Es muy probable que muchos de vosotros no sepáis una curiosidad propia de los mallorquines. En las islas, el tiempo nunca transcurre igual que en otros lugares, de la misma forma que las distancias tampoco son iguales. Me explicaré. Todo aquello que en la península parece normal, tipo hacerse en coche más de 100 kilómetros o estar conduciendo más de una hora para llegar a un sitio, aquí nos parece algo impensable, demencial, aberrante o extragaláctico. Con las comunicaciones actuales es posible que esta situación ya no nos sea tan nueva pero siempre nos choca mucho cuando pisamos tierra peninsular y agota tener que meterse ciertos palizones para ir a comer algo, subir a una montaña o llegar a una playa.
Quizás sea por esa condición de insularidad que la idiosincrasia isleña ha creado otra curiosidad que llama muchísimo más la atención a todos los que la visitan. En Mallorca, un par nunca en la vida se refiere a dos. Bueno. Maticemos. Tampoco somos idiotas, evidentemente, cuando nos referimos a un par de guantes, de calcetines, de zapatos, de ojos, de orejas, de manos, brazos, piernas o pies. En esos casos, un par son dos. En el resto de casos un par puede ser una cantidad indeterminada comprendida entre más de uno y el infinito. Ello ha provocado una extraña pregunta ¿te refieres a un par mallorquín o a un par forastero? Es la típica frase que surge cuando alguien se plantea una duda sobre la cantidad de ese par. Evidentemente, el par mallorquín es el indeterminado. El equivalente a dos, el que entiende cualquier foráneo de las islas, es el par forastero. Es muy normal que al carnicero de toda la vida que sabe que somos cuatro en casa, al pedirle un par de bistecs para torrar pues directamente nos pone ocho unidades. También es normal que cuando hablas con alguien y le cuentas una monería que hizo tu peque hace algo así como cinco años, le dices que eso ocurrió hace un par de años y también te entienda perfectamente. Igualmente si esa monería la hizo tu vástago hace dos semanas, cuando tú la cuentes también dirás que hace un par de días tú peque os deleitó con esta ocurrencia y te seguirán entendiendo. Entonces… ¿Cual es esa cantidad?… pues supongo que para saberlo uno tendría que ser isleño… es algo que llevamos en los genes o que la vida prolongada en estas tierras te dará con el tiempo. Es algo que todos entendemos y aunque parezca algo increíble, el tiempo, el espacio y la vida de sus habitantes ha ido discurriendo sin problemas en estas pequeñas islas del Mediterráneo occidental, sin que nunca uno se preocupara por saber exactamente que cantidad es un par.
Aclarado esto, puedo empezar el post así como yo quería sin que nadie se tome mis primeras palabras como algo literal, ni las segundas, ni tampoco las terceras, sino como la plácida forma de hablar de alguien que está acostumbrado a que el tiempo y el espacio transcurren de forma distinta o al menos peculiar en relación al resto de la humanidad.
Hace un par de días una chica entró en la biblioteca. Era una chica callada. Estaba en una biblioteca y aunque en ese momento ella era la única clienta (creo, porque como os he dicho eso paso hace un par de días) en las bibliotecas siempre se tiene que hablar flojito, y eso hizo. Era una chica muy educada. Tenía una voz que recuerdo dulce y se movía como si su cuerpo fuera una cinta que ondea el viento, con sumo cuidado. No se si el echo de estar donde estaba hacía que su conducta fuera esa, lo cierto es que fue con mucha delicadeza y sus movimientos eran pausados y silenciosos. Esa chica me pidió por unos libros peculiares. Digo peculiares porque en alguna ocasión yo los había mirado, me llamaban mucho la atención pero tengo que confesar que nunca me había atrevido hacer nada de lo que decían sus páginas. Esos libros eran unos recetarios de cocina mallorquina del siglo XIX y otro de principios del XX. Ya que hoy también vamos de confesiones, tengo que confesar que pese al gran valor y tradición que se guarda en sus páginas, no son de los más consultados.
En general tengo bastante buena memoria para recordar quien ha consultado ciertos libros. Tengo que decir que yo sólo los había sacado una vez, cuando otra señora, esta algo más mayor, que trabaja en un horno que está muy cerca de la biblioteca y que elabora recetas antiguas, vino hace cosa de un par de años a consultarlo. (Nota: esta vez sí que un par de años se refiere a un par forastero)
Pero volvamos a nuestra historia. La chica se sentó en una de las mesas del fondo, la de la derecha. Estuvo consultando el libro con la misma delicadeza con la que había entrado y al cabo de un par de minutos vino a preguntarme si podía sacar una foto de unas recetas. Una parte de mi trabajo es saber por que motivo se reproducirán los documentos que tenemos, así que le hice esa pregunta, las de rutina. Su respuesta, confieso que me intrigó. No por el tema por el que los necesitaba, que esa circunstancia ya se ha dado otras veces, sino por el motivo, por una parte de la frase en sí, cuando os diga cual fue su respuesta lo entenderéis. Me respondió «tengo un blog de cocina en el cual hago recetas antiguas y he venido para documentarme como se hacían unos platos que tengo ganas de ver como salen para publicarlo»
Hasta ese momento habían venido algunas personas interesándose por textos o fotografías para sus blogs y salvo que esos textos o fotografías tuvieran los derechos de autor vigentes no había problemas en hacer una reproducción. Lo extraño no era que viniera el dueño, o en nuestro caso la dueña del blog. Lo que me alucinó es que el blog se dedicara también a recetas antiguas y que su dueña se tomara la molestia de ir expresamente a las bibliotecas para consultar los recetarios antiguos. Cuando estudiaba en la Universidad siempre decíamos que en caso de duda acude a las fuentes, pero por desgracia hoy en día, en caso de duda la gente acude a internet y hay ciertas cosas que internet no puede darte las soluciones pero las fuentes sí.
Esta chica hizo sus fotos y luego tuvo que rellenar el habitual papeleo que toda persona que hace una reproducción tiene que hacer con nosotros. Entre las cosas que tenía que poner en el caso de reproducción para un web era indicar cual era. Así fue como ví por primera vez escrito el nombre de la web de esta chica «Circus Day». Me pareció un nombre muy curioso para una web de cocina y también me pareció una forma muy curiosa de cuidar sus recetas el ir a consultar los recetarios antiguos, así que confieso, una vez más, que la curiosidad me pudo y cuando llegué a casa busque la web y me dejé fundir como el chocolate contemplando con deleite lo que para mí fue toda una sorpresa. Una página muy bien presentada y cuidada. Unos textos mimados. Unas fotos extraordinarias. Pero sobre todo unos platos con una pinta deliciosa, fáciles de trabajar y con una presentación muy pero que muy estudiada. Se notaba el esmero, el cariño y el amor que se ponía en el trabajo bien hecho, en mirar el detalle, en no hacer las cosas deprisa simplemente porque se ha de publicar. Cada pequeña cosa, cada detalle, estaba allí porque debía estar allí pero cuando lo veías no eras consciente de que si estaban allí era porque ese era su lugar, ni más, ni menos.
También tengo que confesar que mi pareja debió percibir el mismo cuidado que yo y sin que yo lo supiera se lo puso en favoritos. Un par de semanas después me sorprendió un día cuando al llegar a casa R. me había preparado la comida.
– Hoy te he preparado una receta mallorquina de 1876 – me dijo.
– ¿Y de donde te has sacado tú una receta mallorquina de 1876?
– Pues de la web de cocina que mirabas el otro día. La he estado mirando hace un par de días por mi cuenta, y es estupenda. Hoy ha publicado este plato. Me ha llamado mucho la atención que pusiera de 1876′ y también he creído que te gustaría. Así que he salido al super y me he puesto con ello.
Nuevamente, tengo que confesar, que si alguien me tiene la comida preparada sobre la mesa cuando llego a casa después de trabajar, no suelo poner ningún tipo de objeciones. Ese día no sólo no puse objeciones. Ese día quedé encantada. La comida estaba deliciosa, era exquisita. Era como volver a redescubrir un sabor que había sido olvidado durante más de cien años y encontrarlo de nuevo. Mi autoestima subió un par de grados en la escala de Richter, si es que esta escala puede medir los grados de la autoestima. Que tu churri te reciba con algo tan especial, hecho especialmente para ti porque piensa que eso te pude gustar y porque lo ha sacado de un sitio que le has recomendado, es algo que te eleva el ánimo por dos motivos… bueno tres: Porque la comida estaba deliciosa. Porque me quiere un montón. Porque aún me escucha cuando le hablo y le suelto alguno de mis rollos monologuísticos. Esta subida de autoestima bien se merecía una recompensa y me propuse que cuando fuera su momento os daría a conocer este blog. Pues bien queridos lectores, el momento ha llegado. El show está a punto de iniciar. La carpa está montada, los lectores han ocupado sus asientos ante sus pantallas y esta que os escribe se encuentra en medio de una pista con los focos iluminando un estrambótico sombrero de copa y un traje tipo levita en rojo mientras de fondo una fanfarria está sonando.
Así que como dice esta chica en su blog:
Señoras y señores, mesdames et messieurs, ladies and gentlemens, bienvenidos a Circus Day.
Me encanta la historia que nos has contado de esa chica y su forma de documentarse y también me encanta que pareja te prepare una receta de cocina, si tengo que esperar yo eso de Papimelli moriría de hambre jajaja….
Me hace gracia lo de la forma de hablar o expresarse de unos sitios u otros, yo vivo y soy de dos ciudades que distan tan solo 60 kilómetros y desde que vivo aquí mucha gente se extraña con alguna de mis expresiones o con la forma que tenemos de hablar jajaja, bueno hasta me han llegado a preguntar si soy gallega.
Prometo visitar el blog del que nos has hablado… un besote
Bueno Mamimellis, en Mallorca como te hagas sesenta kilometros en línea recta en algunos sitios, igual te sales un poco de la isla y te mojas los pies y hasta el pelo. Lo de hablar no es extraño, mira lo pequeña que es Mallorca en comparación a lo que nos dices y aquí de un pueblo al otro pueden hablar de forma diferente y algunas palabras o expresiones se pueden decir de forma diferente y te estoy hablando de distancias igual de 10 kilometros, jajaja. La lengua es algo curioso y dentro de un mismo territorio puede llegar a tener una cierta diversidad de variantes, aunque hay gente que esto no lo entiende y montan unos numeritos de no te menees.
El blog seguro que te gusta, está para chuparse los dedos. Aunque como dice la profe de Terremoto, tendríamos que trabajarnos un poco eso de que pareja no te haga ni un triste bocata para comer, que lo de morir la prole y la parienta de inamición no está bien visto. Un besote y luego me cuentas si has babeado o no ante las fotos.
Hola Laura
Quina ha estat la meva sorpresa quan revisant alguna cosa del blog he vist el teu entre els meus visitants, si és un enllaç de confiança jo sòl visitar-los. Així la meva sorpresa ha anat creixent quan em trobo aquesta preciositat d’entrada. Com a mestra de cerimònies et diré que tens un bloc amb un gran espectacle.
Mai ningú m’ha descrit com tu, no he pogut parar de somriure des de la primera paraula fins a l’última. Més m’ha agradat saber que probareu una de les receptes del bloc i que us va agradar, el teu noi t’estima molt, estic encantada de saludarte, i no dubtis que si puc tornaré a veure’t.
Un petó i moltes gràcies per tot.
Encantada de que haguis passat per la biblioteca i haber-te conegut. Aquest es un blog petitet, pero m’agrada cuidar-lo una mica, així que quant vulguis esteim aquí, serà un privilegir tenir-te . El meu noi m’estima moltíssim. Amb la de catalanes que hi havia per Catalunya!!! I va venir amb nosaltres… per cert si un altre día posses una altra recepta de 1876 possiblement s’animi a fer-la 😉
Muacs.
Preciosa tu entrada, qué gusto leer algo tan bien escrito y tan bien contado. Yo que sigo a Caty me la imagino en la biblioteca, sin duda. Felicidades Laura. Un saludo.
Monie.
http://moniecocina.blogspot.com
Hola Monica, gracias por tu comentario… y por los siguientes que hay… me teneis un poco acojonada, yo sólo había hecho una entrada de un blog que me había gustado y que quería compartirlo, pero no me esperaba tanto fans de Caty.
Acabo de entrar en tu blog y me he dado cuenta de una cosa que tenemos en común. Yo también tengo un hijo con T.G.D., es Terremoto y tiene quince años. No es para hacer publicidad, pero tres entradas abajo estamos recogiendo firmas para luchar contra una injusticia que hay ahora en Baleares, si quieres darle una ojeadita y firmar. Estoy segura de que tú puedes entender como se sienten esos nenes y esos padres.
Un beso Monica y encantada de haber tenido hoy esta visita tuya. Gracias.
Una entrada preciosa….Caty no merece otra cosa… su blog es una pasada y como seguidora suya te diré que has captado la magia de su blog y de su persona. Un beso
Gracias Abril. Me encantó cuando vino Caty y sobre todo cuando vi para que quería el libro. Luego hablé un momentito con ella, le pedí por una receta que hacía mi abuelo y me dijo donde podría encontrarla o que al menos se hablaba de ella. Ya he localizado la referencia que me dió y un día que esté animada y con poco público en casa intentaré ver que sale… más que nada para evitar que mis minichefs metan mano en algo que ni siquiera yo se como empezar. Luego ya les dejaré apuntarse, que siempre quieren modificar recetas, jajaja. Gracias por pasarte y comentar.
Querida, esta Chica, es un crack desde hace «un par de..» es de lo mejor que hay en la blogosfera como cocinera, como fotógrafa, como diseñadora de webs ..como…como…como.. y como persona!!! es una delicia leerla, ver lo que hace e intuirla..bienvenida al grupo, tengo la suerte de haberla encontrado hace «un par de…» bsss
Hola Cocinadelascasinas, ya me estoy dando cuenta de que es un crack, como he dicho antes me teneis algo acojonadita… creo que yo debo ser la única persona de la blogoesfera que no conocía su blog, glups. Bueno, supongo que os seguiré viendo cuando entre a ver sus recetas. Gracias por pasarte.
Pero bueno, menuda historia más bonita y menudo hallazgo de blog! Precioso, apetitoso…un gustazo!
Besotes!
Hola Mo, que bien, al fín alguien que no conocía el blog y se lo he podido mostrar, jajaja. El blog es una preciosidad y la receta que me hizo R. estaba para mojar pan, porque te aseguro que no dejé nada en el plato, vamos, como si lo hubiera limpiado, jajajaja. Te la aconsejo, el plato se llama canefes, publicada el 27 de enero de este año. Pero no hagas de golpe todas las recetas que en la próxima prueba del foro no te entrará, menuda historia con lo del traje de boda, eso sólo te pasa a tí. Un besote, muacs.