Esta noche no tenía que poner este post, pero al final las cosas salen como salen. ..
Realmente todo empezó ayer por la mañana cuando una chica del trabajo nos trajo unos cuantos robiols. Yo tenía pensado hacerlos estas vacaciones con los peques. Sé que tengo por algún sitio la receta de la que hacía mi madre, cuando yo era pequeña. Cuando se acercaba Semana Santa en casa mi madre y yo nos poníamos enharinadas con las manos en la masa, nunca mejor dicho y durante unos días hacíamos panades, crepells y robiols. Eran unas cuantas mañanas de bastante trabajo, pero luego todo estaba buenísimo. Me está mal decirlo, pero yo era una buena alumna y hacía lo que me decía mi madre, además… era un poco más mayorcita que Tsunami… supongo que eso tenía algo que ver en qué estéticamente las de niña fueran más igualicas y guapas.
Cuando fui a coger una de las que había hecho nuestra compañera ella no estaba, tomé una y salí a merendar. Cuando le dí el primer mordisco me enamoraron, estaban buenísimas. Así que pensé que en lugar de estar buscando por donde estaba la de mi madre, le pediría a la vuelta la receta. Llamé a C. y le pregunté si la receta era algo así como un secreto de familia, porque si no lo eran me gustaría hacer esas con Tsunami estas vacaciones. C. me respondió que como casi todas, su familia tenía secretos, pero que no eran culinarios. Mientras teníamos esta charla me llegó a mi correo un email con la receta escrita. Por lo visto yo no era la única que se había interesado y ya tenía preparada la fórmula para todos los que se habían interesado por ella. Me comentó que esa era la receta de su abuela y que a ella también le venía de familia. Así que nuevamente sin comerlo ni beberlo, resulta que la receta que os pongo hoy también tiene mucha solera. Antes de seguir os comentaré que la que pondré esta noche es una de las dos recetas, porque C. me pasó una mezcla para los robiols de requesón y otra para los robiols de las demás cosas.
Después de leer esto es posible que os preguntéis que ¿Qué es esto de demás cosas? Bueno, un robiol es una pasta a la que se le da forma circular, se rellena normalmente de requesón, mermelada, crema pastelera (mi madre hacía un flan bien espeso de los de Potax) y cabello de ángel. Actualmente se han añadido nuevos rellenos como es el caso de los rellenos de nocilla o nutella. La receta de hoy que es la que hemos hecho primero es la de las demás cosas, jeje.
Estábamos tranquilamente esta tarde en casa haciendo los robiols cuando mi pareja le ha hecho una foto al peque para enseñársela a la abu. Por lo visto en lugar de enviársela directamente lo ha colgado en el facebook y casi ni había acabado de ponerla cuando una mami que conocemos ya nos estaba pidiendo por ello. Se han interesado unas cuantas personas, así que hemos pensado que esta noche haríamos un post exprés para que esta mami y las no mamis que han pedido por ella sepan cómo se hacen.
Ingredientes para robiols de cabello de ángel y otros.
1 tacita de leche
1 tacita de aceite
12 onzas de manteca, o lo que es lo mismo, 395 gramos
2 onzas de azúcar, o lo que es lo mismo 65 gramos
2 tacitas de zumo de naranja
La harina que tome, que suele ser aproximadamente un kilo.
Nota: Como veis la receta de la abuela venía con onzas, jajaja, según nos indicó C., una onza equivale a 33 gramos, así que os he puesto al lado las proporciones ya con gramos.
Ingredientes de relleno para esta masa:
Cada robiol se rellena sólo de uno de ellos, así que podéis hacerlos todos iguales o bien ir variando, pero no los mezcléis, cada uno de lo suyo. Podéis elegir entre
– Cabello de ángel
– Mermelada
– Crema pastelera o flan muy espeso
– Nocilla, nutella o crema de chocolate espesa
Preparación:
En un bol ponemos todos los líquidos, añadimos el azúcar y removemos.
Añadimos la manteca, yo le he dado entonces un toque con el microondas para ayudar a fundirla, ya que la acababa de sacar de la nevera, conviene que tengáis eso en cuenta y haberla sacado antes para que se mezcle mejor.
Luego tenéis que ir añadiendo harina e ir mezclando. Como os he puesto arriba, a mí también me ha tomado un kilo de harina, pero también puede ser que a alguien le varíe un poco.
Esta masa no hace levados ni nada por el estilo. Lo más práctico es que hagáis unas cuantas bolitas.
Poner sobre le encimera una hoja de hornear para trabajar. Situar sobre ella una bola de pasta y con un rodillo ir extendiéndola. Debe quedar una especie de círculo como si fuera una empanadilla.
En la zona central de este círculo se pone unas cucharadas del relleno que hayamos elegido.
Doblaremos por la mitad de forma que el relleno quede dentro. Apretaremos los bordes para evitar que nos salga.
Para saber de qué sabor son cada una se pueden hacer señales tipo cortecitos o pinchar con un tenedor las que son de un mismo sabor.
Se ponen en el horno, yo ha puesto 180º, calor arriba y abajo y con turbo. Las he tenido hasta que se han dorado. En mi horno ha sido 35 minutos, luego le doy la vuelta a la palangana del horno y pongo cinco minutos más, porque siempre hay un lado que se dora más que otro, pero cada uno conoce su horno y debe hacer lo que mejor le funciona.
Cuando ya están horneadas se sacan y dejan enfriar. Una vez frías se espolvorea encima con azúcar en polvo o azúcar glasé. Podéis aprovechar también cuando espolvoreáis para poner algo encima y hacer también así alguna señal para distinguir el gusto del relleno.
Supongo que estos días haremos los robiols con requesón, así que dentro de unos días os enseñaré como es la otra fórmula y como salen.
Los que hemos hecho esta tarde eran de cabello de ángel y de crema pastelera. Tsunami las ha probado antes y han pasado su control de calidad, aunque opina que los de crema pastelera están más ricos. Se lo ha pasado pipa haciendo bolitas y pasando por el rodillo, eso sí, no es que nos hayan salido muy homogéneas, ni estéticamente coherentes, pero sí que están de requetechupete. Ya sabéis, si alguien las hace espero que nos lo comente, bon profít.
2 respuestas to “Cocina mallorquina: Robiols, una especie de empanadillas dulces típicas de Semana Santa”