estelcon 2013 (la fiesta Tolkien o fiesta de El Señor de los Anillos, para los “no iniciados” en el asuntillo friki) estábamos en una reunión de nuestro smial (o grupo local para entendernos) cuando se nos propuso montar la próxima Estelcon con el grupo de Zaragoza. Uno nunca sabe dónde se mete hasta que se mete y al final una cosa que te has planteado de una forma acaba siendo otra. Vamos que un currazo de enanos. Para quienes no sepan muy bien de que va eso os diré que sería algo así como montar un congreso de cuatro días, con un fiestorro digno del bodorrio más exigente pero sin novios, con coordinación de actividades, conferencias, actuaciones, talleres, una lectura de cuentos que no cuenta cuentos sino historias y una noche musical todo ello con una ambientación digna de la Tierra Media y sus habitantes. ¡Chupate eso Peter Jackson! Eso que dicho así parece tan fácil no lo es para nada, los que alguna vez hayan organizado alguna lo saben muy bien. Así pues la cosa se nos complicó cuando a mediados de año nos enteramos que la semana anterior tenemos una convención de ciencia ficción y literatura fantástica en la que tan sólo hacemos una pequeña aportación, pero hay que hacerla.

Esa aportación era poner un puesto de información y hacer chapas con tu nombre en letras tengwar o escritura élfica para los no iniciados. Así siempre se pueden ganar unos euritos para financiar futuros eventos o al menos para amortizar el coste de las chapas que ricos no creo que nos hagamos nunca. Hasta aquí lo más difícil fue localizar la máquina de chapas que curiosamente no fue lo más complicado gracias a que un simpatizante del grupo tenía una que nos prestó. La otra aportación fue una charlita que se curraron una chica del grupo y… evidentemente, el mister que me tenía que publicar los post y no podía hacerlo porque tenía que buscar los temas a tratar en la charla, más todo lo otro de las reuniones por internet y bla, bla, bla. Como diría el capitán Haddock, ¡mil millares de mil millones de rayos y truenos! Así que nos tenéis, con una Estelcón en marcha y una cosa llamada proyecto 145 que es eso que os acabo de contar de la ciencia ficción y literatura fantástica.

Hasta aquí aunque no lo creáis la cosa era relativamente asumible. En ocasiones los peques podían rozar con sus deditos el teclado del ordenador y yo pude preparar unas entraditas que aún no han visto la luz pero espero que para el año que viene, es decir, para este, se produzca su parto retardado. La cosa no pintaba muy descontrolada hasta que la semana anterior a lo de la ciencia ficción, nos propusieron hacer un taller de capas para renovar nuestro vestuario en vistas a la próxima Estelcon. Así que esta familia o mejor dicho, mi menda y las dos preciosidades que nos dieron el taller, nos dedicamos a hacer capas nuevas para toda la familia. (Gracias preciosas, me lo pasé muy bien con las charlas de costura, ains… las echo de menos) Fue una experiencia muy divertida, me encantó y todos estuvimos muy guapos. A estas alturas ya os vais haciendo una idea de que mi vida fue algo un poco movida, pero aún se podía mejorar más.

Quince días antes del taller de capas me llaman por teléfono. Terremoto se ha apuntado este año a una asociación en la que hacen actividades de ocio para chicos con problemas especiales. La que llamaba era una de las monitoras y me plantea para la semana siguiente, intervenir por las buenas en una charla sobre padres separados que crían a un hijo con problemas especiales. ¡Viva la vida!

Como veis muchos proyectos. Demasiados. Así que mejor dejemos esta entrada por ahora y en las siguientes os contaré un poquito todo lo que pasó en cada una. Un beso muy fuerte a todos y Feliz 2015. ¡¡¡¡¡Deazulaverde ha vuelto!!!!!!!

Aún no me lo creo. Mi churri me ha publicado una entrada. Yujuuuuuuuuuuuuuu.206

De cómo unas películas, unos libros y una estelcon cambiaron mi vida.

27 Jun

Decir que una Estelcon es una fiesta dedicada a la figura del escritor John Ronald Reuel Tolkien es decir poco. Una Estelcon es muchísimas más cosas.

Para que entendáis lo que representan para nosotros las Estelcones tendría que contaros parte de mi historia y para ello tendríamos que retroceder hasta el año 1980. En este año ocurrió un hecho especial en mi vida, fui un día al cine a ver una película de dibujos animados con la madrina de Terremoto. Dicho así, suena raro, para no decir que ridículo, pero pocas veces el hecho de ir al cine y ver una peli basada en un libro cambiaria tanto mi futuro. Pero entonces, yo no era consciente de ello.

La cartelera del periódico ponía que el director era un tal Ralph Bakshi, y se titulaba «El Señor de los Anillos». Era una historia extraña para lo que eran entonces las pelis de dibujos animados, pero tenía algo que me llamó mucho la atención, no sabría decir que fue, porque entonces tampoco sabía expresarlo, pero salí de allí con ganas de conocer más. Para acabar de alimentar esta sensación de ansia de conocimiento tenemos que añadir que la historia no trata el libro entero, tan sólo una parte y nunca se pudo grabar el resto. Así que cuando poco tiempo después de eso encontré ese título en el catálogo del Círculo de Lectores, le pedí a mi madre que me lo comprara. Me leí ese tocho de un tirón, porque el mío no está dividido en tres libros, está todo entero en uno solo, y es un tocho, y me gustó. Me emocionó, me enamoró y recuerdo que acabé de leerlo una tarde de verano cuando el sol empezaba a decaer. Había ido a pasar el día fuera con mis padres y estábamos en una terraza de Portocolom justo a unos metros del pantalán tomando un refresco. Yo estaba acongojada porque estaba leyendo el último capítulo, aquel en el que Frodo, Gandalf y Galadriel se encuentran en los Puertos Grises y allí suben a un barco para ir hacia el oeste, hacia las tierras de Valinor. Tras la partida de Frodo, Sam regresa con Merry y Pipin a la comarca, se separa de ellos en el camino de Delagua y camina solo hasta llegar a su hogar. Cuando llega todos sus hijos salen a recibirle y al entrar piensa que al fin ya está en casa. Esa tarde yo tenía el puerto ante mí y los llauts (pequeñas barcas de pesca) iban y venían y el aire olía a mar y en el cielo resonaba el chillar de las gaviotas. Ese día cerré el libro y no sé muy bien porque, empecé a llorar. Mis padres se asustaron y cuando les dije que lloraba porque me apenaba que se hubiera acabado el libro y quería que la historia continuara, se rieron de mi y mi madre me dijo que era una tonta.

Un tiempo después descubrí El Hobbit, también en el catálogo del Círculo de Lectores  y luego publicaron El Silmarilion. Este último salió cuando yo tuve una enfermedad un poco complicada, mi amiga M.A. se lo había comprado y me dejó el suyo. Por este motivo al final no tengo una primera edición de este libro en castellano, porque mi madre consideró que comprar un libro que ya había leído era una ridiculez. Años más tarde nos compramos una primera edición en inglés, fue un capricho porque yo no se inglés, pero me gustó tenerlo. Mi primera lectura de El Silmarilion fue un poco heavy. Os he dicho que estaba enferma y tenía unos subidones de fiebre de 40 y pico que paqué. En esas penosas condiciones de delirio febril abrí el libro y me encontré en el primer capítulo con la creación del universo y el canto de los ainur y entre fiebre y aquello el resultado fue una experiencia dejémoslo en místico febril delirante religiosa bastante curiosa. Si no recuerdo mal tuve que leerme cada párrafo unas tres o cuatro veces porque mi cabeza me daba vueltas y aquello me sonaba a chute de éxtasis espiritual reconcentrado (quienes hayan leído la Ainulindalë me entienden).

Después de eso el silencio del mundo de Tolkien se hizo en mi vida. Sólo una vez en la consulta de no sé que médico me encontré en una revista de medicina llamada Juno un artículo sobre Tolkien de un tal Grotta. Le pedí a la enfermera si podía quedármelo y desde entonces ese artículo se ha guardado doblado dentro de la portada de mi primer libro de El Señor de los Anillos. Ocasionalmente hablábamos sobre ello con mi amiga M.A. pero con nadie más.

Mi vida transcurrió. Pasaron los años, crecí y maduré. Me casé y tuve a Terremoto. Pero mi matrimonio no iba bien. Nada bien. Me había apartado de tal forma a una monótona existencia que casi ni sabía lo que ocurría por el mundo. Unas navidades vino M.A. de Barcelona a vernos. Ella vive allí pero viene unas cuantas veces por la isla a ver a sus padres y se está con nosotros todo el tiempo que puede. M.A. es una forofa de varias cosas, pero sobre todo de dos. La primera es su insistencia por tomarse un café en un bar, vamos que aunque tengas cafetera en casa junto con un paquete del café más selecto del mundo, tienes que ir al café de la acera de enfrente para tomarlo. En las casas particulares está prohibido tomar cafés. La segunda es su pasión por el cine y por acabar el día en una sala viendo una peli, que evidentemente se habrá elegido al ojear la cartelera del periódico que habrá cogido al entrar en el bar para tomar allí el café. Así que ese día dejamos unas horitas a Terremoto con mis padres y fuimos al cine de al lado de casa a ver una nueva película que acababan de estrenar sobre El Señor de los Anillos, está vez en personajes. La película me sorprendió, me encantó, me cautivó y me cambió la vida. Recuerdo cuando estábamos en la oscuridad del cine y los personajes habían entrado en las minas de Moria. Recuerdo una charla que tuvo Gandalf y Frodo en la que el mago le dice al hobbit algo así como «a cada uno se nos ha dado un tiempo, lo que hagamos luego con él sólo depende de nosotros». Ese momento fue clave, porque fue el instante en que me plantee en que estaba dedicando mi tiempo, y no me gusto. Luego me pregunté como me hubiera gustado que fuera y decidí cambiarlo. Ese fue el momento en que tomé la decisión de que quería separarme, quería acabar con mi matrimonio y darnos una segunda oportunidad a Terremoto y a mí. Tuve que esperar un año antes de que llegara ese momento. Entonces yo estaba preparando unas oposiciones de la plaza que ocupaba de modo interino. Así que decidí que esperaría hasta después de los exámenes. Teniendo en cuenta que mi ex llevaba ocho años y medio viviendo a cuerpo de rey, bien podía cuidar al peque mientras yo preparaba los temas y estudiaba. El resultado de las pruebas me era igual, si salían bien mejor, sino pues también. Pero aunque parezca egoísta la espera de ese año fue lo que hizo que estuviera plenamente decidida de mi elección y me permitió tener un puesto fijo con el que afrontarlo todo. Mientras transcurrió ese año además de estudiar, fue cuando recibimos el diagnóstico del peque, apenas dos meses antes de los exámenes. Dos meses después, en diciembre fue cuando le planteé las cosas a mi ex y al cabo de dos meses y medio más él se fue de casa.

Pero no nos adelantemos tanto. Además de los exámenes y del diagnóstico de Terremoto, en ese año ocurrió otra cosa. Unas semanas después, en enero, apareció en mi lista de correo del trabajo la información de una agenda de actividades que se organizaban en el edificio donde trabajo. Entre todas las propuestas había una referencia a unas reuniones de una cosa llamada Smial y otra cosa llamada Sociedad Tolkien Española (S.T.E.). Me diréis ilusa, torpe o chapucera, pero lo cierto es que la informática y yo nunca habíamos tenido unas relaciones precisamente muy amigables. Así que hasta ese momento no había descubierto la existencia de la S.T.E. y mucho menos de sus delegaciones locales. Mi ex sabía desde hacía tiempo de mi gusto por esos libros, algunas veces los había releído al principio de nuestro matrimonio. También nos había oído hablar de ellos y de la peli de Bakshi con M.A. durante varios días después de haber ido al cine. Así que cuando le dije que se reunían en el mismo edificio donde trabajaba y le propuse de ir a ver una reunión y saber en que consistía me dijo que él se quedaría con el peque. De esta forma y por pura churra bananera pillé un sábado por la tarde en el que casualmente había una reunión (porque entonces yo no sabía que las reuniones eran quincenales) y fui a ella. Me gustó mucho y poco a poco fui acudiendo cuando podía y me hice miembro del Smial.

Yo era la única socia que tenía un niño pequeño, así que cuando me separé, adaptaron las reuniones quincenales a los fines de semana que mi ex tenía a Terremoto. En las reuniones tratábamos muchos temas y una cosa que me comentaban muy a menudo era una fiesta llamada Estelcon que se realizaba una vez al año por algún sitio de la geografía española. La primera a la que pude asistir se hizo en Granada, nueve meses después de que yo me hubiera separado y allí fue donde vi por primera vez al papá de Tsunami. Nos vimos y nos gustamos y fueron tres días maravillosos y extraños, porqué él llegó el segundo día de la Estelcon. Un día os contaré como nos conocimos. Luego empezamos a charlar por chat, nos veíamos cada noche y hablábamos unas cuantas horas, yo le contaba todos los problemas de mi peque y él era un encanto y hacía que me sintiera feliz y menos sola. Unos meses después se hicieron unas conferencias en la universidad de Barcelona sobre Tolkien, las organizaba el grupo de Barcelona, el Smial de Lorien (pues todas las delegaciones tienen el nombre de algún lugar de los escritos del profesor) así que aprovechando que se hacían el viernes por la noche, fui a unas cuantas y luego quedábamos el fin de semana. De esa forma poco a poco empezamos a salir y nos veíamos cuando podíamos. Eran encuentros breves, intensos y maravillosos, pero a la vez tristes y desesperantes. Hasta que un tiempo después él se vino a vivir con nosotros y ahora somos cuatro.

Esta es mi historia, pero lo cierto es que en las Estelcones se han obrado muchos milagros. Si tuviéramos que definirla diríamos que es una especie de congreso sobre la figura y obras de J.R.R. Tolkien, pero todos los que han estado en alguna de ellas saben que hay algo más detrás. Básicamente hay una serie de actividades que pueden ser conferencias, talleres, visiones de películas hechas por los socios, obras de teatro interpretadas por algún smial, actuaciones musicales, también interpretadas por los mismos smials y en algunas ocasiones por grupos de música invitados, lecturas de cuentos o lo que es lo mismo: lecturas de fragmentos de textos tanto de Tolkien como de otros autores, hay una lumilindalë o actuación de canciones inventadas o bien adaptadas, juegos de rol en vivo, exposiciones y quizás lo que más llama la atención es que muchos de sus asistentes van cada día vestidos con trajes como si hubieran salido de una película. Pero sobre todo los trajes brillan en la llamada cena de gala y su posterior noche intemporal.

Las estelcones al principio eran pequeñitas, en petit comité. Se reunían en polideportivos o albergues, comían de bocatas en el bar más cercano y hacían auténticas maravillas. Los asistentes eran jóvenes y un saco de dormir y mucha ilusión bastaba para aguantar lo que fuera. Con los años esos jóvenes maduraron, dejaron de ser tan montaraces y se fueron convirtiendo en acomodados hobbits que apreciaban el confort de una cama, la cercanía de un baño privado y un buen plato con comida caliente y humeante en él. Muchos de esos jóvenes se casaron, algunos formaron pareja con otros compañeros de smial, otros pocos con gente más lejana, como mi caso. Algunos de estos hemos tenido hijos y el año pasado fue la primera vez que hemos llevado a Tsunami a una estelcon. Bueno. Miento. Realmente la primera estelcon a la que asistió Tsunami se hizo en 2009 cuando él tenía apenas cuatro meses. Fue en tierras catalanas y la abu se quedó con él y nos lo acercó una tarde para que lo conocieran todos. Así que rectifico, el año pasado fue la primera Estelcon a la que ha ido Tsunami y se lo pasó pipa. Allí conoció a Bombur, le dio un abrazo y le cantó la canción de Los enanos van a la guerra. Allí conoció también al rey Bardo y pudo hablar con él. Allí participó en su primer rol en vivo y puedo asegurar que los pequeños se metieron en su personaje como el que más, es más, creo que más que los demás. Allí participó en la búsqueda del tesoro, le arrebataron joyas al dragón Smaug y se vistió de guerrero para su primera cena de gala, quedando al final dormido sobre unos colchones.

Así que como escribió una vez Keleb-dûr en su versión de el camino sigue y sigue, os dejo con esta bella canción que cantan Los Bardos Errantes en todas las Estelcones.

Desde el umbral
el Camino va
el Camino sigue y seguirá
el Camino ha ido ya
muy lejos en verdad
mas debo seguirlo
si es posible
hasta el final.

Recorriéndolo voy
con pie decidido
hasta alcanzar
un mayor Camino
un mayor Camino donde encontrar
senderos y cursos
que se cruzarán.

¿Y de allí por fin
hacia dónde ir?
Pues bien, no podría
algo así decir
es por eso que
temerario es
cruzar el umbral
cruzar el umbral.

estelcon2006conlorien

Crónica con mucho retraso del que fue un extraño fin de semana del día de la madre

11 May

En casa no es que seamos especialmente forofos a la hora de celebrar el día de la madre. En los coles de mis peques ya no te hacen una manualidad por eso de que la sociedad moderna de hoy en día tiene más posibilidades que las de mi época de tener otros tipos de unidades familiares que las que había entonces de padre, madre y uno o dos hijos al menos. Hoy en día lo de familias monoparentales, pluriparentales y diversoparentales son bastante habituales. Así que mis retoños no me traen ni el típico cucharón tuneado en sujetabrelatas, ni el rollo de papel higiénico tuneado en soporte de lista de compras de la cocina, ni casi, casi la sufrida tarjetita de «te quiero mucho mamá». Por lo tanto, cuando vi que este fin de semana Terremoto tenía que estar con su padre, pues no hubo ninguna catástrofe nuclear, ni nos dio un sincope, ni levantamos los brazos hacia el cielo clamando a todos los santos por tal magnánimo atropello.

Es más este fin de semana ha sido más bien algo movido, agotador y contundente.

Todo empezó el viernes por la tarde, cuando nos fuimos a la casa que tiene mi padre fuera y allí el peque empezó a entrenarse con el arte de estar en libertad pegando brincos mientras yo me arremangaba las mangas como un obrero de la construcción, me cogía la «Terminator» y me la colocaba en la cintura para sentirme poderosa como el Schwarzenegger. La Terminator no es más que la máquina eléctrica de cortar el seto, que es un mamotreto y pesa un montón. Pero cuando una se la pone así, en plan chulo, cual ramo de la violetera pero a lo marimacho te da una sensación de que te puedes cargar el mundo entero que no tiene precio. Bueno, rectifico, algo de precio tiene…el lumbago que luego se pega una, más los arañazos con algunas ramas y las picaduras de los bichitos. Que miren por donde en este caso no se lo recrimino a las pobres criaturitas, pequeñicos, si yo también me cabrearía y picaría a quien corresponda si alguien se pillara una sierra y empezara a desmontarme la casita. Si en el fondo sé que tienen toda la razón del mundo. Así que de esta forma tan tonta y con un par de cicatrices de guerra en mis brazos, llegamos al sábado.

El sábado por la mañana me tocó analítica y compras semanales. Esta vez no fuimos al mercado y nos acomodamos con el supermercado, porque teníamos que ir al Decathlon a proveernos de materiales varios porque este miércoles nuestro pequeño Tsunami se iba a pasar dos días fuera de casa. Pues si, como oís, se van a dormir un día fuera a una granja escuela y había que proveer al infante de deportivas de repuesto, linterna y otros menesteres expedicionarios. Mientras su padre estaba buscando por el centro las linternas y unos calcetines de su talla, nuestro peque para empezar a entrenarse se centró en los aparatos de musculación, cinta de correr y bicicletas elípticas del centro. Nosotros nos tuvimos que recorrer varias veces estos aparatos. No me pidan ustedes por qué motivo, allí al lado había un montón de peques junto a la cesta de las pelotas haciéndolas botar, y nuestro aventurero/escalador intrépido prefería correr en las cintas y ponerse a subir y bajar las asideras de la máquina de musculación de poleas como si la vida le fuera en ello… vivir para ver.

El mediodía fue más tranquilo y comimos en casa porque por la tarde nos íbamos a Santa María del Camí, un pueblo muy cerca de Palma en el que había una concentración de gegants (gigantes). Para los que no los conozcáis, aunque dudo que no se conozcan, son figuras enormes de cartón piedra y estructura de madera, que van vestidas. Representan diversos personajes del folklore mallorquín, había músicos como los tamborers, xeremiers i flabiolers (tamboreros, gaiteros y flautistas) otros de profesiones como zapateros de Inca, lecheros de Campos, payeses, reyes y algunos representando figuras de la cultura como el de Mosén Alcover u otros que no había visto como los que representaban los típicos siurells mallorquines (figuras de barro pintadas de blanco, rojo y verde). También había caperruts (cabezudos) y algunas bestias como las mulasses (mulas). Como en toda fiesta que se precie los auténticos tamborers, xeremiers i flabiolers tocaron y amenizaron el acto. Les acompañaban unas cuantas bandas de música y los gegants bailaron al son de las notas. Había algunas comparsas como las de los cavallets (caballitos) y una que nunca había visto de mulitas y osos. En estos casos se trata de figuras de madera y cartón piedra que llevan un agujero en medio y que el jinete se introduce dentro sujetándose con una especia de tirantes. Los jinetes van haciendo diversos bailes. Los osos y las mulas pequeñitas no las conocía. Estos dos eran llevados por niños más pequeños y los de las mulas iban vestidos de dimonions (demonietes). En esta trobada nos encontramos con un compañero de clase de Tsunami y la tuvimos liada un buen rato. Nos retiramos pronto porque el domingo iba a ser un día muuuyyy largo.

 

Así fue como amaneció, el primer domingo de mayo, día de la madre y miren por donde, una no es que esperara un regalo, pero en mi interior hacía unos días que tenía pensado poner una plantita en uno de los tiestos del balcón que la anterior se acabó muriendo y tenía pensado que un simple geranio podía quedar de perlas. Así que no se porqué motivo una se había hecho la ilusión de que ese día una de estas plantitas caería en mis manos, pero no. Supongo que otro día será, pese a las indirectas que fui dejando caer unos días antes…

El domingo para empezar nadie en casa se acordaba de que día era y no fue porque me estuvieran preparando una fiesta sorpresa, sino porque hacía semanas que ya sabíamos que este domingo por la mañana teníamos el cumpleaños de L., una nena de la clase de Tsunami. Así que todos se levantaron con la idea del cumpleaños. Cuando me desperté yo, disimuladamente, pedí si no me daban un besito o un abracito especial y si no me llevaban el desayuno a la cama. El año pasado los peques me trajeron unas plantitas y me hicieron un desayuno especial. Pero este año con eso de que Terremoto no estaba en casa y él es el más detallista, pues ni eso. La única respuesta que tuve a mi insinuación de desayuno en plan enferma terminal, fue de mi pareja que medio dormido medio atontado creía que protestaba porque Tsunami tenía que desayunar. Se levantó bostezando, medio zombi, buscando a tientas las gafas para entrar en la cocina y salir al cabo de un rato con el desayuno de Tsunami y yo allí sentada en el colchón como una pasmarote mirando la retransmisión de la jugada. Al final se enteraron porque muy discretamente solté aquello de “buenoooo…. Hoy es el día de la madreeee…. ¿quién me va a decir felicidades?”. Por suerte para mi orgullo de madre mi pareja se dio cuenta de la metedura de pata y Tsunami vino brincando para darme un besito y un abrazo acompañado de un sonoro “Felicidades Mamá”. Pero poco más obtuvo esta menda que os escribe, porque enseguida tuvimos que centrarnos en el disfraz para asistir al cumpleaños de L.

Los papis de L. nos habían propuesto hacer una fiesta temática de piratas, caballeros y princesa y los peques podían venir disfrazados. La fiesta se realizaba en un parque de un barrio de Palma conocido como La Real, una zona de las afueras más maja y tranquila. El parque era enorme y había otro cumpleaños. Fue muy divertido, la mayoría de los peques iban vestidos de piratas y las niñas con sus vestidos largos de princesa. El único que iba de caballero fue Tsunami y es que inicialmente había elegido el disfraz de pirata, pero a última hora decidió que quería ir de caballero y como en casa tenemos un fondo de armario de disfraces que es la envidia de cualquier camarote de teatro o vodevil, pues no tuvimos problemas en hacer el cambio de personaje de prisa y corriendo. Los papis habían montado una búsqueda del tesoro. El pirata Barbanegra dirigía la búsqueda y el premio fue un baúl lleno de pequeños cofres del tesoro repletos de chuches. Un currazo de trabajo de montar cofrecillos de cartulina (una semana entera según confesó la señora esposa del señor pirata Barbanegra). Fue una mañana muy divertida en la que tuve que hacer mucho de mamá, porque no sé qué ocurre en estos encuentros, los papis se ponen a hablar entre ellos de temas serios y menos el padre de la criatura homenajeada, toda la labor de vigilancia y demás nos las llevamos las mamis…. Y yo que me creía que ese día tendría libre… pues no. Está visto que me quedaba sin desayuno en la cama, sin geranios y sin cumpleaños tranquilo y aburrido, jajajaja, aunque me lo pasé pipa con las mamis. .

Después de una mañana tan activa uno desea una tarde más relajada. Pero no. La tarde no fue más tranquila. Ese día era el día friky dedicado a la saga de Star Wars, así que mi pareja nos puso la primera peli, la auténtica, la primera que estrenaron. La estuvimos viendo después de comer para ir ambientándonos y después cambiamos los vestidos de caballeros medievales por los de caballeros jedi. Nos fuimos al Parc de la Mar, un parque a los pies de la catedral de Palma. Allí sobre el césped un grupo de amigos nos montamos un picnic. Papá Tsunami hizo muchos sándwiches y del Lidl compramos bombones Amidala. Aunque lo más divertido fue la lucha de espadas laser que nos montamos. Tsunami demostró controlar a las mil maravillas la fuerza y se defendió como un jabato de sus adversarios. Nos llevamos un casco de Darth Vader, una capa negra, unos guantes negros largos y cuatro espadas de luz. La juerga estaba asegurada. Imagino que los que pasaban por allí debían pensar quienes eran esos locos lunáticos. Sobre todo cuando luego volvíamos hacia el coche con nuestras camisetas de Star Wars y el casco bajo el brazo. Está visto que hemos de dar la nota cuando estamos en plan raritos. Pero ese no era el final, no, aunque quedaba el colofón del fin de semana. Realmente, acabamos el picnic para ir a un bar donde se dio una charla de Star Wars y esta vez sí. Nos saltamos luego la cena que se hacía porque Tsunami tiene unos horarios que siempre que podamos intentamos respetarlos y de allí ya, al fin, nos dirigimos a casa para cenar y que el peque se fuera a la cama, soñando con una futura acampada, unos piratas, gigantes, caballeros medievales y espadas laser.

Como veis un fin de semana de los más entretenido y de lo más denso. Pues os diré una cosa. Este fin de semana también está siendo de lo más completo. Así que mejor ir por orden y aunque sea con retraso ya os iré contando como nos han ido los siguientes días. Que la fuerza os acompañe Schwarzemamis.

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Una de las visiones de Terry Pratchett y la educación.

26 Mar

Esta mañana me ha pasado una cosa sorprendente. Estaba en la biblioteca y un cliente de los habituales me ha pedido un libro, tenía su autor y referencia y no ha sido problemático buscarlo. Luego me ha pedido otro que le habían comentado, el titulo no era exacto así que no me ha aparecido en el catálogo. Luego hemos buscado por el autor que me pedía y tampoco había nada. Lo realmente sorprendente no ha sido no encontrarlo, sino que cuando he entrado en el depósito de libros a buscar el que habíamos localizado he visto que era el último de un estante. Lo he cogido y no sé muy bien porque he mirado el libro anterior a este. Se leía perfectamente en la cubierta su título. Era el libro que no encontrábamos. El autor no era el mismo que él me pedía y por eso no lo habíamos encontrado. Es la primera vez que me ocurre una cosa así, pardiez ¿cuantas posibilidades hay que ocurra eso? Yo diría que muy pocas. Pero esa no ha sido la única cosa sorprendente que me ha pasado hoy. Más tarde me he encontrado con un post de Débora del blog ¡Mamá qué sabe!, en el que tenía un post llamado “Hijo, mamá educa en presente, no pensando a futuro”. Como la mayoría de posts de esta mamá, su contenido es muy interesante. Pero lo que me ha sorprendido no ha sido ni mucho menos que Débora escribiera un post interesante, sino la casualidad con la que me he encontrado después.
Hoy no tenía pensado publicar nada. Tengo el blog algo dejado porque últimamente Terremoto está bastante chungo con su recién estrenada adolescencia, eso hace que buena parte de mi tiempo pase demasiado lento y que la otra parte de mi tiempo sea muy rápido y entre eso y el bajón físico que tengo pues el pobre blog se resiente, aunque me encanta ir leyéndoos todas las noches. No penséis con todo esto que me estoy desviando del tema. La segunda sorpresa se ha dado mientras me he tomado un momentito de relax y he acabado otro libro de mi querido Terry Pratchett, del que ya he puesto alguna cita suya. Este libro en concreto es el titulado “Me vestiré de medianoche”, en él hay una joven bruja. Para Pratchett las brujas no tienen nada que ver con las brujas de los cuentos de nuestra infancia. Algunas veces pienso que las madres tenemos algo de esas brujas y últimamente me he sentido muy bruja estando con los mios. Las brujas son personas que se encargan de cuidar a los miembros de su comunidad, en todos los sentidos. Las brujas son las que dan consejos, solucionan situaciones difíciles de la vida cotidiana, asisten a los enfermos, cuidan a los viejecitos y los que no pueden hacer las cosas por ellos, cocinándoles y limpiándoles a ellos y a sus casas. Asisten a los partos y te asisten y preparan cuando mueres. Y sí, las brujas de Pratchett también tienen aventuras, esperpénticas, brujeriles y muy divertidas, en ocasiones a pie y otras en escoba. Vamos que las brujas de Pratchett son muy especiales. La más joven de ellas, pero no por ello menos sabia, se llama Tiffany Dolorido y en este libro tiene que luchar contra un espíritu malo maloso (lo dejaremos así que no es cuestión de destripar el final a los posibles lectores) En un momento del libro el barón del pueblo le pide a Tiffany que quiere como recompensa. Entonces entre varias peticiones a favor de los miembros de su comunidad, es cuando viene la sorprendente declaración de la joven bruja y donde Pratchett nos da con su forma tan habitual en cuatro frases unas sentencias de esas que se merecerían ser esculpidas en letras bien gordas y tenerlas siempre presentes.
“-Tiffany, creo que tiene usted razón –convino Roland-, pero sospecho que aún guarda algún as en la manga.
-Qué bien me conoce, señor – dijo Tiffany, y Roland se sonrojó por un breve instante-. Quiero una escuela, señor. Quiero una escuela aquí, en la Caliza. Llevo mucho tiempo dándole vueltas a esto; en realidad, le estuve dando vueltas desde antes de poner nombre a lo que quería. En la Granja Hogar hay un viejo cobertizo de piedra que no se está usando, y creo que podríamos dejarlo bastante aceptable más o menos en una semana.
-Bueno, los profesores itinerantes pasan por aquí cada pocos meses –dijo el barón.
-Sí, señor, lo sé, señor, y no sirven para nada, señor. Enseñan hechos, no a entenderlos. Es como enseñar una sierra a la gente para enseñarle qué son los bosques. Quiero una escuela como debe ser, señor, donde se enseñe a leer y escribir, y sobre todo a pensar, señor, para que la gente pueda averiguar qué se le da bien, porque alguien que hace lo que de verdad le gusta es un gran recurso para cualquier país, y demasiado a menudo la gente no lo averigua hasta que es demasiado tarde. Se preocupó de no mirar al sargento, pero la alegró constatar que sus palabras habían levantado murmullos en la sala. Los ahogó diciendo-: Últimamente ha habido momentos en los que ansiaba poder cambiar el pasado. En fin, no puedo, pero sí puedo cambiar el presente para que cuando se convierta en pasado resulte ser uno que valga la pena haber tenido. Y quiero que los chicos aprendieran sobre chicas, y las chicas sobre chicos. Aprender consiste en descubrir quién eres, qué eres, dónde estás, en qué te apoyas, en qué eres bueno, qué te depare el futuro y… bueno. Consiste en encontrar el lugar donde encajas. Yo descubrí dónde encajaba, y querría que todos los demás también lo hicieran. Y si me lo permite, propongo a Preston como primer maestro de la escuela. Prácticamente ya sabe todo lo que es posible saber.”
Al final del libro Pratchett nos deleita con la nota del autor. He estado tentada de copiaros las tres páginas porque son encantadoras, pero no quiero extralimitarme con vuestra paciencia y os tengo que dejar alguna sorpresa para los que luego os animéis a leerlo. Os diré que Terry nos cuenta sus orígenes humildes en un pueblecito, nos describe sus habitantes y nos habla de uno de ellos , el señor Allen que fue quien le dio una realidad sobre la que Terry construiría años más tarde su trabajo, el inventarse cosas. Acaba la nota citando:
“El señor Evans, que falleció en 1988, habló durante todo su larga vida con los hombres que trabajaban la tierra, y no desde la cabina de un tractor, sino a caballo, desde cuyo lomo observaban la vida salvaje que tenían alrededor. Sospecho que tal vez adornaran un pelín las cosas que le contaron, pero todo queda mejor si se adorna un pelín, y yo no he dudado en adornar la leyenda de la liebre para presentárosla a vosotros. Si no es la verdad, entonces es como debería ser la verdad.
Dedico este libro al señor Evans, un gran hombre que ayudó a muchos de nosotros a aprender lo profunda que es la historia sobre la que flotamos. Es importante saber de dónde procedemos porque, si no sabes de dónde procedes, no sabes dónde estás, y si no sabes dónde estás, no sabes hacia dónde vas. Y si no sabes hacia dónde vas, es muy posible que vayas por mal camino.”
Hoy no voy a alargarme, ha sido un día duro y mañana me espera otro. Hoy os dejo con unas cuantas líneas con las que reflexionar. Esas líneas que han aparecido hoy por casualidad en mi presente, que ya es mi pasado y que me encanta que haya ocurrido y me arrancan una sencilla sonrisa y me hacen afrontar de otra forma el futuro. Gracias por adornarnos un pelín la vida Terry, aquellos que te conocemos lo apreciamos siempre.

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Tsunami, el pequeño frikie

13 Nov

Realmente tendríamos que habernos dado cuenta antes, porque el peque dio formas desde pequeño. Su primera frikitada fue a los dos días de existencia. Estaba dándome una ducha en la clínica cuando oigo a su padre que leía en voz alta en una lengua rara, entendí algo de valkirias y no sé qué más. Papá Tsunami le estaba leyendo la leyenda de Sigurd y Gudrún en lengua inglesa. Les hice una foto y nuestra sorpresa fue cuando observamos que el peque salió con una manita cerrada y dos deditos estirados en forma de V mientras escuchaba atentamente a papá. La siguiente pista como os conté una vez fue su primera palabra “Sauron” mientras estaba en la hamaquita y por la tele ponían la primera peli de “El Señor de los anillos”, eso fue en diciembre del 2009…

…Primavera del 2013, lo que más hemos hecho han sido sobre todo paseos. Ya sabéis la afición que tenemos por ellos en casa. Pero también hemos descubierto una cosa nueva: la faceta frikie de Tsunami. En esas fechas Tsunami ha conocido la afición por Tolkien que sienten papá y mamá. Cada noche su papá le ha estado leyendo el libro de El Hobbit, en versión cómic para niños. En verano le tocó el turno a las aventuras del perrito Roverandom. Actualmente y desde finales de verano, el libro del Hobbit versión libro normal, sin dibujitos ni nada.

Tsunami ha descubierto el mundo de los enanos, de los hobbits que viven en el suelo en agujeros limpios y que tienen pelo en los pies. Ha descubierto el peligro de un gran dragón llamado Smaug y se pasea con el ex-libro de papá, actual libros de Tsunami y le cuenta a todo el mundo de que va la historia. Se ha emocionado tanto que le pusimos la peli de dibujos animados de El Hobbit. Sí, para los que no lo sepáis existe una peli de dibujos del año catapúm-chim-pum, con una banda sonora buenísima. Pero es que el otro día papá le puso el trailer de la segunda parte de la de Peter Jackson, y Tsunami se emocionó. «¡Mamá, mamá! ¡Mira, Smaug!” me gritaba dando saltos en la silla del ordenata.

Si le preguntas aún no lo tiene muy claro, porque él no es más que un niño, pero creo que nuestro Tsunami le tiran mucho los enanos, aunque quien sabe, esperaremos a que él decida.

Cuando acabaron con el comic de El Hobbit, su padre le había cogido para leer el libro de El herrero de Wootton Mayor, pero personalmente, para un niño de cuatro años acabados de cumplir, me da que primero era más recomendable leer algo así tipo El señor Bliss o Roverandom. Papá Tsunami tuvo que reconocer que sí, que posiblemente era más recomendable seguir con las aventuras de este travieso perrito y dejaríamos temas algo más profundos para el año que viene. Ante nuestra sorpresa no desdeñó a Roverandom, pero no se emocionó tanto, será que el protagonista era sólo un simple perrito y después de dragones y trasgos no proporcionaba una emoción al nivel deseado. Cuando le presentamos nuevamente el Hobbit en versión formato para mayores ha vuelto el brillo a sus ojitos y esa carita de biennnn que se te cae la baba.

Tsunami hablaba en ocasiones de Rover, pero no tanto como nos hablaba de los hobbits, los trasgos, los trolls y las letras lunares de su mapa. Sí, de su mapa, porque el niño pedía un mapa, así que papá imprimió de internet uno como el que acompaña el libro. Lo tiene pegado en su cuarto, sobre la cabecera de la cama, of curse. En ocasiones lo descuelga y te lo lleva para discutir el plan de ataque o la ruta o simplemente charlar sobre la forma en la que se descifran y leen las runas lunares, de las cuales ya se considera un experto del mundo mundial.

Tsunami se pilló su espada de juguete y con todo el orgullo del mundo se nos presenta el otro día con ella, la desenvaina y nos suelta «esta es Glamdring, martillo de enemigooosss» y se quedó tan contento que a partir de ese momento su espada ya tiene nombre, faltaría plus.

Tsunami se ha aficionado también a otra faceta frikie, sobre todo de papá, y es la de los juegos de mesa. En un abrir y cerrar de ojos, después de haber visto a su padre con un juego de mesa llamado «La finca» relativa a la explotación agraria de las fincas de Mallorca, dejó de considerar los puzles como únicos juegos de mesa. En los días más sosos o lluviosos, se han dedicado a ir jugando a «Los colonos de Catán»; uno de conquista de romanos que fue muy complicado y no acabó de cuajar del todo; uno muy divertido con el que hacen pizzas llamado «mamma mia»; otro de pingüinos. También se ha iniciado en el juego del parchís y la oca, pero lo más alucinante del todo ha sido su interés durante una temporadita por el ajedrez. En este último caso el culpable ha sido el papá de Terremoto y Terremoto.

No sé muy bien porque cuando Terremoto y su papá llegaron del cole, le dio la vena a Terremoto de entrarme en la sala unas sillas y una mesita del balcón, puso allí unos vasos de leche fresca chocolateada y unos sándwiches y montó una especie de improvisada merendola. Cuando esta merendola finalizó, sacó un juego pequeñito de ajedrez magnético que hace años le regaló su madrina y retó a su padre a una partida. No es que precisamente Terremoto sepa jugar al ajedrez, pero bueno, su padre que al menos sabe cómo se mueven las fichas y sabe algunas jugadas, le iba enseñando como se hacía. Entonces fue cuando Tsunami quiso apuntarse al juego por tres motivos: era un juego, se hacía en una mesa y porque lo decía él.

Sí, todo esto fue lo que ocurrió entre primavera y verano. Ahora, en el cole, lo han pervertido con las cartas de Pokemon. Unos nenes de seis años le han regalado muchas y se monta sus reglas imaginarias y nos tiene en casa loquitos con los rocolas o rocanrolas o vaya usted a saber cómo se pronuncian, que aquí una servidora sólo llega a Pikachu. Así que entre los originales y los evolucionados y los que han evolucionado dos veces (de esos sólo tiene una carta y como era de esperar es una chica; o es casualidad o el resto de los pokemons no evolucionan tanto como las chicas). Pues eso que ya me tiene haciendo una partida en la que él se monta sus historias. Me da las cartas más chungas y él se queda con la más chulas, las super fuertes, las evolucionadas y las que pueden matar a todos los pokemons. A mí me deja una que tiene un rayo pero no sirve para matar pokemons y las que no están evolucionadas o viven  en una cueva que no sé qué significa eso. Y claro, así es natural que esta madre acabe siempre con todos sus pokemons en el campo santo mientras el churumbel festeja su victoria carteril y una desearía convertirse en una tercera evolución de pokemon mamá superpoderosa y superdotada de energía. Ayer traje a casa un tubo nuevo de pasta de dientes y para que le cayera en gracia le dije que el monigote dibujado era un pokemon. Tsunami me informó que eso era un monstruo y mientras se llevaba a su padre al baño y decía “hay que ver mamá que no se entera, los pokemons no son monstruos son criaturas”.

Pero volviendo al tema anterior. Tenemos que reconocer que además de la lectura de los libros de Tolkien y de haberle enseñado unas cuantas canciones de guerra enanas, nuestro pequeño frikie tuvo esta primavera su bautismo de fuego. En la ciudad de Palma se celebró un evento por parte de la delegación de la Sociedad Tolkien local, llamado Mereth. Una mereth es una reunión de un grupo de aficionados, durante tres días en los que se charla, se canta, se juega, se hacen charlas y conferencias… El sábado noche, como mandan los cánones tolkiendili de las Sociedades Tolkien, se hace una cena de gala con disfraces. Para sorpresa del vecino del primero que nos pilló bajando las escaleras con nuestras galas medievales con capas y todo cuando él volvía de tirar la basura y lo único que fue capaz de articular fue un “vais muy guapos todos”. En esa cena fue precisamente cuando nuestro pequeño guerrero decidió que eso molaba un montón y que lo de ser frikie como papá y mamá era chulo y fue allí donde aprendió la canción de Los enanos van a la guerra, que desde entonces es una de sus favoritas e igual te la canta en casa como en un cumpleaños de los niños de clase y claro allí estas tú disimulando ante la mirada atónita de los demás padres, explicando que es una canción de guerra enana y estos te confiesan que ellos creían que una canción enana era eso de I goooo, i goooo….

Y si la mereth fue su bautizo de fuego, la estelcon a la que hemos asistido este puente ha sido su definitiva consagración, pero de eso os hablaré en otro post, porque se merece uno propio.

Si a ello sumamos que hace unas semanas papá y mamá hicieron un taller de fabricación de espadas de gomaespuma y cada uno hizo una para los peques. (Nota: la de Tsunami especialmente acolchada que luego le mete una tunda a su hermano que lo deja k.o.). De momento las espadas están guardadas para usarlas el verano que viene, que no quiero justas medievales en el salón de casa. Así que en casa el pobre Terremoto es atormentado con la espada láser azul que tiene su padre (Nota 2: En casa hay cuatro espadas laser, dos del pater familias y dos heredadas de mi ex que le compró hace años a Terremoto. Imagino que se podría decir que somos una familia bien armada)

Si acabamos de rematar todo esto con que en casa tenemos cuernos tanto para tocarlos como para beber, aunque normalmente están más expuestos que usados. Pero este año para el cumpleaños de Terremoto los bajamos, intentamos tocarlos (que no es fácil) y brindamos a la salud del cumpleañeros. Tsunami lo de tomarse un zumo de melocotón en cuerno como un auténtico vikingo le gustó mucho…. pues que os queréis que os diga… que lo tenemos claro. No me extraña pues que este lunes yendo en el bus Tsunami le dice a un chico jovencito que estaba sentado: «A ver si sabes quién soy, salgo a pasear de noche y tengo un parche en el ojo» mientras con una mano se tapaba un ojo. El chico le contesta que un pirata y Tsunami le dice que no y le vuelve a repetir la adivinanza. Ante la misma respuesta del chico se lo queda mirando muy serio como decepcionado ante la evidencia de su caracterización y le dice «Pero si está muy claro, salgo de noche y tengo un parche en el ojo…soy Odín»

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