Yo fui madre después de los cuarenta

12 Mar

Algunas veces antes de empezar un post miro un poco lo que se comenta sobre el tema por Internet, para evitar repetir más de lo mismo. Este es un tema que hace tiempo que estoy pensando en abordar y al entrar a mirar que se cuece me he encontrado con la sorpresa de que se dice mucho sobre el tema, pero a la vez se dice muy poco sobre el tema. Me explicaré. Hay tropecientas entradas sobre que hoy en día la maternidad por causas de trabajo, estudios o porque queramos ser más chulas que las famosas o por lo que sea es cada día más tardía. Hay tropecientas entradas que comentan que la edad más adecuada para la maternidad no es precisamente a partir de los 35. Hay tropecientas entradas que te cuentan que si decides ser madre a partir de los 38 puede pasarte esto y eso y lo otro. Pero básicamente me he encontrado muy pocas cosas que comenten lo que es ser madre y criar a un hijo cuando has tenido, como dicen finamente, una maternidad tardía.

Es curioso ver como todo el meollo de la cuestión se centra en el hecho de concebirlo y llegar a buen puerto con el parto. Luego se dice alguna cosita a pinceladas pero se comenta muy poco sobre el criar un hijo a partir de cierta edad. Me encontré el mes pasado en el cumpleaños del hijo una amiga mía, una señora más o menos de mi edad que había acompañado a un niño un poco más jovencito que Terremoto. Hablando de los coles y tal le pregunté a que cole iba su hijo y me dijo «no es mi hijo, es mi nieto, sus padres están separados, el padre vive fuera y la madre está con otro y la custodia la tengo yo». Sí, sé que yo, si hablamos de Tsunami, no soy la referencia más normal de madre para un niño de tres años y medio, pero tampoco me parece muy lógico que una mujer de mi quinta ya tuviera un nieto de esa edad y que ella tuviera que actuar como abuela-madre.

Pero el tema hoy no es el de las abuelas jovencitas que hacen de madre, porque estas aunque puedan hacer una labor ejemplar, no se han pegado la paliza de un embarazo a esa edad ni llevan el cansancio de un parto y un postparto. Sino el de las que deciden o simplemente les viene la maternidad después de los cuarenta.

De eso podríamos decir que sé un rato. En mi familia debíamos ser unos bichos raros dentro de la sociedad de otra época y soy fruto de una larga saga de hijos de padres mayores o padres viejos como se les decía entonces. Mis abuelos paternos nacieron a finales del mil ochocientos, es decir, siglo XIX. Se casaron relativamente tarde y mi padre es el pequeño, así que sus padres ya habían superado los cuarenta cuando él nació. En la familia materna, la situación es más divertida, mis bisabuelos se llevaban 13 años de diferencia, diferencia de ella mayor que él que tampoco era lo normal. Así que mi bisabuela también fue madre bastante tardía por la época. Los abuelos maternos nacieron él a finales del XIX y ella en 1900. Mis padres se ubicarían en el segundo lustro de los años veinte. Tanto unos abuelos como otros habían casado relativamente tarde y habían tenido hijos cuando la mayoría de matrimonios a esa edad ya tenían unos cuantos creciditos. Mis padres tampoco se casaron a la edad que solía hacerlo entonces todo el mundo. Lo normal era que a los veinticuatro ya estuvieras pasada por el altar y generalmente con algún hijo en camino, eso si el primogénito no nacía a los nueve o diez meses de la boda como en el caso de mis respectivos tíos. Mis padres se casaron él con 28 y mi madre con 27 y a mí me tuvieron a los trece años de casados. Vamos, que a mí me parieron con los cuarenta cumplidos o a punto de cumplir. Yo por mi parte tampoco tuve un instinto maternal prematuro y tuve a Terremoto a punto de cumplir los 33 y a Tsunami con mis 43 y medio justos. Claro, para uno soy una madre más o menos normal, no muy jovencita pero sí dentro de los límites aceptables. Del otro soy una madre más bien vieja, aunque tengo la ventaja de que siguiendo con la tradición de mís bisabuelos, el papá de Tsunami tiene nueve años menos que yo y eso compensa en ciertas cosas la balanza. Así que después de este rollazo que os acabo de soltar os voy a contar la percepción que tengo sobre lo de ser madre tardía.

Primeramente y creo que es importante, antes de buscar intencionadamente un hijo a estas edades es conveniente hacerse una revisión ginecológica. El hecho de haber podido tener un embarazo previo no nos asegura que nuestros aparatitos giro dinámicos internos estén aún en buenas condiciones y funcionamiento. En mi caso aproveché una revisión anual y el quitar el DIU, eso es muy importante. La ginecóloga me dijo que no era habitual que a mi edad todo estuviera tan bien y que no habría problemas de fertilidad. Problemas para concebir no tuve, pero sí para que el embarazo de mantuviera viable y pasamos por varios abortos seguidos. Ese es un riesgo que conlleva un embarazo a estas edades y hay que saber que puede tocarte, con todo lo que ello supone física y moralmente. A nosotros nos tocó tres veces seguidas antes de tener el de Tsunami. También es conveniente saber que cuando más avanzada es la edad de la madre hay más posibilidades de gestar mellizos ya que a medida que se acerca la fecha de menopausia el cuerpo va expulsando más cantidad de óvulos pues debe llegar a ese punto sin ninguno. Así que es un pequeño detalle que también nos puede tocar, no fue mi caso pero sí el de una amiga que tuvo mellizas el año antes que yo y fue quien me explicó esto.

Además de una revisión ginecológica es conveniente tener controlado el peso, ya que un sobrepeso dificulta más la concepción y el embarazo. También hay que empezar a ir tomando ácido fólico, pero eso mejor preguntar a la ginecóloga cuando hagáis la revisión. Posiblemente también os haga una analítica para comprobar que no tengáis deficiencias ni otros problemas.

Dicho esto ¿qué diferencia hay entre un embarazo a los treinta y uno a los cuarenta? Principalmente la posibilidad de complicaciones, pero eso lo dejo para que vuestros médicos os guíen. La madre mayor normalmente suele estar mucho más mentalizada y suele tener bastante más claro lo que se le va a caer encima y sus consecuencias, sobre todo si ya ha pasado por un embarazo previo. Los problemas típicos de los primeros meses no me sorprendieron. No me estresé tanto por cada prueba que pasas. Vas más mentalizada en cumplir al pie de la letra todo lo que te prescribe el médico, quizás porque sepas que no estás para ir haciendo muchos intentos y tu vida social no es tan alocada que en años anteriores y la estabilidad laboral también. Además y precisamente por los posibles riesgos que conlleva es un tipo de embarazo que está mucho más controlado y con más pruebas obligatorias que cuando se es más joven. Las madres solemos prever más todo lo que vamos a necesitar después del parto y no dejamos tanta  cosa a la improvisación. Realmente, no es que antes dejemos tantas cosas a la improvisación, es que no nos las esperamos y se nos vienen encima sin saber de donde caen.

Posiblemente la experiencia con otro hijo o el haber tenido contacto con familiares y amigos que ya han sido anteriormente padres nos ha proporcionado una perspectiva diferente de lo que realmente nos encontraremos. Ya no es sólo la visión idílica del hijo en tus brazos. También tenemos, además de esta, una  visión real de las noches en vela, de las preocupaciones por su salud, de los problemas para conseguir bañarlo sin que se te escurra o conseguir meterle la mano por la manga larga a la primera.

Del estado físico de cada uno dependerá que el embarazo se nos haga más cuesta arriba a unas que a otra. Las mamis maduritas que he conocido y entre las que me incluyo, les ha costado bastante, sobre todo los últimos meses. Eso de que no pesan los años, pesan los kilos, es cierto y en un embarazo con años y kilos ya ni os comento. Los últimos meses suelen ser bastante fastidiosos, las posibilidades de hinchazón de piernas o lumbalgias me atrevería a decir que aumentan a más edad. Yo llegué con unas piernas que parecían columnas o patas de elefante. Los médicos y las enfermeras me miraban más las piernas que la barriga, que ya era enorme.

Tuve dos cesáreas, así que no puedo hablaros de partos naturales porque no he tenido ninguno. Os puedo decir que en general mi recuperación de las cesáreas ha sido siempre buena, tal vez la primera algo mejor. Aquí nuevamente la edad también influye. El cuerpo también tarda mucho más en recuperarse a menos que se tenga una genética envidiable o un equipo de niñeras y gimnasio en la habitación de al lado. Conservo una gran panza floja y colgante del embarazo de Tsunami, pero prefiero tener panza y un peque encantador que no un tipito juvenil y no tener a nuestro amorcito con nosotros. A día de hoy me puedo imaginar sin barriga, pero no sin Tsunami.

Por lo que respecta a sobrellevar las largas noches sin dormir es también agotador, aunque creo que pese a todo Terremoto fue mucho peor que Tsunami. Con el primero yo quería hacerlo todo, quería demostrar que era una buena madre y que yo podía con todo y prácticamente no delegué nada. El resultado fue que quedé reventada en poco tiempo. Con Tsunami lo tomé un poco más descansado y dejé que su padre se levantara también por las noches, al fin y al cabo él también es padre. También tuve la ayuda durante una breve temporadita de la abu y el poder tener un respaldo es muy de agradecer sobre todo los primeros meses que uno aún está un poco tocado. Aunque sinceramente, un respaldo no está nunca de más sea el periodo que tenga el niño, sobre todo con la «hermosa y comprensiva» «conciliación familiar de que disfrutamos» ejem, ejem.

Creo, sobre todo,  que la principal diferencia estriba en que una no está para salir siempre corriendo detrás del peque y cuesta mucho en ocasiones llevarle el ritmo. Las recuperaciones son más largas y el cuerpo reacciona peor a más edad. La parte positiva es que te mantienen en forma quieras o no y te obligan a llevar un ritmo más activo y caer menos en el aburrimiento. Supongo que fue por la experiencia del mayor pero en general me he visto más preparada, no tan perdida, más en mi sitio y sin navegar tanto a la deriva. También tienes más personas de tu entorno que han sido madres y puedes tener ese apoyo o esa charla ya no sólo en tu madre.

En general puedo decir que me siento bien con la edad en que tuve a mis hijos. Por un lado pude vivir los años de juventud. Algunas amigas mías que fueron madres dentro de sus veintitantos se perdieron hacer muchas cosas y en ocasiones lo comentan. Es cierto que ahora están mucho más libres que yo, pero también los hijos mayores tienen otro tipo de responsabilidades, de eso no nos libramos nunca.

Mi madre siempre se había quejado de que había sido madre vieja y cuando le comentaba que quería tener otro hijo me decía que ni se me ocurriera o directamente que si me quedaba abortara porque si venía un bebe se la cuidaría a ella menos y no se le haría tanto caso. Como podéis imaginar eso me dolía mucho e hice lo que más deseábamos nosotros en ese momento. Es cierto que miramos un poco como estaba nuestra situación económica, que no era la mejor del momento pero tampoco estaba tan mal, y nos lanzamos a por ello. Creo que si te lo piensas demasiado nunca te lanzas.

Yo no me he planteado demasiado que cuando Tsunami tenga 20 años yo ya andaré por los 63. Tampoco me he planteado demasiado si podré ver a mis nietos si es que alguna vez deciden tener hijos. Lo que sí tengo claro es que si alguna vez ocurre eso y por poco que pueda intentaré apoyarlos y ayudarlos en todo lo que esté a mi mano. No  me pienso perder por nada del mundo el poder ver como crecen mis nietos y al mismo tiempo si mi físico me lo permite me gustaría dar una manita aunque sólo fuera jugar con ellos alguna tarde para que los papis descansen o sigan con su vida. Sé que no hay que interferir en la vida de los padres, una cosa es ayudar proporcionando unas horas de descanso o un día sin cole y otra intervenir en todas las decisiones de su crianza, eso debe ser decisión de los padres. Como he dicho cualquier ayuda es bienvenida y siempre que pueda ayudar lo haré, al menos esa es mi ilusión. El cariño se hace con el roce, con el día a día y me gustaría que mis nietos disfrutaran mucho con el roce de su abuela y la recordaran aunque no pudiera estar muchos años a su lado.

Siempre he odiado ser una madre muy protectora, como lo fue mi madre conmigo por lo que os explique en el post de la madre mega protectora. Creo que he podido adquirir una visión en la que se hasta donde tengo que ir dando libertades a mis hijos para que se vayan formando e independizando. Me parece que más o menos lo he conseguido.

Así que si alguien me preguntara que es lo peor de ser madre después de los cuarenta os diría que es tener la posibilidad de tener sólo un hijo. Siempre todos me han dicho que yo sería la heredera, pero también he sido la heredera de todos los males, enfermedades y necesidades físicas y económicas de mis padres. Sé que ser hijo único de madres jóvenes también es posible, pero cuando uno opta por una maternidad tardía esa posibilidad aumenta. Lo mejor ha sido poder volver a ver el milagro de una nueva maternidad. El haber podido disfrutar más y mejor de Tsunami, haberle podido dedicar un tiempo más de calidad. El volver a vivirlo todo ha sido maravilloso, agotador pero maravilloso. Sabía donde me estaba metiendo y así y todo en ocasiones me sorprende. Realmente se disfruta más, con menos miedos y con más intensidad. Adoro a mis niños aunque nos dejen agotados a mí y a mi pareja y ya no tengamos ni una tarde para estar de novios, pero creemos que vale la pena.

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6 respuestas to “Yo fui madre después de los cuarenta”

  1. MisMellis 13 de marzo de 2013 a 10:21 am #

    Bueno sobre este tema podríamos estar hablando horas y horas. Primero creo que antes de ser madre una debe de haber disfrutado de la vida, crecer profesional y personalmente y estar lo suficientemente maduro para saber lo que implica. Pero también pienso que ahora mismo nos estamos pasando y que estamos entrando en unas edades para ser madres algo descabelladas. Muchas mujeres lo dejan para los 40 y se encuentran con que sus óvulos por ejemplo ya no valen o que deben pasar por un montón de pruebas y demás para lograrlo y eso deberíamos saberlo: no es tan fácil quedarse embarazada con 40.
    Mis padres lo fueron muy jóvenes, apenas me llevo 19 años con mi madre, asique mi madre ha sido abuela con 50, lo cuál ha provocado que algunas personas cuando la ven con mis mellizos piensen que es la madre, lo mejor de ser abuela joven es que tiene energía para jugar y disfrutarlos, aveces ves en el parque a abuelos muy mayores que apenas se sostienen paseando nietos cuando deberían estar tranquilos jugando la partida con sus amigos por ejemplo.
    Lo mejor de tener una madre joven es que no ha existido entre nosotras ninguna diferencia intergeneracional, en mi casa hemos hablado siempre de todo y mi madre ha tenido siempre la capacidad de ponerse en nuestro lugar y sobretodo de entender la vida moderna tal y como es.
    Por ejemplo no se si una madre más mayor hubiera entendido en mi caso el tema de la ovo…
    En mi caso fuí madre con 30, Papimelli y yo siempre hablamos de que los 30 era una edad ideal y eso hicimos. En el hospital cuando tuve a mis peques me encontré con un montón de mujeres en neonatos de 40 o más (también deberíamos saber que a partir de los 40 corremos más posibilidades de tener hijos prematuros, con bajo peso o probabilidades de embarazos mucho más complicados), mi compañera de habitación tenía 44 años, madre primeriza y de mellizas, llevaba 10 días en el hospital por todo tipo de complicaciones y por muchas de las razones que cuentas: ella con sobrepeso, sufrió preclamsia en el embarazo, luego se le infectó la cicatriz de la cesárea….
    Meses después me la encontré y ella que lo veía todo muy bonito en el hospital me hablaba del agotamiento que tenía por tener a su edad que cargar con dos niños… Si con 40 una es más madura, pero tal y como dices las fuerzas no son las mismas.
    No quiero ni pensar lo que será tener sesenta y pico años y dos hijas adolescentes ¿las entederá igual? ¿tendrá la misma paciencia?
    Por otro lado te puedo hablar de la maternidad excesivamente pronto… mi suegra tuvo a mi marido con 15 años y si, ahora es una abuela joven, pero no ha vivido absolutamente nada unido a su falta de experiencia a la hora de criar un hijo.
    Actualmente lo queremos todo, queremos ser profesionales, ser madres, un buen trabajo una pareja perfecta y estabilidad y claro conseguir todo eso antes de los 30 es totalmente imposible.
    LUego también están casos como el tuyo, encuentras una segunda pareja y la maternidad llama a gritos a tu puerta y por supuesto creo que estás en tu derecho de intentarlo y ser toda una madraza aunque algún día notes que te pesen los años (ojo también me pesan a mi y tengo 32 jajaja)
    Creo que hemos pasado a ver como normal ser madre a los 40, y lo justificamos, pero al tiempo creo que cualquier día pasaremos a ver normal ser madre con 50.
    Un problema de ser madre tardía es que cuando nos lleguen los achaques y enfermedades nuestros hijos serán muy jóvenes y he visto el caso de una amiga que con 20 años tuvo la responsabilidad de dos padres enfermos (su padre la tuvo con casi 70…)
    Es complicado, porque como mujer y madre yo no soy quien para decir nada, de las mamás de la guardería soy de las más jovencitas, algunas no están muy lejos de la edad de mi madre.
    Te puedo decir que muchas veces yendo con mis peques y mi madre la han confundido a ella con la madre, lo cual no deja de indignarme, entiendo que aparento bastante menos de los que tengo jajaja
    Por cierto tengo pendiente una entrada sobre el papel de los abuelos, creo que tal y como dices deberían estar para ir a jugar un ratito con ellos y no para «cargar» con los nietos mientras los padres trabajan jornadas maratonianas.
    Nos hemos convertido en seres egoistas que deseamos tener hijos para que otros los críen aunque sea a fuerza de romper la vida de los abuelos con obligaciones que no les corresponden.
    Ains madre como me enrollo…. un besazo

    • Laura 13 de marzo de 2013 a 9:28 pm #

      Nena, tú cuando te embalas no paras, creo que hasta la Agustina de Aragón se hubiera acojonado a tu lado, jeje.
      Bueno Mamimellis, estoy de acuerdo en una cosa. Plantearse los cuarenta para empezar a buscar un hijo es esperar mucho, lo reconozco. Es arriesgarse a mucho, tanto por problemas como porque te cueste quedarte. Si te has planteado tener más de uno desde luego es justísimo. En mi caso yo siempre había querido dos, pero después de tener a Terremoto la cosa no fue bien y nos separamos. Cuando rehice mi vida no fuimos en plan nos juntamos y a por el niño. Yo realmente empecé a buscarlo a los 40, pero con los tres abortos y luego la espera y el embarazo me vino a los 43.
      Creo que uno tiene que ser padre cuando el cuerpo te lo pide, cuando estás preparado y con esto no me refiero sólo a que tengas casa propia y carrera acabada. Hay que tener una seguridad eso sí, pero no esperar a que todo sea perfecto porque ese momento nunca llega, hay que arriesgarse un poco.
      Lo de ser por otro lado madre tan prematura tampoco no me gusta, al menos a mí personalmente. Siempre he dicho que eso es un infanticidio. Salvo que los padres sean muy maduros y lo tengan muy claro se van a perder muchas cosas y posiblemente sean los únicos padres entre todos sus amigos.
      Sobre los abuelos como dices, hay mucho que contar, mejor lo dejamos para otra, jeje
      Una última cosa, yo reconozco que por aquí donde vivo yo no veo tanta madre madura como dices tú. En la clase de Tsunami soy la mayor de todas las madres y en la guardería también. Lo cierto es que todas las madres son más bien dentro de la década de los treinta o finales de los veinte, ya dentro de los cuarenta somos pocas, al menos las que yo me he encontrado. Y sobre todo, pienso que si ser madre a los 15 es un infanticidio, serlo a partir de los 50 es un geriatricidio

  2. unaterapeutatemprana 13 de marzo de 2013 a 10:56 am #

    Es un tema muy interesante que a mí me atormenta particularmente.Yo soy hija de papás maduritos también y me hubiera gustado ser mamá joven (mañana hago 30 y sí, soy joven en cierto modo, pero no creo que mis ovarios piensen lo mismo). Mi hermano y yo nos llevamos 12 años y mi madre cuenta que mi llegada fue volver a renacer de nuevo. Aún así, creo que cuánto más jovenes, mejor, aunque supongo que también estoy un poco influenciada por mi trabajo y las cosas que veo él. Hay ciertos avatares que si te pillan mayor, creo que complican más la historia si cabe. En cualquier caso, la vida y la madre naturaleza son las que deciden finalmente y supongo que toca adaptarse a las circunstancias que te toquen.
    Un abrazo.

    • Laura 13 de marzo de 2013 a 9:40 pm #

      Antes de nada Cumpleaños Felíz, cumpleaños felíz, te deseamos las mamis blogueeeeraaaassss cumpleaños terapeutaaaaaaaa. Bien, globos, tarta, galletitas, espantasuegras, serpentinas y besitos para mañana.
      Ahora podemos seguir.
      A los treinta se es muy joven chiquilla, te lo dice una madurita. No te aconsejo espera hasta lo último, y creo que no estais tampoco a una mala edad. En mi caso una parte de la paliza que me llevo cada día es debido a mis continuos dolores de lumbago, pero eso no tiene la culpa ni la maternidad ni los embarzos, eso es culpa de una operación de hernia discal complicadísima que tuve hace dieciocho años y desde entonces siempre me duelo o se me contractura la espalda. Aparte de esto es cierto que cansan y mucho, ya lo sabes. También es cierto que no estás igual de en forma a los treinta que a los cuarenta. Pero también es cierto que una maternidad a los cuarenta es posible y que no es algo moderno, siempre ha habido casos. Mi tia fue madre muy joven de mi primo mayor, pero en cambio fue madre vieja de mi prima… se creían que había entrado en la menopausia y quisieron celebrarlo… y resultó que… aún no estaba menopausica… pero mi prima sí que estaba en camino. Seguro que alguna vez oiste algo por el estilo, solían ser los niños pequeños que se llevaban un montón de tiempo con sus hermanos mayores.

  3. Ser educadora 13 de marzo de 2013 a 4:43 pm #

    Me encanta esta entrada por muchos motivos, yo estoy en el polo opuesto según mucha gente: con 25 años soy muy joven, todavía tengo tiempo…. Según mi ginecóloga: esta es la mejor edad, y no a los 40 (palabras textuales).
    A mi el realizarme en lo profesional y personal es lo que a mi parecer, ha motivado que la media de edad haya subido (creo recordar) a los 33,5 años en primerizas, y donde cada vez hay más mamás de 40 siendo mamás por primera vez. A mi es algo que ni me preocupa, yo ya he vivido todo lo que quería y he podido vivir, y en lo profesional siendo educadora yo ya me he realizado además es un puesto en el que no asciendes, asi que no me rompo la cabeza.
    Ahora la sociedad empieza a ver más normal ser madre entre los 35 y 40 años y se alarman cuando alguien como yo dice que quiere ser madre ahora y cerrar el chiringuito con 33 como muy tarde. Siempre he pensado que la mejor edad para disfrutar y correr detrás de los niños es ahora y no más tarde. Por mi profesión he conocido muchas madres que como tu han tenido hijos, pero no un segundo sino un primero y los dejan en la escuela horas y horas por que acaban agotadas y no dan a más. Eso lo vivo cada día y me da mucha pena.

    • Laura 13 de marzo de 2013 a 9:53 pm #

      Hola Educadora, encantada de que estés aquí. Te diré que en líneas generales estoy de acuerdo con tu ginecóloga, pero luego hay casos puntuales. También he conocido jovenes con incapacidad de gestar un embarzo y no es porque tengan muchos años. Por eso lo primero de todo creo que es una revisión para ver en que estado te encuentras internamente. Como he comentado creo que el mejor momento para ser padres es cuando lo deseeis los dos. Ser padres es cosa de dos, no sólo del instinto maternal de uno. Se tiene que ser padre porque lo deseas no porque todos tus amigos los tienen y te sientes desplazado, ni mucho menos como dije una vez porque se te esté pasando el arroz. Tampoco es nada malo ni mucho menos la opción de no tener hijos y no por elegir esa se tiene que ir por la vida dando explicaciones de porque no se tienen ni pidiendo casi perdón por ello.
      Hay una cosa en la que discrepo contigo. Personalmente pienso que uno nunca ha vivido todo lo que queria y haya podido vivir, siempre hay algo nuevo en la vida que merece la pena vivirla. Eso lo aprenderás más adelante. Creo que uno debe pensar que lo ha vivido todo y lo ha hecho todo cuando hayas llegado al final desu camino y te sientas bien con lo que has hecho. No se debe plantear en medio del camino, ni siquiera de forma parcial.
      Tambien te diré que hay muchas madres jovenes que tienen que dejar muchas horas a sus hijos en el cole, eso no es culpa de ellas, es culpa de nuestra hermosa y generosa conciliación familiar. Puede que alguna vez necesites descansar, pero eso también me pasaba a los treinta y también les pasó a mis amigas que eligieron una maternidad a los 24 y 26.

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